Ante la escasez de diversos medicamentos en Venezuela, incluso de aquellos que pueden considerarse básicos, como los analgésicos, los antiinflamatorios y los antipiréticos, han surgido diferentes propuestas de cara a solucionar parcial o totalmente el problema. En este sentido una precandidata por el PSUV a las elecciones parlamentarias, propuso que se sembraran matas de acetaminofén, idea que obviamente generó todo tipo de reacciones, en especial de burla, considerando lo absurdo del planteamiento. Pero más allá de la tontería señalada por la aspirante a diputada, los principios activos de numerosas plantas tienen las mismas propiedades del acetaminofén y de otros fármacos de consumo masivo en el mundo entero. Por desgracia, el uso medicinal de la flora es poco valorado y hasta ridiculizado, como se mencionará luego.
Téngase en cuenta, en primer lugar, que el acetaminofén es un fármaco sintético utilizado fundamentalmente como analgésico y antipirético, bien efectivo y relativamente accesible al bolsillo de la mayoría de la población. Su rápida acción en el organismo humano, así como su amplia disponibilidad (venta sin prescripción), le ha hecho muy popular; no obstante su utilización continua puede llegar a ser terrible para órganos como el estómago y el hígado, incluso en dosis que se supone son terapéuticas. De manera que no es un medicamento seguro ni mucho menos, en especial para quienes gustan tomar analgésicos hasta para tratar una pequeña molestia en la punta de un dedo. Además, el acetaminofén es una de tantas medicinas cuya producción y venta ha enriquecido a los propietarios y directivos de la gran industria farmacéutica (corporaciones globales); no es más que una mercancía que finalmente responde a las “leyes” del mercado.
Si a lo anterior se agrega la escasez del acetaminofén en el caso de Venezuela, se entiende el surgimiento de propuestas para buscar alternativas al consumo del fármaco en cuestión, específicamente en el reino vegetal, con análogos como el sauce (del que extraen el ácido salicílico, componente esencial de la aspirina), el laurel, el romero, la lavanda, la manzanilla, la menta, la verbena, la guayaba, el tamarindo, el cártamo, el eucalipto, la margarita, y el ajenjo. Adviértase que las propiedades analgésicas y antipiréticas de estas plantas han sido demostradas en el ámbito botánico-farmacológico; sin embargo la mayor parte del gremio médico menosprecia la fitoterapia, en parte por la ignorancia de unos sujetos formados en el marco de un pensum limitado y mediocre, y en parte porque no conviene a la industria farmacéutica mundial que millones sigan usando plantas medicinales a bajos costos o incluso gratis. En este último aspecto, es obvio que para corporaciones como la Bayer, la Merck y la Pfizer, que saben que la vegetación proporciona un sin número de posibilidades terapéuticas (de hecho, numerosos fármacos son elaborados a partir de componentes extraídos de la flora), es necesario apropiársela en su totalidad, y en este sentido han presionado desde hace años para que se promulguen leyes contra el expendio libre de plantas, limitando así su consumo en forma natural:
“El año 2005 vio la aprobación de la Directiva Europea de Medicamentos a base de Plantas Tradicionales, que es una subdirectiva de la Ley europea de Medicamentos. Estas leyes exigen, para poder vender una planta en un herbolario, al menos una historia de 30 años de uso seguro de los cuales al menos 15 en algún país de la Unión Europea. Esto significa que las plantas descubiertas hace menos de 15 años NO PODRAN venderse, y las demás solo se permitirá su venta si están incluidas en una Lista Positiva de Plantas Medicinales tradicionales “seguras” según los nuevos inquisidores. Aunque hay un periodo de transición para ir retirando productos, que va del 2006 hasta el 2011 año en el cual tienen que estar retirados todos los extractos y plantas ilegalizados por esta nueva legislación represiva. Las grandes multinacionales farMAFIAcéuticas quieren prohibir casi todas las plantas y sus extractos pero los médicos naturópatas, empresas herbodietéticas y herbolarios han contratado uno de los mejores gabinetes de abogados de todo el mundo, y han conseguido que el Tribunal de Justicia europeo ponga un cierto límite a la ya aprobada Directiva. En la aplicación de esta sentencia, durante los próximos años, veremos si se cargan las herboristerías prohibiendo la gran mayoría de los productos herbales y dietéticos que hasta ahora vendían con libertad. Para los que deseen abastecerse antes de la posible prohibición, que se planteen hacer una abultada compra antes de diciembre de 2011, luego puede ser demasiado tarde ya que esta ley quieren imponerla en TODO el mundo, al ser una medida auspiciada por las grandes multinacionales farMAFIAcéuticas, a través de un acuerdo mundial llamado CODEX ALIMENTARIUS. Es la globalización del monopolio farmacéutico.
Gracias a la legislación que se puso por primera vez hace seis años, prácticamente todos los medicamentos a base de hierbas y suplementos será ilegal en la UE a partir de abril de 2011. El negocio farmacéutico en manos de los Amos del Mundo (…), regulará la venta de estas hierbas en estado natural. Increíble pero cierto, sin contemplaciones y sin valorar el uso milenario que la humanidad ha hecho de estas hierbas.
Cuando entre en vigor se irán limitando las plantas que ahora pueden comprarse libremente en herbolarios, y al mismo tiempo se permite a las farmacias vender plantas medicinales, pulseras “curativas”, pañales, extractos de plantas, vitaminas, minerales y un sinfín de productos de perfumería, droguería y cosmética sin ningún tipo de limitación. El Cártel farMAFIAcéutico quiere más dinero, arruinando a las tiendas de dietética y herbolarios. Pueden firmar contra esta Directiva Europea sobre Plantas Medicinales y extractos. El día que se aprobó la directiva contra los suplementos alimentarios hubo 550 millones de mensajes electrónicos en su contra, dirigidos al Parlamento europeo. La venta de Plantas, extractos y suplementos dietéticos peligra (…)” (http://vivesur.com/wpblog/?p=
En todo caso, está claro que el mundo vegetal ofrece importantes alternativas a la farmacoterapia tradicional, costosa en buena medida, con efectos adversos sobre la salud humana, y ahora limitada en Venezuela por la escasez de numerosos medicamentos. Y esto lo entienden bien, por ejemplo, numerosos habitantes de los Andes merideños, en especial de las zonas rurales de las tierras altas, herederos de la fitoterapia prehispánica y colonial, evidentemente empírica. Como muestra, el relato de dos pobladores de la zona de Mucurubá:
“Pues por aquí hay tanticas plantas de todas clases, vea usted aquí mismo tenemos romero que lo usamos como bebedizo para dolores, tenemos ajenjo que es muy caliente y medio amargoso pero es muy bueno para que boten las lombrices (…)’; (…) sí hay plantas medicinales, pues si se consigue por ahí no, como la ruda, mejorana, romero, por allá arriba en el páramo hay frailejones de varios tipos, y con las hojas, del morado más que todo, se hace un bebedizo con panela y otras ramas, y eso sí es bueno cuando uno tiene esos males de la gripe (…)’ ” ( Avilio Balza, y Eduvina Ramírez, entrevistados el 18-02-2007).
En la cita se hace mención del ajenjo y del frailejón, y de sus propiedades terapéuticas parciales, y efectivamente lo indicado por Balza y Ramírez está más que demostrado desde el punto de vista científico. La utilidad medicinal del frailejón, por ejemplo, se remonta al periodo prehispánico, siglos antes de que viera la luz la medicina académico-alopática.
Ciertamente no hay matas de acetaminofén, pero la sabiduría de personas como las arriba nombradas, demuestra en parte que el medio geográfico siempre ha sido un gigantesco laboratorio-farmacia, disponible libremente para toda la humanidad. Por desgracia la élite farmacéutica global ha venido limitando el acceso a las plantas medicinales, con el objetivo de apropiárselas y enriquecerse más y más, esta vez a partir de la elaboración y distribución oligopólica de medicamentos en base a principios activos presentes en la flora. Sólo una reacción popular masiva en todo el orbe impedirá que semejante aberración, en el contexto del poder cada vez mayor de la corporocracia (Gobierno de las corporaciones), se lleve a cabo.