La otra batalla de Nueva York

Luego de la votación en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, ONU, que permitiera que el auto-proclamado Consejo Nacional de Transición, CNT, con el apoyo del imperialismo, las viejas potencias coloniales europeas y el sionismo internacional, fuese reconocido como representante del Estado libio - más no del pueblo libio –, esa organización mundial deberá asumir ésta semana el debate y la votación sobre la admisión de Palestina como Estado Miembro de la ONU, lo cual tendrá enormes implicaciones para las partes directamente involucradas: el ente sionista israelí y la Organización para la Liberación de Palestina, OLP.

Desestimada por el llamado Estado de Israel toda solución negociada del conflicto sionista-palestino, con base a las reiteradas resoluciones de la ONU en las que se reconocen el Derecho del pueblo Palestino a la creación de su propio Estado independiente y soberano, en la parte adjudicada luego de la partición del territorio colonial de Palestina, en 1.948; la dirección de la OLP, la cual ostenta la condición de Miembro Observador de las Naciones Unidas, decidió reclamar para el pueblo palestino los mismos derechos que unilateralmente asumieron los sionistas al proclamar en ese año de 1.948, la existencia del Estado confesional, teocrático, guerrerista y racista de Israel.

Imposibilitados de alcanzar sus objetivos, con el apoyo de sus hermanos árabes, en las guerras de 1.948, 1.967 y 1.973, derrotadas sus vanguardias armadas en la internacionalización de la guerra contra el sionismo y el imperialismo, traicionados, expulsados por el Reino de Jordania, y de la República del Líbano por la alianza del sionismo, el imperialismo y la derecha maronita,, obligados , después de dos ‘’Intifadas’’, a aceptar la creación de la cuasi-estatal Autoridad Nacional Palestina, ANP, derivada de los Acuerdos de Camp David, suscritos por Yasser Arafat y Isaac Rabin y, agotados todos los procesos de la ‘’Hoja de Ruta’’ de las negociaciones de Paz en Madrid y Oslo; la dirección de la OLP, encabezada por Mahmud Abbas, ya no tenía ninguna razón para seguir atada a un proceso que solo trajo la continuación y consolidación de la colonización de sus territorios y la división y enfrentamiento del pueblo palestino.

La decisión de la OLP no ha sido fácil, por cuanto no cuenta con el apoyo del movimiento islamista HAMAS, gobernante en la Franja de Gaza y tiene como naturales contradictores el gobierno sionista que preside Benjamín Netanyahu y todo los Poderes políticos, económicos y militar del gobierno de los Estados Unidos, reforzados por los principales Estados Miembros de la Unión Europea (Alemania, Francia, Italia) quienes, encontrándose a la defensiva frente a la iniciativa palestina, ratificarán su decisión de sostener el proyecto colonizador que los gobiernos israelíes y el sionismo internacional, vienen desarrollando desde 1.948, en las antiguas tierras palestinas.

Pareciera, por los pronunciamientos que han expresado diversos gobiernos y organizaciones internacionales e, incluso, los voceros sionistas e imperialistas, que existe suficientes votos en la Asamblea General de las Naciones Unidas para aprobar el reconocimiento del Estado Palestino como Miembro -observador o pleno- de las Naciones Unidas, independientemente del Veto que los Estados Unidos de América aplicará en el Consejo de Seguridad, para rechazar la solicitud de la OLP, por lo que ello constituirá una importante victoria política del pueblo palestino y su dirección, que coloca en una situación política distinta la actual situación del conflicto sionista-palestino, toda vez que desaparece la ANP para nacer un Estado soberano e independiente, reconocido por la mayoría de la comunidad internacional, convirtiendo al Estado Sionista de Israel, de una fuerza de ocupación de un territorio, en una fuerza ocupante de un Estado y eso, tendrá grandes implicaciones en la conducta de los Estados y la comunidad internacional.

En todo caso, aún en medio de la crisis global del Capital, el desgaste imperialista en sus frentes de guerra en Afganistán, Irak y Libia, la división de sus alianzas regionales con la petro-monarquَías musulmanas del Golfo Arabe-Pérsico y las convulsiones que conmueven la geopolítica del Medio Oriente y el Norte de Africa; todo indica que, siendo fiel a su lógica de hegemonista, el gobierno imperialista norteamericano, sus viejas potencias coloniales aliadas subalternas y el sionismo internacional, sostendrá su vierja política de garantizar la sobrevivencia del Estado colonial israelí, aliado fundamental en la región del Medio Oriente para garantizar los intereses del Capital internacional en esa parte neurálgica del planeta; por lo que será inevitable un proceso de regionalización del conflicto sionista-palestino, con directas consecuencias en los países periféricos y en la seguridad internacional.
Pero esta oportunidad, el imperialismo, ‘’no cantará victoria’’ en New York.


yoelpmarcano@yahoo.com


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Yoel Pérez Marcano


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