Caracas, enero 23 - El presidente del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inameh), José Gregorio Sottolano, dijo que “donde ha sembrado (nubes), ha llovido; lo que no puedo decirles y sería una mentira, es decir qué cantidad de agua ha llovido o se ha incrementado”.
La siembra de nubes, por vía aérea o terrestre, ha sido una de las técnicas a las cuales han recurrido las autoridades ambientales para generar precipitaciones en las zonas adyacentes a los embalses.
En rueda de prensa, el funcionario explicó las secuelas que el fenómeno climatológico El Niño ha arrojado sobre la reducción de los niveles de Guri —principal proveedor de electricidad del país— y Uribante Caparo, en el estado Táchira.
También mencionó que la temperatura de océano Pacífico se ha incrementado significativamente, por lo que “El Niño” pasó de ser “débil” a “moderado”.
Sottolano manifestó que, según las mediciones de los últimos meses del año pasado, los umbrales se mostraron entre 0,5ºC y 1,5ºC; sin embargo a partir de los meses de diciembre del 2009 y enero de este año, se incrementó notablemente la temperatura de los mares, llegando a 1,7ºC.
“El Niño’ —explicó el titular del Inameh— es un fenómeno climático que consiste en un calentamiento anormal de la superficie del mar, lo que conduce a situaciones meteorológicas fuera de lo común, como un aumento de la humedad del ambiente, lluvias, tormentas y fuertes vientos, que en este caso a traído sequía en varios países suramericanos, entre ellos Venezuela”.
Sottolano agregó que por encima de la variación 2,5ºC se estaría hablando de un fenómeno “severo” como lo ocurrido en los años 1997 y 1998, donde se presentaron fuertes sequías en el país. “No es la primera vez que aparece El Niño; es un fenómeno cíclico”, dijo.
Otra de las alteraciones que ha experimentado El Niño —dijo el funcionario— es disminución en la frecuencia de su aparición, pues, según dijo, hoy en día el período de frecuencia entre un fenómeno y otro es de dos a tres años, cuando normalmente su retorno se ha sido de siete a ocho años.
“Ésto se debe a todo los cambios que están ocurriendo en el planeta. Nuestros patrones de sequía y de precipitaciones no han estado a salvo de esos cambios, por ende están sufriendo alteraciones”, dijo.
De acuerdo con los últimos informes, señaló el titular del Inameh, se espera que El Niño se mantenga hasta la primavera del hemisferio norte (marzo, abril y mayo), lo que quiere decir que para el inicio de ese período el fenómeno comenzará su debilitamiento.
“Pero tengamos en cuenta que son fenómeno naturales que pueden sufrir alteraciones”, reiteró.
