Mal servicio del Banco Bicentenario de Cumaná

Cuando comenzó a funcionar en Cumaná, la institución financiera provocaba en el usuario una gran satisfacción. La atención al público y la prestación del servicio, eran de primera. Esa era nuestra apreciación cada vez que nos atendían en la primera agencia instalada en la capital sucrense; la cual está ubicada en la avenida Santa Rosa. Quienes creemos en el actual proceso de cambios, teníamos una referencia para demostrar que no toda empresa en manos del Estado, carece de buena gerencia.

El tiempo pasó y en diferentes rincones de la tierra de Ramos Sucre, se inauguraron nuevas oficinas. Sin embargo, las cosas comenzaron a empeorar. Precisamente cuando se contaba con mayor número de establecimientos, la gente empezaba a sufrir los rigores de un pésimo servicio. A pesar de las molestias y reclamos de las personas, el Banco Bicentenario de Cumaná (no sé cómo funciona en otro lado del país) ahora es uno de los peores de esta localidad. Y no estoy exagerando; tengo constancia de ello. Soy docente jubilado y recibo mi pago quincenal en la mencionada institución bancaria.

Lo cierto es que los educadores dependientes del Ejecutivo Nacional, deberíamos cobrar los días 10 y 25 de cada mes; pero, lamentablemente, en el organismo en referencia ya no es sí. Que el banco te cancele posteriormente, ya es una rutina. También ya es común que al estar cerca de la caja, algún empleado grite: “Señores, se acabó la plata”. Una respuesta favorita para algún visitante descompuesto, es la siguiente: “Sabemos cómo se siente; pero es que hoy no llegó el blindado”. Para ilustrar lo antes dicho, el sábado 26 de septiembre fui a cobrar mi quincena. El pagador se notaba inquieto, porque no había suficiente dinero. Y para completar la escena, había un sólo cajero para una fila tan larga. No sé qué sucedió posteriormente; porque antes de llegar a la taquilla me retiré, por razones que no vienen al caso detallar.

No sólo los que formamos parte de la nómina del Ministerio del Poder Popular para la Educación, tragamos nuestra furia: los pensionados por el Seguro Social han recibido lo suyo. En este caso, mientras los demás bancos cancelan con regularidad los días 17 de cada mes, en el Banco Bicentenario de Cumaná a los beneficiarios les repiten las mismas excusas: hoy no tenemos dinero, el blindado se quedó en el camino, se cayó el sistema. Además de las deficiencias antes señaladas, se ha venido observando que en horas picos solamente disponen de un pagador. En ese trance de gran molestia aparece la guinda que adorna la torta; alguien dice en voz baja: “No podemos atenderle, porque se fue la línea”. Hay otros puntos negros; los que se mencionan arriba son los más evidentes.

Se espera que este conjunto de críticas lleguen a las instancias respectivas, para que se apliquen los correctivos necesarios. Quien escribe, quiere dar su aporte para que las corporaciones públicas -surgidas en esta etapa de transición hacia el gobierno comunal- funcionen mucho mejor. Y con todo respeto, sugiero a los camaradas de nivel central -especialmente al general Marco Torres- ordenar una investigación para determinar por qué la institución señalada no funciona como debe ser. En caso de que haya malos manejos, aplicar las sanciones pertinentes de acuerdo con la legislación actual. La próxima vez, cuando me corresponda retirar mi quincena, no quiero escuchar en la cola: “Este Banco Bicentenario es de lo último”.

ilrad@yahoo.es


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