Una vez más la oposición va a echar el resto. Esta vez logró la adhesión que amplios sectores de la burguesía y los gremios empresariales quienes siempre participaron, pero soterradamente. Ahora, se fueron por la calle del medio. Fedecámaras, Consecomercio, la Cámara de Industriales y otros, expusieron a los medios de comunicación su adhesión a la convocatoria.
La acción emprendida por la oposición en esta oportunidad es sin duda una orden de afuera. O cómo se explica que sorpresivamente aparezca Chuo Torrealba y diga que hay marcha el primero de septiembre, es decir, este jueves.
Como la casualidad no existe, la primera pregunta que debe surgir es porqué esa fecha, y porqué un día jueves. Y las respuestas, sin duda, están más allá de la organización en sí de la marcha, que si el viernes la gente se va para la playa, que el lunes no porque es el comienzo de semana y así sustantivamente como dice La Chilindrina. Hay una razón peligrosamente incendiaria y que atañe a explicaciones de otro tenor que no vienen al caso.
Y hay una contradicción en el seno de la propia dirigencia empeñada en sacar a Maduro por cualquier medio, pero es el violento el último que les queda. Aun cuando ahora está dividida porque un grupo finalmente entiende que efectivamente esa no es la salida. Pero Henry Ramos se ocupó de volverlos a convencer, de que es necesario sacar a Maduro este año. Eso lo prometió para julio, pero ahora en septiembre convocan la marcha, aunque tampoco lo van a sacar. No entienden, los que se dejaron convencer, que la actitud de Henry responde a sus intereses personales y que según sus cuentas si el año entrante no es presidente de la Asamblea Nacional, su liderazgo se esfumará de un solo guamazo. En octubre cumple 73 años y aspira también ser el candidato presidencial. Es decir, el problema en el fondo para Henry Ramos no es Maduro, sino mantener sus 15 minutos de escena.
Tampoco entienden, los que se dejaron convencer, que no se tumba a un presidente por un capricho.
Pero el resto de la dirigencia se dejó embaucar y está apostando nuevamente a lo que en política se llama "dar un salto al vacío", por lo que se están agarrando solo de una cosa: generar a partir del jueves una espiral de violencia que se hagan indetenible y que se haga brutalmente represiva para invocar no solo el tema de la desnutrición, sino el de los derechos humanos. Eso incluye que ya se detectó la intención ex profesa de matar a Diosdado Cabello.
Ya se sabe que si bien habrá una marcha con mucha gente gritando consignas y todo lo demás, también habrá una fuerza de choque con planes que van más allá de tirar una molotov o poner unos miguelitos, habrá pólvora que provocará la muerte de inocentes generada por ellos mismos para buscar culpables. Tal como alguna vez lo intentaron con Leopoldo López.
Un hecho sumamente peligroso es que no hay coincidencia sobre las acciones que se tomarán. Por separado y por regiones, hay grupos planificando sus propias acciones sin atender directrices de la MUD. Por ejemplo, un grupo tiene planificado el asalto a mercados y negocios para estimular el saqueo. Estrategia peligrosa porque no detiene la violencia, sino que la irrita, es como gasolina. Otros tienen planeado el ataque a bombas de gasolina. Habrá además paramilitares que apoyarán con armas desde puntos estratégicos a los responsables de la violencia. Es decir, si se acerca un policía a detenerlos, desde algún sitio saldrá un disparo para matar al policía.
Ya están incluso montadas las informaciones que se transmitirán a los medios de comunicación internacionales, tal como lo hicieron en el golpe de abril. Y tienen todo el asesoramiento y las órdenes de Washington.
No es un juego lo que pretenden, es serio. Van a intentar encender la chispa de la pradera, a decir de Mao. Y es necesario detenerse y hacer algunas reflexiones.
Siempre he sido un convencido de que este proceso no puede avanzar sin que sea Rondón el protagonista. No es posible hacer una revolución sin el pueblo. Pero Chávez le tuvo mucho miedo al pueblo y este gobierno le tiene más. No lo cree capaz cuando el incapaz es el propio gobierno. Todo lo que ocurre es su culpa. La imprevisión, la carencia de estrategia, la incompetencia y la corrupción son un signo de las cosas mal hechas. Pero sobre todo la falta de bolas. La incapacidad de entender que esta es una guerra y en las guerras la batalla es a otros niveles. No puede ser como decía Bolívar: "a cada conspiración y acto de corrupción y desobediencia sucedía el perdón...". Hasta cuando los perdones. Y es la razón por la que nos encontramos aquí.
Y además, la convocatoria a esa marcha, es la última prueba de que esta oposición no quiere absolutamente nada con el CNE, ni le interesa sus decisiones, ni lo que han dicho los que saben de esto. Son como niños que van nuevamente tras el dulce. No analizaron qué va a ocurrir cuando descubran que el dulce no existe, y qué le van a decir a la gente. Tampoco analizaron si se les desborda la marcha y queda fuera de control, que en el fondo es lo que buscan para que las imágenes viajen por el mundo. Ya me imagino a la televisión española.
Es decir, a esta oposición le sabe a queso que el chavismo ha ganado más de una elección por año. Culpa nuestra, porque como dice Luis Britto García: "Pero es difícil triunfar indefinidamente en contiendas electorales cuando se deja al adversario la potestad de realizar o no realizar la importación, producción y distribución de bienes básicos. Con ello los procesos progresistas entregan al enemigo la llave de su marcapasos. Las revoluciones sólo sobreviven mientras avanzan". Y ponen al pueblo como protagonista, diría yo, porque no hay otra forma. No olvidemos a Chávez: "solo el pueblo salva al pueblo".
Más allá de lo que ocurra el primero de septiembre, y aunque no lo creo, ojalá y no ocurra nada, el gobierno necesita oxigenarse; y creo que es el momento para sustituir todo el gabinete. Traer caras nuevas y hacer propuestas que tengan sentido, antes de que llegue el lobo.