El Venezuela móvil: ¿a quién favorece, al país o a las transnacionales?



El programa Venezuela Móvil es muy parecido a otros programas de incentivos a la producción y consumo de vehículos nuevos, impuestos por las transnacionales y que están en vigencia en varios países.

El mismo es un programa basado en la eliminación del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en el proceso productivo, de los vehículos así como también en el proceso de comercialización.

Así pues según el viceministro de Comercio Interior del Ministerio de Industrias Ligeras y Comercio, Martín Villarroel, en rueda de prensa del 16.06.06 de los 280 mil vehículos que aspira comercializar el sector automotriz para este año, 160 mil estarán destinados al programa Venezuela Móvil, lo cual representaría casi un 60% del volumen de las ventas; nos parece un número de cierta manera exagerado, en función de las ventas realizadas en el primer semestre.

No obstante si por lo menos el 25% de las ventas son del Programa Venezuela Móvil. Estaríamos hablando de una cifra de 70 mil vehículos, los cuales serían producidos y comercializados con la exención del IVA lo que por ende significará menos aporte al Tesoro Nacional.

En valores monetarios es difícil calcular el impacto del aporte del IVA en la comercialización, pues los vehículos tienen distintas clases de precios. Para que no nos quedemos sin una proyección monetaria, podemos calcular de otra manera. 14% de 70 mil, arroja un equivalente al valor de 9.800 vehículos.

Con relación al impacto de la exención de impuesto en el proceso de producción y ensamblaje es imposible calcular pues las ensambladoras, en Venezuela, no publican sus costos y el SENIAT dice que son números privados.

La Estructura del Venezuela Móvil:
El Decreto 3693 (30.05.05) en sus consideraciones dice: “…el Estado desarrolla políticas de incentivo para promover el sector automotriz, con el otorgamiento de beneficios fiscales…” Beneficios fiscales, a las transnacionales imperialistas, por supuesto.

Esos beneficios son para el ensamblaje de vehículos, la adquisición de auto partes en el mercado interno, en los países de la sub región Andina y ahora también en el Mercosur.

Los vehículos en su gran parte, vienen en forma de CKD, es decir, desarmados y posteriormente ensamblados en el país. Algunas auto partes de bajo costo, son producidas en el mercado interno. Por ejemplo, vidrios, asientos, baterías, cauchos, etc. Hay algunas auto partes, importantes dígase de paso, que son producidas en el país, fundamentalmente las producidas por la transnacional Dana Corporation.

Expliquemos un poco más ese espiral de ganancias a costa de las finanzas nacionales. Veamos un caso concreto. Puede ser la Ford o la GM. Estas empresas tienen sus plantas en el Mercosur. Con gran tecnología, subsidios locales para producción, exportación y bajos salarios. Ford, por ejemplo, produce en Brasil, en esas favorables condiciones, envía en forma de CKD para Venezuela y al llegar al país, en el marco del Mercosur, cuenta con preferencias arancelarias, además de no pagar IVA.

¿Qué más pueden querer las transnacionales? Subsidios para la producción en Brasil, subsidios para la exportación, financiamiento por parte del Banco Nacional de Desenvolvimiento Económico y Social, y por ultimo, exención del Impuesto al Valor Agregado IVA. Solo les falta vender. Bueno para vender, de nuevo tienen exención del IVA, resultado, un negocio redondo, y digamos súper redondo si a esto agregamos las recordadas derogaciones de los impuesto a los activos empresariales e impuesto de doble tributación realizadas en 2003 para congraciar al empresariado nacional y foráneo.


La situación de la clase trabajadora:
Visitar una instalación de algunas de las ensambladoras, para los que están acostumbrados a la industria automotriz es como volver en el tiempo. Maquinas y herramientas obsoletas en sus países de origen son utilizadas para armar, soldar y pintar vehículos. Estos equipos obsoletos son los responsables de muchos accidentes graves y de enfermedades laborales en la industria automotriz.
En las cabinas de pintura, por ejemplo, se utiliza pintura a base de tolueno y xileno, que como sabemos son reconocidos cancerígenos proscritos en los países del primer mundo, donde se utiliza pintura diluida en agua; entonces aprovechan y las mandan para acá, donde los equipamientos utilizan los mencionados solventes.
Conversar con los obreros de la industria automotriz es pasar un tiempo escuchando historias de hernias discales, inguinales y umbilicales, causadas por posiciones disergonómicas, asociadas a ritmos infernales de producción sin tiempo para descanso.
Los dirigentes sindicales son perseguidos, sacados de la fábrica y no hay Inspectoría del Trabajo o Juez que los reenganche. Trabajadores de Vivex, una autopartista productora de vidrios y que los vende sin IVA, denuncian las malas condiciones de trabajo y hasta amenazas físicas por parte de los capataces. Mientras tanto, el hijo del empresario Viso, Ernesto José, a los 21años de edad, con la plusvalía generada por esos 400 obreros, se da el lujo de participar de las carreras de Formula Uno.

El Estado protege las transnacionales en desmedro de los trabajadores:
Para controlar los abusos de la patronal durante muchos años un sector del movimiento sindical lucho por la aplicación del llamado Decreto de Solvencia Laboral. Toda empresa que quiera hacer negocios con el Estado o gozar de regalías y exenciones debe comprobar al Ministerio del Trabajo que es solvente en varios puntos, entre ellos: que se sientan para negociar con los representantes de los trabajadores sus respectivas convenciones colectivas, que no realizan despidos arbitrarios mientras haya inamovilidad laboral, que reenganchan a los despedidos arbitrariamente (es decir acatan los fallos judiciales), que garantizan la seguridad e higiene laboral, etc.
Pero como denuncia Gerónimo Antón (www.aporrea.org – 01.08.06) “…el Decreto de Solvencia Laboral se está convirtiendo en letra muerta, ya que ni el Ministro del Trabajo, Doctor Ricardo Dorado, ninguno de sus subalternos, se ha tomado la “molestia” de consultar a los trabajadores y sus organizaciones, si efectivamente los empresarios están cumpliendo con los derechos de los trabajadores. Por eso sorprende que hoy se diga que el Ministerio ha expedido 45.000 certificados de solvencia y que Marcela Máspero se apresure a corregir diciendo que son 50.000, pero ninguno de ellos diga a cuántos sindicatos o trabajadores reunidos en asamblea se les ha consultado, para la expedición de los mencionados certificados. Definitivamente hay algo raro en todo este asunto.”

El caso Mitsubishi Motor Company of Venezuela:
En esta empresa donde hay enfermedades a doquier los trabajadores empezaron una lucha en contra del calor. La planta localizada en Barcelona es literalmente un infierno por el calor. La empresa hizo de todo y un poco mas para no hacer las mediciones de los índices de calor. La presión fue muy grande por parte de los trabajadores. Tuvieron que medir pero falsificaron los datos. Los trabajadores tomaron conciencia de la tramoya y siguieron con la presión. Lograron que se aplicara la normativa legal frente al exceso de calor. Ellos conquistaron el derecho de trabajar 45 minutos y descansar 15. La empresa hizo todos los malabares posibles para acabar con la medida legal. Su última carta, fue mandar al Embajador de Japón a reunirse con la ex Ministra del Trabajo, Maria Cristina Iglesias. El japonés quería de cualquier forma suspender la medida dictada por los funcionarios de la Sra. Iglesias. Como buena revolucionaria y anti imperialista, la Sra. Maria Cristina no dudó y a la hora de optar entre los trabajadores venezolanos y los capitalistas japoneses. Sencillamente optó por los capitalistas. Los trabajadores siguen enfermándose y expuestos a calambres por estrés calórico, enfermedades renales, alteraciones de la tensión arterial y los ACV y al mismo tiempo generando plusvalía; por si fuera poco esta reunión también arrojo como resultado la medida de suspensión de los procesos de elección de delegados de prevención por parte de los trabajadores que se venían llevando a cabo en otra transnacional ensambladora como lo es la japonesa Toyota de Venezuela con sede en la ciudad de Cumaná. El resultado es claro manos de seda para los capitalistas y golpe en la cara para los trabajadores.

Las Transnacionales no tienen de que reclamar en Venezuela
Quienes acompañan minimamente las noticias económicas sabe que General Motors y Ford, han acumulado en los últimos años todos los efectos de la caída constante de sus tasas de ganancias. Es incorrecto es decir que atacando este o aquél problema se resolverán todos los problemas. En verdad, la caída de la tasa de ganancias de esas empresas tiene que ver con procesos más profundos de la economía mundial.
La Universidad de Michigan a través del Transport Research Institut ha realizado un estudio que fue parcialmente publicado por The Wall Street Jorunal (13.05.05) donde demuestran la ganancia por vehiculo en estas empresas. Los vehículos conocidos como SUV (sports utility vehicles), en el 2001 estaban en su auge de consumo y ganancia. Un modelo como el Chevrolet Suburban, de GM tenia un margen de ganancia de US$ 9.500 por vehiculo. Un SUV mediano como el Ford Explorer o el Chevy Trail Blazer su ganancia era de 7.200 dólares. Pero esos carros consumen mucha gasolina, y los altos precios del petróleo los hicieron inviables comercialmente.
Con el fin del boom de los SUVs, GM y Ford no tenían buenos productos para recuperar sus tasas de ganancias. Sus vehículos pequeños no logran tener la misma calidad y confiabilidad de los carros producidos en Japón o Corea, por ejemplo.
Como siempre suele ocurrir en las crisis de los capitalistas la salida que ellos elijen es el aumento de la tasa de plusvalía. Ford y GM como primera medida cierran plantas en EEUU y juntas cerraron 18 plantas y despidieron 60.000 trabajadores. El siguiente paso fue trasladar sus operaciones para países donde los salarios son más bajos, las condiciones de trabajos son infrahumanas y donde existan gobiernos dispuestos a darles incentivos.
En el año 2000 el Comité Mundial de Empleados de la Volkswagen generó un importante estudio (y no volvió a hacerlo luego) dando muestra de lo que afirmamos arriba.

Veamos este titular “Ford pierde en EE.UU. al mismo tiempo que obtiene ganancias en América del Sur”, corresponde al periódico brasileño: O Valor Económico del 21.07.06 (El Valor Económico). El texto explica muy bien como: “ La Ford cerró su décimo consecutivo trimestre con una ganancia total en América del Sur”. La región, en la cual Brasil tiene un peso superior al 70%, registró una ganancia neta antes de los impuestos de US$95 millones, esto considerando desde abril hasta junio, presentó un crecimiento de8%, tomando como comparación el mismo período del 2005, cuando presentó una ganancia de US$88 millones. La automotriz divulgó en Estado Unidos una pérdida de US$123 millones, y dijo que en 60 días anunciaría medidas para recortar gastos. Esto provocó que sus acciones se cotizaran a US$ 6,33, el nivel más bajo registrado desde febrero de 1992”


En Venezuela, la situación también es de ganancias. Según el gerente de Ford, Nelson Matamorros ellos “han aumentado su capacidad de producción en 70% para el programa Venezuela Móvil, lo cuál aun no ha sido suficiente para atender la demanda, y han duplicado el ensamblaje de sus unidades mas vendidas…” (El Universal – 14.08.06). General Motors, líder del mercado, aumentó su producción de 240 para 376 vehículos diarios, un aumento de 57% en la producción.


Aquí ganan los capitalistas y pierden los trabajadores
Nosotros consideramos y estamos seguros de que los capitalistas están ganando una barbaridad en Venezuela. Primero aprovechándose del salario mínimo, que en el mes de junio era de 460 mil bolívares mientras la canasta alimentaria normativa estaba en 416 mil bolívares en el mismo mes, según el INE, órgano gubernamental. Además los derechos laborales son pocos (recién en 2005 fue aprobada la Ley sobre Salud Seguridad Laboral, que en otros países tiene ya sus 30 años) y no hay garantías de su aplicabilidad como explicamos anteriormente.

Las transnacionales no tienen de que llorar. Pablo Ross, ejecutivo de la GM , hace un año, en el 02.06.05 afirmaba: “la compañía GM produce 240 vehículos diarios, pero con la ayuda del Gobierno se ha aumentado para 300 unidades"

El IVA esta presente en todos los momentos de la vida del trabajador. Esta presente en la ropa y útiles escolares, en la comida y etc. Todos tienen que aportar con 14%. Los pequeños negocios también tienen que aportar. Caso contrario son cerrados por el SENIAT. Mientras tanto, las transnacionales imperialistas, legalmente, no pagan IVA por orden gubernamental.

No hay dudas. Con esta clase de política económica, en la revolución bonita ganan los capitalistas y pierden los trabajadores.


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