Construcción de sistemas y nuevas lógicas existenciales

El capitalismo diseña, construye y difunde un pensamiento social a su medida, unas lógicas existenciales que contienen los elementos que la reproducen, como dijera Marx, “El modo de producción determina la conciencia social”, pero esto no surge de manera espontanea, sobre todo a partir del siglo XX, en el que se desarrollaron planes de control social como tarea de grupos de manejo y manipulación de la psicología social, con la creación de instrumentos metodológicos como la “ingeniería del consentimiento” y de otros planes concebidos para la formación de una lógica existencial favorable a los intereses del capital.

Para derrumbar el sistema capitalista y construir el socialismo, se hace necesario actuar sobre los mecanismos que sustentan el primero y lo hacen posible y deseable desde las lógicas existenciales enraizadas en la población. Oponer un socialismo académico, armado de frases y citas sin demostración práctica de sus beneficios, a un capitalismo vivencial, estructurado y conformado como conciencia social, ha sido uno de nuestros más grandes errores. Pretender que con la sola reivindicación social o el pago a la población de la deuda social del capitalismo, estamos haciendo revolución socialista es otro error que se ha demostrado en los procesos electorales en los que se ha apreciado una alta votación antichavista en sitios donde se ha satisfecho el problema de la vivienda, también es un hecho que la tendencia electoral de quienes han recibido más beneficios económicos, es contraria a la revolución. Explícamelo.

Hay un sin número de elementos que nos deberían mostrar las razones de los desaciertos políticos y sus potenciales correcciones, por ejemplo podríamos preguntarnos ¿porqué MERCAL, PDVAL y Abastos Bicentenarios no han logrado convertirse en una opción real y permanente contra el desabastecimiento, a pesar del músculo financiero del Estado? ¿No será que estos fueron pensados sólo como paños reivindicativos sin pretender afectar la estructura comercial y distributiva capitalista? ¿Podemos enfrentar la guerra económica expresada en el desabastecimiento y el contrabando sin conformar una estructura o sistema de distribución capaz de competir con la del capital? ¿Podemos garantizar el abastecimiento a la población nacional y conformar un sistema seguro, justo y popular de distribución de alimentos y bienes, negociando en desventaja, bajo terapia de shock económico con los mismos personajes y empresas que desatan la guerra económica?

Aún con todos sus errores, las Misión Sucre y Barrio Adentro lograron ser una respuesta positiva a los problemas existentes en esos dos ámbitos, ambas misiones se conformaron como sistemas paralelos permanentes, garantizando la superación de los problemas que obligaron su creación, no así en la parte alimentaria, concebida desde el asistencialismo populista, efectista y esporádico que no ha logrado dar respuesta orgánica al problema de la seguridad alimentaria y mucho menos a la creación de un sistema de distribución socialista, democrático y popular.

Nuevamente las lógicas del capital funcionan para su preservación, una dirigencia imbuida en ellas no puede pensar en soluciones socialistas ya que no forman parte de su constrúctor ideológico.

Debemos tener claro que el capitalismo basa su existencia en el poder establecido a través de una serie de subsistemas concatenados que conforman un modo de producción o sistema, regidos por objetivos precisos de hegemonía de una clase social, la burguesía; cuya estructura económica, social, política, jurídica, financiera, comercial, educativa, productiva, religiosa y comunicacional o de difusión, está condicionada por una base filosófica-ideológica, que actúa como cemento para darle la unidad orgánica que requiere el capital para hacerse posible y preservarse. Ese cemento constituye las lógicas existenciales que deben transformarse para darle paso a un nuevo pensamiento social que debe construirse a la par de las nuevas estructuras sociales, económicas y políticas del socialismo. No es primero la estructura y que de allí surja el nuevo pensamiento, ni es el nuevo pensamiento para que de allí surja la estructura, son ambos retroalimentándose para tener existencia plena con capacidad para derrumbar lo existente y que una nueva hegemonía se imponga, la hegemonía del Bien Común construido como principio comunal.

Por eso, comuna o nada…


emiliofarrera@gmail.com



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