Puerto Ayacucho, pequeña urbe rumbo a la miseria …

Día a día observamos con profunda tristeza como lo que debería ser una pujante ciudad en crecimiento, en convivencia con los avances tecnológicos de toda ciudad y la ecología de nuestro territorio, va siendo sumida en la miseria y la pobreza; observamos a lo largo y ancho de la ciudad interminables colas producto del hambre y la necesidad, necesidad de llevar el alimento diario a la familia, necesidad de conseguirlos a precio justo y nos ser acribillados por algún bachaquero protegido; observamos como en las calles van apareciendo escenas dantescas de mendicidad y como por sus calles transitan extrañamente personas con perturbaciones mentales venidas de otros estados o simplemente abandonadas a su suerte por familiares.

Percibimos una desatada ola de criminalidad, de violencia, de asesinatos y el incremento de todo tipo de delitos en una ciudad que sólo tres años atrás era un paraíso de paz y serenidad dónde los habitantes podían permanecer con las puertas de sus hogares abiertas de par en par, sin temor a ser robados o asesinados por algún malviviente; actualmente esa tranquilidad es ya un sueño imposible de realizar y los habitantes de Puerto Ayacucho viven minuto a minuto con el temor de ser víctimas de la delincuencia, esa delincencia que ahora no solo se conforma con arrebatar las pertenencias, sino que de inmediato arranca la vida de ciudadanos útiles y productivos. Percibimos colas y mas colas, incluso reaparecen las escenas de una bombona de gas tras otra en la entrada de Puerto Ayacucho esperando algo, ya no se espera en los hogares como se había logrado hacer, involucionamos...

El derecho al estudio de nuestros niños y niñas, de nuestros adolescentes, agredido semana a semana producto del vandalismo y los robos a diversas instituciones educativas, en los que los individuos podridamente descompuestos de la sociedad no solo se llevan los bienes materiales que permiten brindar calidad educativa y alimentos a los escolares, sino que destruyen aquello que no puedan llevarse, dejando muestra de su resentimiento hacia una sociedad que forma con valores y herramientas de calidad, afectando directamente a cada uno de esos niños, niñas y adolescentes, sin que hasta ahora se hayan tomado medidas extremas y contundentes para detener dicha situación.

Observamos incluso en la jóven capital del estado Amazonas, Puerto Ayacucho, un Cuerpo de Bomberos con hombres y mujeres valiosos que aman su profesión, pero que no cuentan con unidades operativas para el traslado de heridos o enfermos, no cuentan con vehículos para el combate y extinción de incendios ni de rescate ya que los mismos están fuera de servicio por falta de repuestos, de cauchos, de baterías; fuera de servicio por falta de los recursos económicos y presupuestarios necesarios para su funcionamiento acorde a la realidad nacional. Situación ésta en partícular que pone en riesgo de manera directa la vida de familias amazonenses u oriundas de otros terruños pero que por una u otra razón de vida se encuentran radicadas o de paso por esta tierra mágica.

Al leer e imaginar todas esas escenas dantescas descritas en las líneas precedentes, nos detenemos a preguntarnos dónde se encuentran las autoridades y gobiernos municipales, regionales y nacionales; lo que nos lleva a estrellarnos con otras triste y vergonzosa realidad del estado Amazonas. Lamentablemente en este territorio patrio al sur de Venezuela y al norte de América Latina, sólo las acciones del Gobierno y autoridades nacionales han permitido medio paliar el escenario, sólo acciones del Gobierno Bolivianariano en pequeña o mediana escala son las que se aprecian para apoyar al pueblo amazonense en cada una de esas situaciones, iniciativas de impulso productivo, tecnológico, culturales, deportivas, incluso en materia de seguridad se ven debilitadas por la total ausencia y apoyo de las autoridades del Gobierno Municipal y Regional, los cual se limitan a "escurrir el bulto" para expresarlo mas coloquialmente, a excusarse en la frase "no es mi competencia" o incluso a ser tan cara dura y decir públicamente a través de los medios de comunicación "el agua y la salud no es mi problema", palabras mas, pelabras, como lo hizo el Gobernador del estado reciéntemente.

Estamos en Amazonas ante una total ausencia de Gobierno regional y municipal, dónde esas "autoridades", a pesar de recibir los recursos del situado constitucional y otros tantos créditos adicionales, están completamente divorciados de las acciones sociales a favor de la población en materia de producción, alimentos, salud, seguridad, transporte; exponiendo a los habitantes a las calamidades que deben sufrir diariamente, calamidades que nos serían tal si ellos realmente asumieran su compromiso como gobernantes y gestionaran eficientemente para hombro a hombro con el Gobierno Nacional resolverlas. Pero mas allá de tratar de beneficiar al pueblo se limitan a "invertir" en una que otra construcción que les permita poder repartir las tajadas de los recursos financieros que reciben, beneficiando a sus amigos mas cercanos, a su círculo de estabilidad, lo que los está llevando incluso a ir destruyendo la naturaleza que era elementu de frescura y ejemplo de coexistencia del "progreso" y la biodiversidad.

El "pregonar con el ejemplo" de las autoridades municipales ha sido desviar el servicio de la Policía Municipal de Atures, desentenderse del tema del transporte público terrestre y fluvial, ha sido potenciar la permisología para que en una extremadamente pequeña ciudad existan mas y mas establecimientos de venta y expendio de licores para percibir jugosas comisiones e impuestos a costa de la salud del amazonese, como elemento de impulso a las acciones delictivas y en beneficio de los grandes distribuidores licoreros; miramos como en tres cuadras de cualquier sector de la ciudad pueden existir hoy día hasta cuatri licorerías comercializando la embriaguez como elemento de "vida" gracias a la Alcaldía del Municipio Atures y a uno que otro Funcionario con antivalores resagados de la cuarta República.

El desgobierno y la incapacidad de las autoridades municipales se suma con su pasividad y apoyo financiero a las acciones desestabilizadoras y hambreadoras del pueblo que han sido orientadas para atacar y apoderarse de la Patria de Bolívar, Patria dónde aún quedamos hombres y mujeres dignos, la desverguenza de estos gobernantes locales se suma a la burocracia y a la corrupción como elemento para acabar con los pueblos y, a plena consciencia, van llevando lo que debería ser una ciudad en crecimiento ejemplar a la miseria, a la pobreza y destrucción de no sólo sus elementos pluri culturales, sino de la vida misma.



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Jaime Ernesto Mora

Fundador de la Comunidad Ubuntu del estado Amazonas. Director de la emisora Mágica 106.3 FM Comunitaria y Presidente del Colectivo Comunicacional agrupado en la Fundación Comunitaria en Amazonas Mágica

 jemora70@gmail.com      @jemora70

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