En la decadente situación económica y política por la que atraviesa el imperio económico mundial capitalista representado y anidado en los Estados Unidos de Norte America a su presidente Barak Obama se le presenta una diatriba muy difícil de resolver con respecto al numero 43; pareciera una infeliz coincidencia pero que a su vez sirve para poner al descubierto ante el mundo el doble discurso de ese país en su posición frente a los derechos humanos que tanto dicen defender.
La posición de Obama ante el genocidio perpetrado por el gobierno mexicano con los estudiantes donde las fuerzas policiales enfrentaron una protesta estudiantil y ante los ojos de todos 43 jóvenes fueron arrestados les hicieron abordar camiones y llevados para ser desaparecidos, presuntamente asesinados y sus cuerpos quemados en un basurero, para Obama este hecho no ha tenido mayor contundencia, sus débiles apreciaciones ante tremenda barbarie cometida por su aliado colega mexicano es uno indicio de parcialidad, los derechos humanos para las victimas no existen y por tanto no ameritan por parte del policía de la región ninguna sanción, ni una torcedura de brazo, ni siquiera un llamado de atención, mucho menos una amenaza de invasión para encarrilar a México por el “camino correcto”.
Pero es que el 43 también persigue a Obama por ser actor principal, apoyador y financista de las protestas nada pacificas de la oposición en Venezuela para derrocar al gobierno legitimo y constitucional, donde sus pupilos opositores criollos causaron la muerte de 43 seres humanos venezolanos, muertes que de inmediato achacaron al gobierno nacional y de la cual han hecho todo un fundamento para acusar al presidente Maduro de ser violador de los derechos humanos, acusación que de manera descarada reiteran ante el mundo al denunciar cínicamente la encarcelación y judicialización de los autores intelectuales de esa masacre y por tanto ameritan de una sanción y firma un decreto imperial donde se declara a Venezuela como una amenaza al pobrecito y débil Estados Unidos de Norteamérica, jamás habíamos visto tamaña hipocresía por parte de presidente alguno, ¡claro!, al final tenemos que entender que el decadente imperio financiero mundial intentó correr un poco la arruga poniendo al frente del racista gobierno gringo a un negro, pero no por ser negro, ¡no!, sino por tratar de calmar a la población de ese país ante una esperanza de cambio pero al final hubiese sido blanco, negro o amarillo, el presidente puesto por el imperio debe acatar las ordenes igualmente.
Los errores del imperio que cada día que pasa son más reiterativos tendrán consecuencias históricas, Venezuela parece destinada por la providencia para ser la libertaria de los pueblos, Unasur. Celac, Alba, las organizaciones y países aliados no van a permitir que el imperio se salga con la suya, lo que les queda de patio trasero esta muy minimizado y posiblemente hasta aquí lleguen la OEA y el TIAR, la moneda de papel ficticia llamada dólar será reemplazada, y ¡cuidado!, hay por ahí muchos haciendo cola para sacarse ciertos clavos, Japón como única victima de bombas nucleares, México queriendo recuperar la mitad de su territorio robado incluyendo La Florida y otros como intereses devengados por maltrato y humillación a sus ciudadanos, Grenada, Haití, Chile, Puerto Rico, Panamá, y pare de contar, yo no apostaría ni un cuartillo por ese árbol caído y débil.
Nosotros apostamos por la paz pero jamás por la rendición, las consecuencias de esta afrenta serán única y exclusivamente atribuidas al imperio gringo, ya han tenido suficientes muestras de la capacidad estratégica y de defensa del gobierno revolucionario, Chávez nos preparó para esta hora y cumpliremos su designio, a Venezuela y Latinoamérica no la arrodilla nadie. Quince años tratando de doblegar el proceso revolucionario y siempre han salido con las tablas en la cabeza y si han decidido la vía militar bueno, allá ellos, pero si les aseguraremos que no va a ser una guerra de ellos atacar y nosotros defendernos, ¡no!, hoy en día existen muchos mecanismos modernos para darles una tacita de su propia medicina, que no se equivoquen, sino pregunten porque nunca pudieron derrotar a la heroica Cuba.
