Caso CENDITEL

Desafección Política y Crisis Institucional en Venezuela

Ante el interés que ha resurgido por la situación en el CENDITEL, les referimos el artículo del compañero Vladimir Aguilar publicado en Mayo de 2010 en la prensa regional de Mérida, y que puede contribuir con elementos para valorar el proceso de deterioro aún no resuelto, especialmente en lo laboral.-

Así se intitula un artículo de nuestra autoría publicado por la excelente revista venezolana de gestión pública, única en su género, que hace honor a los estudios en el ámbito de la administración pública y que muestra el empeño del grupo de investigación de gestión pública (gigep) de la escuela de ciencias políticas de nuestra universidad, en poner para el debate un tema pendiente en el país.

Entre otras cosas, en nuestro artículo esbozamos que el socialismo no puede ser pensado y mucho menos construido si no se hace un estudio serio sobre el impacto de la desafección política en la Venezuela actual, a partir de “tres aspectos pendientes a evaluar de manera concurrente en debates a futuro sobre el tema: uno, referido a la correspondencia entre formas de acumulación económica y de nuevas institucionalidades emergentes; dos, la necesidad de caracterizar, por un lado, las manifestaciones institucionales de la desafección política las cuales transitan entre ausencia de cultura política y en consecuencia, de cultura institucional o de las instituciones, y por la otra, las expresiones sociales de dicha desafección cuyos rasgos característicos serían la anomia, el atavismo político y la resignación de clase ente otros; y finalmente como tercer aspecto, la relación entre sociedad e institucionalidad a objeto de mirar si la ausencia de la segunda estaría determinada por la pérdida de sentido de lo político como táctica y de la política como estrategia en el seno de la sociedad, o si por el contrario, las instituciones emulan a ésta en su ineficiencia, desidia y desinterés por lo público”.

Lo anterior hace mella en instituciones como el Centro Nacional de Tecnologías Libres (Cenditel). Esta organización, que nacería al trasluz de los retos que el proceso de cambios había planeado para el país y que pretendía dar cuenta de la emergencia de una nueva institucionalidad, hoy en día se ha convertido en la expresión suprema de la regresión histórica que es inherente (como negación) a toda revolución.

El estado de acoso a los trabajadores, de abuso de autoridad, de flexibilización laboral y de falta de condiciones óptimas (sociales y de derecho) para el trabajo, hace que la ineficiencia y la ineficacia, como males transversales a la administración pública en general, amenacen a los intentos de institucionalidad emergente en el país.

Por si fuera poco, la autoridad de turno hace gala de fuerza arrinconando a sus trabajadores. La ausencia de institucionalidad y el autoritarismo de oficio se afianzan en los propios vacíos que la norma (laboral en este caso) deja en evidencia con figuras como la calificación de despido, la cual es utilizada e impuesta como sanción fuera del contexto de las condiciones de trabajo y de flexibilización laboral que caracterizan la vida en Cenditel.

Lo que debía ser en la lógica de una nueva institucionalidad un espacio de encuentro se ha convertido en el lugar común de las perversiones institucionales del pasado y que, a la par de la burocracia morbosa, secuestran los destinos políticos de cambio en y para Venezuela.

Finalmente, decíamos en nuestro artículo de la revista venezolana de gestión pública que “(...) la toma de posesión de José “Pepe” Mujica como Presidente de la República Oriental del Uruguay Obliga(ba) a dar una mirada del papel de la izquierda en América Latina y el Caribe. Los procesos de cambio que se abrieron en el continente a finales de los años 90 han demostrado las variaciones de la izquierda latinoamericana. El único diagnóstico real para una valoración de su rol en los tiempos actuales es que ninguna transformación es unidireccional y , sobre todo, que la amenaza y acecho principal al cambio es el peligro de regresión. Esta deriva puede ser “constitucional” (Colombia, Panamá, Chile, entre otros) pero también puede ser tomada por asalto (Honduras)”.

Lo anterior plantea que si bien los matices no son sólo proporcionales a la emergencia cuantitativa de gobiernos con corte izquierdista, ellos también pueden diluirse en el momento histórico actual mostrando que los hechos y no los discursos son la única garantía de continuidad de una gestión de lo público, es decir, de los social(ista).

En el caso Venezuela, a once años de cambios políticos, es hora de los balances. ¿Qué se ha hecho en la construcción del socialismo?, ¿Qué se ha caracterizado como transición?, ¿Qué hay como gestión de gobierno?, ¿Era previsible o no lo que acontece en el país como proceso de definiciones presentes y futuras?, ¿Ha sido una historia de tradiciones o de frustraciones?.



cenditelpatria@gmail.com


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