Washington mantiene su política de desestabilización en América del Sur a golpe de millones de dólares y este año se dispone a financiar la campaña presidencial de oposición al presidente Chávez. Con el objetivo de retomar el control de los recursos petrolíferos de Venezuela y de consolidar su influencia en la región.
El presidente Obama reclamaba en febrero un anticipo de cinco millones dólares del presupuesto nacional de 2012 para apoyar a los grupos de oposición a Hugo Chávez. En un momento en que la quiebra del sistema arroja una cifra de 43,6 millones de ciudadanos estadounidenses que viven por debajo del umbral de la pobreza. Y solo se trata de una pequeña parte de la financiación prevista en 2012, cuando se convocarán en Venezuela dos procesos electorales: las presidenciales y las regionales.
"La revolución no será transmitida" fue realizado por Kim Bartley y Donnacha Ó Briain, que se encontraban en el lugar (Palacio de Miraflores) haciendo un reportage sobre Chávez, cuando explotó el foco del conflicto con el despido de la plana mayor de PDVSA. Se mantuvieron en los días de huelga general grabando a los partidarios y al gabinete de Chávez, y los sucesos del 11 de abril. Durante el rodaje del film, quedaron plasmadas imágenes que corroboran la tesis de Golpe de Estado, dejando de lado las explicaciones (posteriores) que se referían a un vacío de poder. La conclusión del documental es que el golpe de estado fue planeado y llevado a cabo por un sector de la derecha venezolana y con acción externa por parte de Estados Unidos y los medios de comunicación de Venezuela. (Wikipedia)
El 11 de abril de 2002, el presidente Chávez se enfrentaba a una tentativa de derrocamiento apoyada por los medios de comunicación privados del país. El golpe, sofocado al cabo de 48 horas, había sido reconocido por Estados Unidos y la Unión Europea que tuvieron que tragarse su decepción. Desde entonces, la embajada de Estados Unidos en Caracas es el centro de distribución y coordinación de los fondos concedidos por la US Agency for International Development (USAID), que a su vez es una agencia de la National Endowment for Democracy, fachada de la CIA, financiada por el Departamento de Estado de EEUU. Hasta ahora, la USAID distribuía sus millones de dólares entre tres subcontratistas: el International Republican Institute, el National Democratic Institute y, especialmente, el Development Alternatives Inc, catalogados como organizaciones no gubernamentales. Además, conviene recordar que la USAID, creada en 1961 por Kennedy, ha apoyado a las peores dictaduras y ha sido acusada por Amigos de la Tierra (« Les États-Unis jouent avec la faim », 23 de mayo de 2003) de suministrar maíz transgénico a los países de África austral en beneficio de las industrias agroalimentarias. La USAID se dedica también al espionaje, tanto en Iraq como en América Latina. En 2009, Venezuela era el país en donde la National Endowment for Democracy (CIA) más había invertido, con más de 1 800 000 dólares, duplicando así la cifra del año anterior. Sin duda, en previsión de la ley de diciembre de 2010 contra la financiación extranjera con fines políticos...
Tras su promulgación, las tres agencias anteriormente citadas tuvieron que salir de Venezuela y, actualmente, existe un proceso abierto contra los dirigentes de Sumate, movimiento asociativo civil venezolano que recibió 53 400 dólares por “enseñar democracia”. Su líder, Maria Corina Machado, fue recibida en 2005 por Georges W. Bush en la Casa Blanca. Lo que evidencia las relaciones de la oposición y del poder estadounidense al más alto nivel.
Tras la salida de las tres agencias implicadas, la embajada de EEUU en Caracas se vio abocada a desempeñar un papel más importante. Prueba de ello es que su presupuesto subió a 24 millones de dólares, lo que supone un incremento de cerca de nueve millones respecto al año anterior (15,9 millones). Y eso solo es una modesta parte de las cantidades destinadas a la oposición. Es difícil atribuir ese aumento del presupuesto a gastos de funcionamiento. El número de empleados de la embajada sigue siendo el mismo desde 2010, y ni siquiera hay embajador residente. Las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela están más tensas que nunca, después de que Hugo Chávez se opusiera al nombramiento de Larry Palmer como embajador en Caracas, y de que, el 3 de enero de 2011, se revocara el visado del embajador de Venezuela en Washington. Realmente, el pasado de Palmer no habla a su favor... Cooperación con la oligarquía apoyada por EEUU en Honduras, Paraguay, República Dominicana, Corea del Sur, Sierra Leona... Con todo lo que suponen esas relaciones.
Uno de los empeños de Larry Palmer, persona non grata en Venezuela, es la promoción del Acuerdo de comercio norteamericano, también llamado Zona de Libre Intercambio de las Américas o ZLEA, comunidad económica que sería una prolongación de la Alena firmada en 1994 entre Estados Unidos, México y Canadá.
Uno de los empeños de Larry Palmer es la promoción del Acuerdo de comercio norteamericano, también llamado Zona de Libre Intercambio de las Américas o ZLEA, comunidad económica que sería una prolongación de la Alena firmada en 1994 entre Estados Unidos, México y Canadá. En el caso de México, la Alena favoreció un verdadero dumping del maíz estadounidense en detrimento de la viabilidad de los cultivos alimenticios campesinos. Ese acuerdo sirvió para eliminar cualquier obstáculo jurídico al desmantelamiento de la propiedad común de las tierras. Si se aplicara en toda América Latina, prohibir los organismos genéticamente modificados resultaría prácticamente imposible. La Alena favoreció la privatización de compañías estatales con la excusa del equilibrio presupuestario, apoyada por el chantaje del capital financiero que había exigido en 1994 una drástica rebaja de los sueldos mexicanos. No es difícil entender que Larry Palmer sea una persona non grata en Venezuela. País que impulsó en 2005 la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, con el fin de reducir la dependencia frente a Estados Unidos. Y Hugo Chávez no se queda ahí, ya que defiende una Banca del Sur, frente al Fondo Monetario Internacional, una televisión y una compañía petrolera del Sur. En una palabra, el gran desbaratador del liberalismo económico y del neocolonialismo estadounidense que persiste desde hace décadas (Golias Hebdo nº 166). A Hugo Chávez se le acusa continuamente de ser un enemigo de la libertad, entiéndase, claro está, de la libertad de los mercados. Recientemente el cardenal arzobispo de Caracas, Jorge Urosa Savino, acusaba al presidente venezolano de llevar al país hacia la dictadura.
A él se ha unido Baltasar Porras Cardoso, arzobispo de Mérida y cercano al Opus Dei, que no se anda por las ramas y ha comparado a Hugo Chávez con Hiltler y Mussolini. Como Oscar Maradiaga (Honduras), Julio Terrazas (Bolivia) y otros, prelados que consideran más adecuado situarse al lado de los oligarcas locales y de la CIA, que no dudan en participar en las obras de la parroquia. La reducción de las desigualdades, la casi desaparición del analfabetismo y la puesta en marcha de un sistema de seguridad social no interesan realmente a estas personalidades. Hugo Chávez tuvo además la desfachatez de pedir, en julio de 2010, una revisión del concordato con el Vaticano. Él, que se reclama marxista y cristiano, cree que los actuales acuerdos incumplen la Constitución de un Estado laico. Hasta ahora, no ha sido excomulgado.
La Venezuela de Hugo Chávez no es la única que está en el ojo del huracán. Ecuador era objeto de otra tentativa de desestabilización en 2010 apoyada por las radios y las televisiones privadas. El año anterior se producía con éxito el golpe en Honduras, y en 2007 la tentativa de escisión de la parte más rica de Bolivia.
La nacionalización del oro negro, en un país cuyas reservas representan más de un tercio de las reservas mundiales, es intolerable para EEUU que amenaza constantemente con sanciones a la compañía estatal Petróleos de Venezuela SA (véase el mapa). Este malvado Chávez quiere reformar el sistema financiero, con el apoyo de una nueva ley votada en la Asamblea Nacional. Los bancos deben contribuir a programas sociales, a los esfuerzos de la construcción de viviendas... Mejor aún, el 5% de los beneficios antes de impuestos de todos los bancos (314 millones de bolívares en 2009, es decir 73,1 millones de dólares) tiene la obligación de apoyar proyectos elaborados por los consejos municipales, y el 10% de su capital se debe preservar para financiar las pensiones y los salarios en caso de quiebra. Una forma de controlar la especulación tremendamente inquietante que podría dar ideas al pueblo estadounidense y a muchos otros.
La Venezuela de Hugo Chávez no es la única que está en el ojo del huracán. Ecuador era objeto de otra tentativa de desestabilización en 2010 apoyada por las radios y las televisiones privadas; el año anterior se producía con éxito el golpe en Honduras, y en 2007 la tentativa de escisión de la parte más rica de Bolivia... precedida en 2006 por la voluntad de Evo Morales de nacionalizar los hidrocarburos. A principios de septiembre de 2011, Hugo Chávez evocaba la posibilidad de una intervención extranjera. Sus inquietudes no deben tomarse a la ligera y se apoyan en una política que sigue demostrando su eficacia. A lo largo del año 2012, el gobierno venezolano sufrirá sin duda turbulencias... En cualquier caso, Washington se afana en ello y reparte sus millones de dólares menospreciando a los pueblos y su aspiración a la paz y al bienestar.
Traducido por Rocío Anguiano
http://www.tlaxcala-int.org/article.asp?reference=6716
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