La emergencia nacional no es otra cosa que el surgimiento de la sexta republíca

Luego de haber insistido por mucho tiempo que la preocupante crisis que vivimos no tenia nada que ver con las decisiones tomadas por el Gobierno, finalmente el presidente Maduro se ve obligado a admitir que: "Venezuela ha entrado a una verdadera emergencia nacional, en una crisis que amenaza gravemente la integridad de nuestro país, los logros sociales y la estabilidad política." Desde hace mucho tiempo ya lo decíamos nosotros, pero el Presidente estaba sordo y el ciego y prefería acusarnos de "saber tanto de saber a casabe" en vez de aceptar con humildad los llamados de alerta que hacíamos y corregir los errores que se estaban cometiendo desde el Poder. Hoy Maduro, incluso, llama desesperadamente a un "compromiso de carácter nacional" e invita aún a aquellos que tengan "posiciones diferentes" a dar una mano para evitar lo inevitable. Es un llamado a salvar el país "como sea". Y eso tiene el sabor del "no supimos hacerlo porque nuestros enfoques eran errados; ahora compartamos la responsabilidad de lo que se nos viene encima". Y lo que se nos viene encima es exactamente lo que nosotros venimos denunciando desde hace mas de cuatro años, sin que nadie en el Gobierno o en el PSUV nos haya parado ni media bolita

Comencemos, entonces, con el contexto internacional para entender lo que habrá que hacerse a nivel doméstico y de la manera mas urgente posible


Hace algunas semanas el viceprimer ministro ruso, Dimitri Medvedev, advertía públicamente que "era necesario prepararse para lo peor si los precios del petróleo debieran continuar a caer aún más". En aquel entonces, el precio de la materia prima bordeaba los 34 dólares por barril

Luego de haber leído esas alarmantes declaraciones del vicepremier ruso, nos preguntamos si nuestros gobernantes y/o los intelectuales mas cercanos al Presidente Maduro habrían reflexionado y evaluado las consecuencias de esas palabras y su impacto en nuestras cuestiones internas ... nadie respondió.

Nadie respondió tampoco cuando hace mas de tres años invitaba a reflexionar seriamente sobre las transformaciones estructurales de la economia mundial y en la cual las grandes empresas petroleras comenzaban a abandonar la economia del fósil –fundada en el petroleo- a favor de la green economy (orientada a la producción de biocombutibles).

En aquél entonces escribía que: "en los últimos diez años, la demanda mundial de alimentos y de grandes cantidades de materias primas, ha provocado un interés de las grandes firmas multinacionales por el tema agrícola, no sólo porque se ven interesadas en el gran negocio de la producción y distribución de alimentos para el consumo humano, sino también porque se han dado cuenta que el verdadero negocio está en la producción y venta de "bio-petróleo", en substitución del petróleo fósil".

En efecto, entre 50 y 80 millones de hectáreas de tierra fértil han sido adquiridas por potentes firmas multinacionales en las zonas mas pobres del planeta (ya en el 2006 14 millones de hectáreas de esas tierras eran utilizada para la producción de biocombustibles). Se estima que dentro menos de 15 años, 54 millones de hectáreas de tierra será empleada para la producción de biocombustibles.


Pero el último esfuerzo de las trasnacionales para liberarse lo mas pronto posible del costoso y contaminante petróleo fósil, se está concentrando en la producción de biocombustibles a partir de las algas marinas: son los llamados "biocombustibles de tercera generación". En dicho esfuerzo ya están lanzadas las grandes trasnacionales del petróleo fósil (Exxon, BP, Chevron, Shell, Total, etc.), las grandes firmas multinacionales de la industria farmacéutica (Roche, Merck), los grandes nombres de los alimentos y de la agricultura (Unilever, Cargill, DuPont, Monsanto, Bunge, Procter & Gamble) y los grandes amos de la industria química (Dow, BASF).

Un ejemplo? La Exxon Mobil Corp., el mayor fabricante mundial de gasolina y diesel derivados del petróleo fósil ha invertido, a través de la Synthetic Genomics Inc., mas de 100 millones de dólares (de un total de 600 millones programados) para desarrollar biocombustibles derivados de las algas marinas.

Otro ejemplo? DuPont, la sexta empresa química mas grande del mundo es, también, la segunda empresa de semillas y la sexta agroquímica mas potente del mundo. Durante los últimos años DuPont ha construido una red de relaciones con British Petroleum (BP), Bio Architecture Lab (BAL), General Mills y Tate & Lyle para comercializar biocombustibles y plásticos derivados del maíz. DuPont y BP tienen, además, una empresa de capital de riesgo (la Butamax) que comercializa combustibles derivados de algas.

Frente a este panorama global de inversiones e investigaciones estratégicas para reducir la dependencia del petróleo fósil, nosotros en Venezuela, ¿Qué estamos haciendo y cómo nos estamos preparando para dicho escenario global? La pregunta es legítima porque todos estos macro-procesos tienen que ver con nuestro presente y, aún mas, con nuestro futuro.

Pero, volvamos al presente; volvamos al aqui y ahora a la luz de la "verdadera emergencia nacional" admitida publicamente por el presidente Maduro.

Ahora que el precio del petróleo ha llegado muy por debajo de los 30 dólares, también los Estados Unidos comienzan a temer un petróleo demasiado barato como el que tenemos hoy, pues, está en serio riesgo la producción de petróleo y gas que cientos de bancos norteamericanos han financiado y que ahora están a punto de quebrar por haberse lanzado en el negocio del fracking. En otras palabras, de continuar los precios del petróleo asi bajos, una tercera parte de los grupos financieros norteamericanos que operan en el sector del fracking podrían quebrar en el curso del bienio 2016-2017.

Según el CEO de la sociedad norteamericana de consultoría en materia petrolífera, Wood Mackenzie, las empresas activas en el sector han suspendido 68 proyectos de exploración, calculando en 380 millardos de dolares la pérdida de inversión para este año. Por su parte la Sociedad Alix Partners considera que en el curso del 2016, alrededor de 134 empresas norteamericanas productoras de petróleo obtendran entradas negativas por un valor cercano a los 102 millardos de dolares.

Pero hay mucho mas: un petróleo por debajo de los 30 dólares por barril se está convirtiendo en un gran dolor de cabeza también para el Banco Central Europeo (BCE) y la misma Federal Reserve (FED), pues ello obligaría a ambas instituciones a revisar algunas decisiones, frente a un crecimiento mundial mucho más frágil de lo que se esperaba (y el FMI ya lo ha admitido). A este proposito, incluso el Wall Street Journal advirtió hace algunos dias que los bajos precios del crudo constituyen el "síntoma de la desaceleración del crecimiento mundial".

La cuestión coyuntural que mas preocupa hoy por hoy es que Arabia Saudita insiste en inundar el planeta con su petróleo. Dicho país desea, por un lado, frenar el desarrollo de fuentes alternativas de energía y, por el otro, sabotear la reactivación de las exportaciones de petróleo por parte de Irán, luego del fin de las sanciones contra dicho país (el objetivo declarado de Irán es de aumentar la producción y exportación de 500 mil barriles diarios petróleo; dicho país él es el quinto mayor productor de la OPEP).

Según Gordon Kwan, alto representante de la firma Nomura: "la producción adicional de petróleo proveniente de Irán puede comprimir aún más la baja de los precios y posiblemente a mediados del 2016 podríamos llegar a pagar el petróleo entre los 10 y 20 dólares por barril." Los sauditas cuentan con grandes reservas de dinero, cercanas a los 650 millardos de dolares y, además, cuentan con costos muy bajos de producción del petróleo (de 2 a 3 dolares por barril). Por eso pueden permitirse el lujo de llevar el precio del oro negro hasta 10 dólares por barril. Algo insoportable para otros países, cuyos costos de producción del petróleo son superiores de 5, 10 o 20 dólares por barril (éste último es el caso de nuestro país).

Efectivamente, un cambio estructural se está produciendo en el mercado petrolero global y eso traerá consecuencias nefastas para todo el planeta, aún cuando golpeará a algunos países mas que a otros. Y aún cuando para los países importadores de crudo unos precios así tan bajos podrían suponer un importante beneficio, un optimísmo exagerado podría perjudicarles (perjudicaría, por ejemplo, los esfuerzos del Banco Central Europeo (BCE) de generar un poco de inflación en la eurozona para, de ese modo, estimular el crecimiento económico de la región).

Ante este panorama, qué hacer en Venezuela

Es claro que, en nosotros, una profunda y radical revisión del gasto público debe ser la máxima prioridad política del Gobierno. Habrán de revisarse a fondo los diversos beneficios sociales hasta ahora concedidos a cambio de nada, el tema del empleo estable en el sector público y también el tema de la gasolina casi regalada.

Austeridad debe ser la palabra de orden. Hay que decretar urgentes reformas económicas que muchos considerarán inconcebibles porque promovidas desde un Gobierno progresista. Pero es el realísmo lo que debe prevalecer y no las frases hechas y fuertemente ideologizadas. Es la Nación entera la que está en peligro y, por eso, dejemos a un lado los caprichos ideológicos de ese influyente grupito de come-libros que propone mas y mas estatización y control público de la economia nacional.

Habrá que vender muchas empresas, hoy en manos del Estado y controladas por el gobierno; habrá que eliminar una enorme cantidad de instituciones, entidades y organísmos locales, regionales y nacionales que non han cumplido con la finalidad para las cuales fueron creados y sólo han servido para derrochar enormes cantidades de dinero público en sueldos, agasajos y benefit de todo tipo para los altos funcionarios de dichos organismos, sus familiares y amigos. Antes de cerrarlas, hay que evaluar los resultados concretos de dichas instituciones. Las que no presenten ningún resultado virtuoso según los objetivos declarados, deberán regresar el todo dinero recibido para su operatividad y sus responsables expulsados a divinis de todo vínculo colaborativo con la pública administración venezolana.

Dada la grave coyuntura interna, el Goberno está obligado a recortar el gasto social inútil e ineficiente y promover la privatización de varios de los servicios públicos. Todo esto será necesario para limitar el impacto perverso de la pérdida de ingresos debido a los débiles precios de nuestro petróleo y a la grave crisis de reservas internacionales que sufrimos (Rusia, el segundo mayor productor mundial de petróleo fuera de la OPEP, ha decidido reducir en un 10 por ciento su gasto social).

Pero antes de iniciar con esta operación de restructuración hacia afuera (lo social), el Gobierno debe cumplir primariamente con otra operación – tal vez la mas urgente-, o sea una restructuración hacia adentro (aparato gubernamental, administrativo y político).

Iniciemos con la madre de todos nuestros problemas, o sea, los limites CULTURALES de muchos de nuestros dirigentes: habrá álguien en el Gobierno que quiera realmente superar la lógica rentista-paternalista que sigue caracterizando la acción gobernativa?

En el actual panorama de la reflexión en curso, no hay nada que diga relación con la urgencia de gerenciar el déficit de liquidez que sufrimos, sin transferir sus efectos negativos hacia el pueblo en general y, en particular, hacia los mas pobres y vulnerables de nuestra sociedad.

Si álguien cree que el aumento del precio de la gasolina sea una decisión justa porque daría oxigeno al grave déficit de liquidez que padecemos, está bien equivocado. Dicho aumento sería un simple y raquítico paliativo para esconder las verdaderas causas de la crisis de liquidez que vivimos.

Antes de decidir aumentar la gasolina, el gobierno debería meterle mano prioritariamente al descabellado incremento de la burocracia pública, que lo ubica como el empleador mas poderoso del país (según el Instituto Nacional de Estadística (INE), los empleados de la máquina pública venezolana serían actualmente mas de 3 millones de personas).

Agréguese a esta gigantesca, lenta y confusa burocracia el crecimiento exponencial de los órganos y entes adscritos a los diversos ministerios (en el 2013 estos era 849. De qué se ocupan esos 849 organísmos? Cuales son sus resultados y cuales sus aportes concretos al desarrollo del país?

Agréguese a todo esto la necesaria EVALUACION de lo hecho con los fondos otorgados a los diversos Consejos Comunales activos en todo el país.

Sabemos que muchos Consejos Comunales trabajaron y han trabajado muy bién, valorizando al máximo los fondos recibidos por el Gobierno y realizando las obras para las cuales recibieron dicho dinero público. Pero sabemos también que muchisimos otros Consejos Comunales hicieron auténticos festines con las platas públicas recibidoas y muchos de sus dirigentes se enriquecieron a manos llenas, no cumpliendo con lo declarado en los proyectos presentados. Esto tiene que acabarse definitivamente: hay que abrir una mega-investigación sobre el destino de ese gran chorro de dinero público que los Consejos Comunales activos en todo el pais recibieron y que nunca han sido ni monitoreados ni evaluados en sus resultados concretos. Los culpables paguen, incluso con la cárcel y con la expropiación de sus propiedades y bienes, obtenidos en modo fraudulento y delictivo.

En fín, hay que meterle mano dura, pero bien dura, al COSTO DE LA POLITICA Y DE LOS POLITICOS; hay que eliminar varios ministerios y viceministerios; hay que despedir Gerentes y Directores ineptos y llevar a la mitad el pago de la dieta de los diputados los cuales deben renunciar voluntariamente a la enorme cantidad de benefit que reciben por el hecho de ser "Honorables". Basta privilegios a la Casta política! El país no puede continuar a permitirse ese lujo en este crítico momento.

En fin, hay que extender a los corruptos y enriquecidos sospechosamente la EXPROPIACION FORZADA de sus bienes si no demuestran ante la Ley la proveniencia legal de dichas pertenencias y propiedades.

No es, entonces, decretando una "emergencia economica" (que, además del aumento del precio de la gasolina, introduciría el alza del impuesto sobre la renta, el aumento de la factura eléctrica y otras similares medidas) que aliviaremos el déficit de liquidez que sufrimos. Al contrario, es atacando de frente y en primer lugar las anomalías que he indicado anteriormente que podríamos comenzar a reducir el despilfarro de fondos públicos; es sometiendo al sector público a una profunda y decidida cura adelgazante mediante el cierre de entes e instituciones inútiles y el despido inmediato de funcionarios corruptos e incapaces que podríamos ahorrar cantidades importantes de divisas y dinamizar los servicios al ciudadano.

El Gobierno podría ser mas eficiente y ágil con menos ministro y viceministros, con menos entes inútiles (dirigidos en su gran parte por personajes incapaces y ausentistas) y con un reducido número de empleados. Así estarían más claras las responsabilidades de cada sector y disminuiría fuertemente el gasto público improductivo. Estas son las preimsas para el surgimiento de la Sexta República. Aprovechemos la actual coyuntura (incluso política) para hacerla surgir!

(*) @NicheRosso // serrano.edgar536@gmail.com

 



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