Lo sucedido en Libia
no pude ser explicado con el prisma aplicado a Egipto, Yemen, Argelia
y Túnez, sino con la estrategia desplegada por el imperialismo norteamericano
en el caso de Yugoslavia que produjo una terrible guerra civil entre
servios y croatas, cuyo resultado fue el desmembramiento de ese país,
con la única finalidad de fortalecer la presencia de la OTAN, la misma
OTAN que en 1999 arrazó su territorio a punta de bombas, ante
el debilitamiento de Rusia producto de la caída del ensayo del socialismo
real.
Estados Unidos e Inglaterra,
agrupados en la OTAN, han financiado y apoyado grupos insurrectos introducidos
desde el extranjero para subvertir la estabilidad del país, han sobornado
a la oposición para ocasionar el caos social. Por eso, las agencias
de comunicación imperialistas no visibilizan liderazgo nativos libios.
Las cabezas pensantes de la estrategia guerrerista se encuentran en
la Casa Blanca, sus jefes son los magnates petroleros de Texas, el clan Clinton y Barack Hussein Obama.
La Revolución Verde,
constituyo la expresión y la respuesta de un pueblo ocupado por Italia
y otras potencias militares como Inglaterra y Estados Unidos. El 1ro.
de septiembre de 1969, el coronel Gaddafi inició en Sebba una insurrección
que derroca la monarquía del rey Idris. Luego del triunfo popular el
consejo de la revolución declara a Libia, sin vacilar, como un país
musulmán, nasserista y socialista.
Un enfoque Nasserista
en memoria a los postulados de Gamal Abdel Naseer, líder egipcio que
dirigió la revolución de julio de 1952 condensados en
seis puntos: Primero, lograr la independencia de Egipto, es decir, eliminar
la presencia británica. Segundo, terminar con el feudalismo. Tercero,
suprimir el dominio del dinero sobre el poder político. Cuarto, instaurar
un régimen que impusiera y respetara la justicia social. Quinto, organizar
un ejército fuerte, que no padeciera las lacras que todos conocían
en sus propias carnes y que se habían manifestado cruelmente en la
guerra de Palestina. Sexto, establecer una democracia real. Revolución
traicionada y paralizada por la burguesía árabe y respaldada por las
potencias militares de occidente.
Según Radio Alerta Roja,
la Revolución Verde ha propinado duros golpes al imperialismo:
Gaddafi entre sus
primeras medidas logra “eliminar las bases militares norteamericanas
e inglesas e imponer limitaciones a unas 60 firmas transnacionales petroleras
en el país. Así como declaró que el Estado libio asumiría el control
de la producción de petróleo”.
La revolución “emprendió:
reforma agraria, sistema de seguridad social, asistencia médica gratuita,
participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas
del Estado. Libia se convirtió con Gaddafi en el país africano con
mayor ingreso per cápita”.
Del mismo modo abrió
la posibilidad de la creación de un poder popular vigoroso, que trajo
consigo la pulverización de las instituciones heredadas de los tiempos
del coloniaje europeo y norteamericano, visibilizando un pueblo con
más de cinco millones de habitantes, estructurado en clanes, reunidos
con un propósito común: defender la soberanía muchas veces vulnerada
desde occidente capitalista.
La Revolución Libia
se ha opuesto en reiteradas ocasiones la las políticas sionistas de
ocupación a territorios palestinos, a los bombardeos sistemáticos
al pueblo libanés, cuando la ONU mantuvo su silencio sepulcral.
La Republica Popular
Socialista de Libia es un miembro activo de la OPEP, dado su condición
de país petrolero, siendo uno de los principales proveedores de hidrocarburos
livianos a Europa. La crisis estructural del capitalismo ha puesto en
evidencia que su modelo económico es insostenible, su principal socio
comercial petrolero como Venezuela, ha amenazado de continuar con la
ingerencia en sus asuntos internos con cerrar el grifo petrolero, y
construye nuevas alianzas con países como Irán, Rusia y China.
En el entramado mediático
transnacional destacan varias cosas que se han lazado al mundo sin una
verificación previa:
Se acusa al gobierno
revolucionario, en la figura de Muammar al-Gaddafi de violación
a los derechos humanos, cuando la verdad es que los grupos insurrectos
han tomado por las armas la mitad del país. Se amenaza a las autoridades
libias de ser procesadas por la Corte Internacional de los Derechos
Humanos. Algo similar con el golpe de Estado contra el presidente Hugo
Chávez Frías.
La ONU se prepara para
legitimar una ocupación de Libia, para lo cual ha movilizado buques
militares, aviones y contingente para una eventual maniobra militar
con la finalidad de hacerse con el poder y con el petróleo como lo
hiciera con Irak.
ONU que desestimó los
resultados en victimas contra el pueblo civil de Operación Plomo Fundido,
iniciada por Israel el 27 de diciembre de 2008, en la cual se utilizaron
bombas de fósforo en la Franja de Gaza, bombas prohibidas por los convenios
internacionales.
La ONU ha respaldado
el bloqueo contra Libia, que puede ocasionar un gran drama humanitario
como el del Líbano, impidiendo la entrada de la ayuda humanitaria de
los países del resto del mundo.
El comándate Fidel Castro
ha dado en el clavo cuando vaticinó: "Al gobierno de Estados Unidos
no le preocupa en absoluto la paz en Libia, y no vacilará en dar a
la OTAN la orden de invadir ese rico país, tal vez en cuestión de
horas o muy breves días"
Acertadamente añadió:
"una persona honesta estará siempre contra cualquier injusticia
que se cometa con cualquier pueblo del mundo, y la peor de ellas, en
este instante, sería guardar silencio ante el crimen que la OTAN se
prepara a cometer contra el pueblo libio".
Nuestro país debe cerrar
fila por la paz, la solidaridad, la autodeterminación con el pueblo
libio que defiende su revolución de las garras imperialista. Es necesario
socializar con nuestro pueblo que lo acontecido requiere una lectura
mas profunda que la transmitida por las transnacionales de la
comunicación conectadas en una cadena internacional que tiene como
interlocutores únicos a los Estados Unidos.
(*) Sociólogo
radicallibrerojo@yahoo.es