Los mas recientes anuncios del premio Nobel son de ataque, aunque no tanto en realidad. Los premios Nobel de la paz del presente y el pasado año hacen fácil prever que para el año próximo este galardón será otorgado a Iron Man ó a Superman por su aporte a la paz mundial, aunque el primero tiene mayor oportunidad por haber combatido al mal en Afganistán. No importa cuan absurdo y ridículo sea el nombramiento, ya que a Suecos y Noruegos les importa poco hacerlo tan seguido, el ridículo, ya que para ganar el premio solo hay que oponerse a cualquier deseo de autodeterminación de los pueblos utilizando a la democracia como bandera. Sólo así puede entenderse el premio otorgado el año pasado al presidente Barack Obama y el presente al chino Liu Xiaobo.
El de literatura este año da para predecir que el próximo año el premio recaerá sobre Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido en los bajos fondos como Chespirito, por su magna obra "El Chavo del Ocho", fuente de inspiración para bobos, perezosos y abusadores. Este año el premio ha recaído sobre un payaso intelectual, hay que reconocer que conoce la carpintería del oficio de escritor, dicho por otros que han tomado la molestia de leer sus obras, que obedece a sus amos europeos y norteamericanos con su discurso económico liberal. En este renglón solo hay que ser una de dos: o muy bueno, o de derecha, al menos es la tendencia actual. Lo mejor que podría ocurrir es que algún día algún galardonado saque de su fibra toda la dignidad posible y lo rechace durante la ceremonia de entrega. El mundo agradecería tal lección de desprendimiento, que significaría que ni el dinero, ni la fama pueden compensar la falta de dignidad en algunos seres humanos.
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