Habitantes hacen llamado al Alcalde David Velásquez y el Gobernador Luis Acuña

Cumaná un pueblo bello sumido en la desidia

huecos en las avenidas y calles

huecos en las avenidas y calles

Basura a granel

Basura a granel

Familias viven en ranchos de zinc

Familias viven en ranchos de zinc

Los cumanagotos llamaron a su tierra Cumaná que significa la unión del mar y del río. Es conocida como la primera ciudad del continente Americano y este año que culmina se celebraron los 500 años de su fundación.

 

La ciudad natal de un venezolano ilustre como lo fue Antonio José de Sucre hoy es la triste fotografía de la desidia y del abandono gubernamental e institucional.

 

30 de diciembre de 2015.- Los habitantes son sometidos a caminar entre la putrefacción que emana de la cantidad de basura, las aguas negras que pululan por doquier, además de los inmensos huecos que se encuentran en cualquier calle que se transite. Cabe destacar que el desbordamiento de las aguas servidas no tiene días ni semanas, sino largos meses y años según informan los propios habitantes. “A Cumaná no la quieren sus gobernantes” expresan algunos de los lugareños.

La famosa “Perimetral”, conocida por ser la avenida en la que venden los famosos “coctelitos” (mariscos a la vinagreta servidos en vasitos) a la que se le ha hecho gran propaganda por la rehabilitación realizada luce desde el ambulatorio Salvador Allende hasta Los Mangles en total oscuridad porque no tiene alumbrado público ni postes. Esta problemática acompaña a la delincuencia que se ha apoderado de la ciudad. Poco queda de la otrora tranquila y segura Cumaná en la que reinaba la paz y la tranquilidad, ahora lo que reina es la zozobra y la angustia que genera sentirse indefenso ante el hampa desatada que se pasea con la mayor tranquilidad e impunidad.

A pesar de los esfuerzos que se han hecho desde la Misión Vivienda Venezuela en Cumaná aun podemos ver familias enteras viviendo en ranchos de zinc. Lo que deja mucho que decir sobre la gestión gubernamental de un alcalde y un gobernador que se autoproclaman revolucionarios. “Esas son las cosas que hicieron que se perdiera la revolución” dice un legítimo cumanés con voz de tristeza.

El servicio deficitario de transporte, la anarquía que reina en el centro de Cumaná en la que no se puede transitar por la cantidad de buhoneros, los precios exageradamente exorbitantes para trasladar a las personas en lancha hasta alguna playa o callos en el estado Sucre, las condiciones deplorables del mercado municipal dejan la sensación que Cumaná es una muestra de la indolencia, de la indiferencia de quienes fueron elegidos para que se hiciera exactamente todo lo contrario de lo que hoy se puede vivir en esta importante ciudad del oriente venezolano.

El llamado desesperado de los cumaneses es al Alcalde David Velásquez y al Gobernador Luis Acuña a que se pongan a la altura de una gestión digna de la revolución bolivariana y no como los gobiernos adecos y copeyanos de la Cuarta República.



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