Dos realidades en una sola

Progresivamente desde allá desde el norte imperio se ha ido fraguando todo un estratégico plan a fin concluyente de desmontar gobiernos en la América del Sur, Antillas y Caribe que no le sean forofo del mangoneo establecido por sus “organizaciones”, credencial del más mínimo control disminuido por los inicios de la Revolución Cubana y acentuada en alta Revolución Bolivariana. Dos líderes de peso influyen: Fidel Castro, 57 años de resistencia ante todo tipo de vil maniobra de EEUU incluyendo bloqueos radicales, centenares de intentos de asesinato sentencial, mediáticas internacionales, alto espionajes, asilo residencial a quienes son denominados por el consciente pueblo cubano como la gusanera burguesa. Hugo Chávez quien viniera desde la raíces del pueblo de Bolívar luego de ensayar tomar el poder por las armas, purgar condena y como el mismo dijera desde la catapulta electoral a tomar poder con el pueblo, quien diera giro nacional a la conceptuosidad política y giro regional e internacional dando un revés total al impuesto protocolo decidido por el impero aparato colono-económico dominador del norte.

Chávez convulsionó las razones del mundo, despertó la gran catapulta de los pueblos oprimidos, esclavizados, autómatas reos de una propia condena neo liberal. Y esas dos realidades: Fidel-Chávez: Son Ideología prevaleciente del empoderamiento de los pueblos, emprendieron, y no habrá forma alguna de detenerles.

La realidad es como el inmortal siempre tiempo, indetenible e impostergable en su efecto resultante; tiene anuencia de los errores y aciertos, mas, ello no equivale ni a la derrota ni la victoria, es la sustentación de los esfuerzos que en su acumulación positiva conducen al equilibrio más necesario para poder decretar que estamos envueltos en revolución, hacia ella y profundizándonos de su exquisita realidad, que viene a ser verdad del pueblo con su ideología y la ideología en contumaz a la realidad que sí va generando otra orquestada realidad para confundir, atrasar o eliminar vestigios propositivos de cambios definitivos, sin alianzas ni diálogos embrolladores, franca en su andar, sólida.



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Omar Ignacio Pinto


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