Es evidente que la violencia desatada en la ciudad de Benghaci y otras regiones de Libia son una muestra real de cómo el gobierno de Washington y la Comunidad Europea, al igual que el sionismo con todos sus aliados, están tratando por cualquier medio de destruir el esfuerzo revolucionario libio para apoderarse de las riquezas del hermano país, y transformarlo nuevamente en una colonia como en los tiempos del rey Idriss.
En la conjura conspirativa están jugando papel de primer orden todos los medios de comunicación del área internacional, ejemplo AL JAZIRA, señal que viene transmitiendo noticias e imágenes televisivas manipuladas y deformadas suministradas mediante informes secretos falsos por la inefable CIA, la OTAN y el infaltable Mossad israelista.
¿Qué se esconde detrás de la tragedia política que se está desarrollando en el pueblo de Yamahiriya Árabe Libia? En primer lugar se trata de neutralizar la “posible” influencia política del modelo socialista democrático en los nuevos gobiernos de Egipto y Túnez, los cuales mediante levantamientos populares pusieron fin a regímenes tiránicos en esos países. En segundo lugar es necesario e imprescindible eliminar las conquistas y beneficios de los trabajadores (as), tales como salarios justos, seguridad social, deportes, viviendas, salud, educación, diversión, transporte, protección a la niñez y a los ancianos.
En la lógica imperial está desaparecer toda expresión de justicia en la distribución del ingreso, en las relaciones de propiedad, en el papel benefactor, protector o distribuidor del gobierno libio en su condición de defensor de los intereses y garantías nacionales. En tercer lugar rehabilitar las políticas militares de conquista y reconquista de recursos naturales valiosos en esa zona de gran valor geopolítico y estratégico en todos los casos. Además se debe proteger la internacionalización del gran capital y sus corporaciones. Hay que elevar el poder de los medios masivos de comunicación importando su ideología, rescatando y enriqueciendo el modelo neoliberal estableciendo poder hegemónico a gran escala.
El imperialismo y sus seguidores una vez más intentan destruir la Revolución libia que ha consagrado en su tierra el poder del pueblo. Se quiere impedir que el sistema socialista libio sea aceptado por otros pueblos del África que luchan por su total y definitiva liberación
Las inteligencias de los poderes, universales en lugar de desprestigiar a los gobiernos de los Estados que buscan su independencia definitiva, deben poner toda su eficacia para enfrentar y frenar las agresiones que este momento se cometen contra el pueblo de Libia, buscar soluciones para devolver la paz perdida a los hombres y mujeres de ese país
¡Victoria o Muerte! Es la consigna de los pueblos libres ante los mercenarios invasores. “O vencemos o morimos, pero jamás nos entregaremos” es la respuesta a los indignos e infames agresores que pretenden con sus acciones desestabilizadoras contrariar las normas más elementales del derecho internacional, del derecho de gentes y la misma carta de la ONU, apoderándose por la violencia y la fuerza del territorio libio para después repartírselo entre las grandes potencias.
No podrán balcanizar a Libia, la Jamahiriya jamás se rendirá Las masas populares lo impedirán.
