El hermoso proceso comunal

Escasos veintisiete días nos separan del proceso eleccionario para los Diputados a la Asamblea Nacional, y no logramos sacudir el ligero nerviosismo por los resultados absolutos a ser conocidos la noche de ese día…

Nuestra campaña es una copia al carbón de los procesos electorales de, por lo menos, los últimos dieciséis años, presentando solo la ineludible novedad de la ausencia física del Comandante Supremo, levantando el brazo a los pupilos. En su lugar, esta vez reciben una mediática palmada en el hombro, en el programa más visto de la televisión venezolana conducido por uno de los más fuertes hijos de Chávez, nuestro flamante Presidente de la Asamblea Nacional, el compatriota y camarada Diosdado Cabello.

De resto, todo igual: muchos megapíxeles en imágenes digitales que rayan en el estereotipo del marketin político opositor, y muchos megabytes también de navegación en la red para difundir las imágenes (Twitter, Facebook, Instagram).

La organización popular que nos instruyó el Comandante Chávez y su fortalecimiento para la consolidación de la revolución, parece haber pasado a un plano secundario o más allá.

«¡COMUNA, O NADA!» Resumió sabiamente el Comandante Chávez.

Tres palabras que nos señalan el camino para la consolidación del pueblo en el poder, esencia fundamental de este hermoso proceso liberador que nos llevará a un socialismo de nuevo signo.

Si se hubiese atendido esta instrucción a tiempo y actuado en consecuencia, muchas cosas se hubieran evitado: la guerra económica que nos agobia, la especulación, el acaparamiento, la escasez, la despreciable plaga del bachaqueo y, sobre todo, ese bendito nerviosismo que no deja de perturbarnos, por los números definitivos del 6D. Nerviosismo que se contagia entre nosotros los chavistas, crece, aumenta, a medida que nos acercamos a la fecha de la nueva batalla electoral contra la nefasta derecha.

Hasta ahora es eso, un nerviosismo muy bien disimulado en el fragor de la campaña mediática pero crudamente vivido acá abajo, en la casa, en el rancho, en la cuadra, en el barrio, en la invasión, en la cola de Mercal, en los zaperocos de Pdval y Bicentenario para conseguir los alimentos regulados, para subsistir el pueblo llano. Particularmente, lo que más me preocupa, es haber vivido de cerca, la mutación de ese nerviosismo en decepción y desesperanza, hasta llegar a la penosa posición del abstencionismo de cara al proceso, por parte de otrora votos duros del chavismo.

¿Sería una consistencia engañosa de de esos votos chavistas o, tal vez, existe una gama de durezas dentro de la creencia y resolución de defensa del proceso revolucionario bolivariano chavista?

En todo caso, es nerviosismo que avanza actuando y afectándonos ante la ausencia de reacción espasmódica del músculo revolucionario.

Militante del chavismo desde mucho antes del 92 y del PSUV desde el llamado del Comandante, toqué hace poco la puerta de dos compatriotas y camaradas candidatos a diputados de mi estado y de mi circuito. Uno, un zorro viejo que busca la reelección, por demás merecida en mi criterio, el otro, un joven prospecto con un mundo de posibilidades por delante. Quería que escucharan mi modesto planteamiento, mi idea concreta, mis planes de acción inmediata, para ver si era posible que me acompañaran en mi posición y acción desde mi trinchera de lucha, compartiéndola con ellos incondicionalmente por supuesto. No tuve éxito. No me respondieron llamadas, mensajes de texto, correos electrónicos ni twitters.

Asumo que ellos están demasiado ocupados y concentrados en la campaña electoral, que ya entra en su recta final, por lo que no afectó en lo más mínimo su indiferencia.

Por mi parte, yo sigo dando mis pasos, cortos pero firmes, lentos pero seguros, en la campaña de las campañas: la participación popular organizada y protagónica y perfectamente alineada con la instrucción presidencial “Comuna, o Nada”.

Es una campaña ardua pero hermosa, dura y cotidiana, de mucha constancia, entrega y muy larga pero, bien vale la pena el esfuerzo, Compadre…

Su indefinida ejecución suplantará a cualquier campaña electoral futura que tengamos enfrente, y su resultado positivo garantiza el triunfo de los candidatos revolucionarios que se presenten a elección popular.

Parafraseando al Libertador: “El pueblo concede el triunfo a la constancia revolucionaria”

Independencia y Patria Socialista… Viviremos y Venceremos, Hasta la Victoria Siempre…

Chávez Vive, Carajo!



eliezer.corona@gmail.com



Esta nota ha sido leída aproximadamente 775 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter