Sobre los canapiares en Mérida

El término canapiare, aun cuando ha sido nombrado de forma regular por buena parte de la ciudadanía de a pie en Venezuela y en Mérida, es prácticamente desconocido en cuanto a su significado. De hecho, no hay, de acuerdo a nuestra búsqueda, una definición concreta (por eso el entrecomillado simple) para esta palabra relativamente común. En este sentido, solo dos de las fuentes consultadas, asoman un concepto más o menos claro para el término aquí referido. Una es la revista Andinísima de la ciudad de Mérida, del 19 de diciembre de 1987, en la página 46:

"Ellos [refiriéndose a los canapiares] conforman una horda de individuos sin sentido ni razón de ser, porque perdieron ambas condiciones, desde el primer momento que un trago, les rebasó la cordura y los hundió irremediablemente en la inconsecuencia de su propio comportamiento".

La otra fuente es el Diccionario de Americanismos, que hace mención no de canapiare sino de canapial, ciertamente un término asociado: "Hombre que se emborracha con frecuencia" https://www.asale.org/damer/canapial.

De manera que solo se puede definir por aproximación la palabra canapiare: Individuo vago, desadaptado (algunos canapiares son violentos), trabajador por jornadas o pordiosero, alcohólico y/o consumidor de otras drogas, descuidado con su aseo personal y forma de vestir, aparentemente loco en algunos casos, que ha deambulado en ciudades como Mérida, siendo su creciente presencia numérica una de las características más evidentes de la progresiva y masiva descomposición familiar y social.

Ahora bien, hay otros términos que han sido utilizados por numerosos venezolanos y merideños, con significados más o menos similares al de la voz canapiare. Por ejemplo, tenemos los casos de personaje popular y de quasimodo. En cuanto al primero, se hace más o menos referencia a individuos procedentes de la clase social baja, con escasa formación educativa-formal (analfabetos o cuasi analfabetos), desadaptados, mendigos o pordioseros, consumidores asiduos de alcohol y de otras drogas, descuidados con la forma de vestir y el aseo personal, que deambulan por las calles, parques, plazas y otras partes de las poblaciones, muchos de ellos con enfermedades mentales como la "locura". Como se aprecia, este significado es ambiguo, pues no todos a los que se les ha denominado con el término acá abordado han sido de origen pobre o indigentes, mal vestidos o han tenido una educación limitada. Aunque ciertamente han sido personas muy conocidas (populares) por la ciudadanía, debido en gran medida a su proceder de carácter errático, anormal y a menudo escandaloso. Además, hay quienes han llamado personajes populares a ciudadanos que nada han tenido que ver con una desorientada vida callejera; simplemente fueron y son reconocidos por su labor profesional, comercial, académica y pare de contar.

Respecto a la voz quasimodo, es menos conocida que las otras, siendo mencionada por el escritor merideño Obdulio Picón Picón, en su obra Quasimodos de Mérida. Ápodos y poemas. Mérida: Universidad de Los Andes, 1990, p. 11. Allí, Picón define a los quasimodos como:

"(…)’personajes’ o tipos que por sus peculiares gestos, andares o física configuración y especialmente por su rara indumentaria, constituían una especie de gratuita y a la vez curiosa entretención o pintoresca atracción callejera (…). Ellos tuvieron y tienen de presente en la vida antañona y la actual de esta ciudad de ‘los caballeros’: Unos, el deseo de ser útiles; otros, la rebeldía contra algo o contra alguien; otros la locuacidad, unas veces necia, otras graceja y refranera, y algunas manifestaciones de grandeza protectora o quizás la denuncia de ser producto de una sociedad timorata, con sus amarguras y recónditas frustraciones, que como fardo repleto de angustias o conflictos del inconsciente retrospectivo, cargaban a cuestas por el rudo transitar de su incomprendida humanidad o quizás, se trata de seres anormales o inconscientes, originados de otras inconsciencias culpables, en fin, secuelas de la ignorancia histórica"

En todo caso, más allá del nombre que quiera dársele a esos personajes que en el presente escrito se denominan ‘canapiares’, lo cierto es que han formado parte de la cotidianidad de Mérida desde antaño, quizá desde el periodo colonial. Distintos factores se han conjugado para transformar a individuos aparentemente normales en dichos personajes, de acuerdo a sus circunstancias personales, familiares y sociales, y a diversas realidades históricas y sus características variopintas. Y no solo numerosos ciudadanos provenientes de la clase social baja, en permanente pobreza y analfabetos o cuasi analfabetos han caído en desgracia; es bien sabido que merideños pertenecientes a familias notables, con importantes trabajos y elevados ingresos durante parte de su vida, y con una alta formación académica, finalmente tuvieron o han tenido el mismo destino trágico.

Algunos de los ‘canapiares’ más conocidos de la Mérida de ayer (siglo XX), fueron (en un próximo escrito se hará referencia detallada de casi todos):

-Matica

-Amalia

-Amador

-Benturita

-El Loco Luis

-Guadalupita

-Capina

-María Dolores

-La Muda Paulina

-Media Misa

-Antoñito

-El Conejo

-El Buey

-Pirelita

-La Beata Eudosia

-Luisa La Pisca

Fuente: Revista Mérida Hoy. Mérida: La Imprenta. Nro. 1, febrero de 1979, p.3.

Fuente: Ibídem, p. 2.



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Rubén Alexis Hernández

Licenciado en Historia, Magíster en Historia de Venezuela. Antiimperialista, izquierdista y ateo

 ruhergeohist@yahoo.com

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