El
cactus hoodia, planta que
los bosquimanos comían para
no pasar hambre y sed en sus
travesías del desierto del
Kalahari, ahora se ha
convertido en un fármaco
para curar la obesidad. La
maca, una planta andina de
uso indígena en Perú,
llamada "viagra natural", es
uno de los productos
patentados para elevar los
niveles de testosterona.
Decenas de multinacionales
biotecnológicas y
farmacéuticas occidentales
se están apropiando
ilegalmente de recursos
biológicos de África para
desarrollar en sus
laboratorios productos muy
lucrativos cuyos beneficios
no revierten en sus países
de origen, violando con ello
la Convención sobre
Biodiversidad de la ONU. En
“leer más” podrán ampliar la
información sobre su enorme
fracaso.
Ellas desarrollan productos
ya sean plantas para los
jardines de Europa o
productos que sirven para
decolorar pantalones
vaqueros de diseño. Las
multinacionales lo
justifican con el argumento
de que las plusvalías deben
recaer en quienes los
desarrollan
biotecnológicamente y no en
los países de origen de la
materia prima. Se habla de
una nueva forma de pillaje
colonial.
Ha terminado la octava
conferencia de las partes de
la Convención sobre
Biodiversidad (COP8) en
Curitiba, Brasil, y si se
cumplieran las expectativas
de los organizadores, será
solo en el 2008 que entre en
vigor un régimen de
exigencias para evitar esos
robos en el Tercer Mundo.
Países como Australia,
Canadá y Nueva Zelanda han
venido bloqueando el
acuerdo, y han sido acusados
por los ecologistas de ser
los "títeres" de EE. UU.
Lo más grave es que Estados
Unidos no ha ratificado el
convenio de diversidad, lo
que le permite seguir
teniendo manos libres. El
75% de los fármacos que se
venden en Estados Unidos son
versiones de sustancias
naturales procedentes de
países subdesarrollados Por
el contrario, países como
India y Malasia y otros,
exigen que el nuevo régimen
se alcance lo antes posibles
para evitar que sus plantas
medicinales u otros recursos
genéticos sean un negocio
sin retribución para sus
nacionales.
Según la organización
ecologista Greenpeace en una
nota de prensa, la
Conferencia ha sido un
“enorme fracaso” y una
“oportunidad perdida” para
detener la destrucción de
especies y hábitats. Han
fracasado las negociaciones
para detener la biopiratería,
para dotar de financiación
adicional a las áreas
protegidas, establecer
reservas marinas en aguas
internacionales y prohibir
las talas ilegales y el
comercio vinculado a ellas.
Asimismo, asegura que “lo
único que se consigue con
esto es que las empresas
farmacéuticas y de
biotecnología ganen tiempo
para asegurar sus patentes
sobre la vida bajo el
régimen de la Organización
Mundial del Comercio”.
Además, agrega, la cumbre ha
quedado “eclipsada” por el
anuncio de que Estados
Unidos, el mayor aportador
al Fondo para la
Biodiversidad de la
Convención, va a reducir sus
contribuciones a la mitad.
En reunión celebrada en
Granada, España, del 30 de
enero al 3 de febrero se dio
a conocer el Informe “Out of
Africa: Mysteries of Access
and Benefit Sharing”,
elaborado por el Edmonds
Institute y el Centro
Africano para la
Bioseguridad, ambos grupos
de interés público y sin
fines de lucro con sede en
Estados Unidos y Sudáfrica,
respectivamente. El
documento causó un fuerte
impacto, según Chee Yoke
Heong, investigadora de la
Red del Tercer Mundo.
Muchas delegaciones de
países en desarrollo
procedentes de América
Latina, África y Asia
hablaron sobre la
biopiratería durante las
duras negociaciones de
Granada, en las que
presionaron para obtener
normas internacionales, pero
se encontraron con una
fuerte resistencia de los
países industrializados•