En el artículo anterior afirmamos que el pensamiento de Chávez es la única alternativa que aparece hoy en el horizonte mundial frente al neoliberalismo salvaje. Por lo menos así lo entienden las grandes potencias imperialistas y una parte importante de la humanidad.
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Por ejemplo, el hecho que Hugo haya sido el nombre más utilizado en los recién nacidos por los españoles en 2014 no escapa a esa realidad, así como el ascenso de movimientos políticos alternativos en muchos países.
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De allí la enorme responsabilidad que tenemos los venezolanos sobre nuestros hombros de no fallarle a nuestro comandante, a nuestro pueblo y a los pueblos del mundo.
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Y en la actualidad eso pasa por entender correctamente la actual situación mundial.
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EL IMPERIALISMO YANKY COMO ENEMIGO PRINCIPAL DEL PROCESO?
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Constantemente se repite erróneamente que el imperialismo norteamericano es el enemigo fundamental del proceso venezolano.
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Esa afirmación se corresponde, en mi criterio, a la visión que se tenía dentro del movimiento revolucionario latinoamericano durante la guerra fría, en la cual el papel fundamental de este a nivel internacional era servir de soporte al régimen soviético en su lucha en contra del imperialismo gringo.
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Pero eso ha cambiado drásticamente. Ya no hay Unión Soviética y todo el planeta ha caído bajo el sistema neoliberal, exceptuando algunas naciones con formaciones económicas pre-capitalistas.
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Hay que entender de una vez por todas que, hoy por hoy, al ser el pensamiento de Chávez la única alternativa ante el neoliberalismo se convierte en el blanco directo del sistema neoliberal.
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Ahora bien, el hecho de que ese mundo capitalista este dividido en polos de poder, sumado al hecho de poseer Venezuela las mayores reservas de petróleo del mundo, nos ha permitido “navegar” y sobrevivir en medio de las contradicciones que originan los conflictos de intereses de esos polos, que incluyen el deseo de las potencias emergentes de acceder prioritariamente a las riquezas naturales de nuestro subcontinente, arrebatándole ese papel a las potencias occidentales.
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Afortunadamente, en la actualidad solo uno de esos polos, el de las potencias neoliberales agrupadas bajo el llamado polo occidental muestran su hostilidad en contra de nuestro proceso. Es lo que explica que otros países fuera de Estados Unidos como España, Alemania, Inglaterra, etc. asuman asumiendo constantemente posiciones en contra de nuestro país y constituyen hoy la punta de lanza de la guerra económica.
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Claro, lo anterior no significa que debemos romper lanzas como locos en contra de todos esos países, pero si que no debemos hacernos falsas ilusiones sobre "manejar" presuntas contradicciones entre ellos.
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NO DURARA ETERNAMENTE
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Pero no hay que apostar a que eso durará eternamente.
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Siguiendo el curso del pensamiento de Lenin, hay que esperar que los polos emergentes se conviertan en imperialistas, llevando a inevitables y devastadoras conflagraciones. O, si se impone al final el pensamiento de Kautsky y el imperialismo se vuelve racional, veremos un mundo unipolar de naciones imperialistas dominando al resto del mundo, incluyéndonos.
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Es por ello que la propuesta de Chávez adquiere una vigencia de extrema importancia, no solo en lo que se refiere a la construcción de un mundo basado en el humanismo, sino el papel determinante que la unidad política, económica y militar de Latinoamérica significa para los pueblos del mundo.
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Por eso es que, además de entender esta realidad mundial, en lo interno no se puede fallar en la construcción del Socialismo del siglo XXI.
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Es vital corregir de una vez por todas las aberraciones que se han presentado en el campo económico con esas torturantes colas, con un desabastecimiento galopante, con la inflación desbocada y con ese fatídico manejo de las divisas que parece más bien diseñado para enriquecer a algunos vivos, incluso dentro del mismo gobierno, replicando así la experiencia vivida en los últimos años de la dictadura soviética, que le están haciendo un daño mortal a las esperanzas de nuestros pueblos.