Documento final del 1er Encuentro de Colectivos Populares y Revolucionarios "Patria y Soberanía"

En esta oportunidad nos hemos dado cita en Carabobo diversos colectivos, como parte de una iniciativa que tiene como finalidad encontrarnos en un ambiente de camaradería y fraternidad, viejos y nuevos revolucionarios que nos reconocemos en la memoria histórica de las luchas precedentes y actuales de la revolución bolivariana, para debatir en torno la utopía del proyecto socialista, el bolivarianismo y las diversas corrientes de pensamiento revolucionario, sus objetivos, la estrategia y la táctica como elementos principales para la construcción de la unidad en diversidad, en el respeto del otro, de su autonomía, en función de una línea política revolucionaria, en la perspectiva de la necesaria transformación histórica por la construcción del nuevo modelo de Estado Comunal Socialista en nuestro país Venezuela y en Latinoamérica y el Caribe.

Justo es reconocer que la insurgencia y posterior triunfo del Comandante Chávez en la década de los 90 nos sorprendió a todos, en momentos que Venezuela atravesaba por la más aguda de las crisis, producida a consecuencia de las medidas económicas y políticas impuestas por el FMI y el neo-liberalismo. En ese momento, las más variadas expresiones del movimiento popular y revolucionario se encontraban atomizadas y dispersas, carentes de un proyecto coherente y direccionador del movimiento popular, que solo estaba dado a las reacciones espontaneas de las luchas reivindicativas y de los estallidos sociales, como los acontecidos en 1.989 en las conocidas acciones populares del caracazo.

Necesario es Reconocer y allí la importancia de la autocrítica, y que a pesar de nuestra entrega y compromiso revolucionario, no entendimos las aspiraciones de la masa. Chávez en compañía de un grupo de militares insurgente y de algunos sectores civiles posteriormente a los acontecimientos de aquel 04 de febrero de 2.012 que significó para el pueblo venezolano un período de luchas, revueltas y nuevas insurgencias como la del 27 de septiembre de ese mismo año, una vez sobreseída su causa, presentó al país un programa de gobierno revolucionario, con ideas de marcado acento bolivariano denominada “Agenda Alternativa Bolivariana” y un “Programa de Acción para Salir del Laberinto”, cuyo principal objetivo estaba dado hacia el avance del Proceso Constituyente y que rápidamente el pueblo la entendió y vió en el comandante Chávez la razón y fuerza de sus acciones y aspiraciones.

Para ese momento la mayoría de los revolucionarios provenientes de todas aquellas gestas heroicas de las insurgencias generacionales de los tiempos de las guerrillas guevaristas, sandinistas, farabundistas y de los Frentes de Liberación Nacional, así como de los pequeños focos de resistencia anticapitalista y de los movimientos políticos militares que proclamaban la guerra revolucionaria prolongada, al estilo vietnamita o tupamaro, nos encontrábamos en franca dispersión y atomización.

Solo quedaba un movimiento social y popular dividido, carente de toda direccionalidad política y estratégica, muchos de los líderes, dirigentes revolucionarios y populares se encontraban atrapados por el clientelismo y en las prácticas del oportunismo pueril, sin ninguna claridad acerca del significado de los conceptos patrióticos o libertarios, otros perseguidos y en el anonimato. Eso dejaba al pueblo en la más absoluta espontaneidad y carencia de orientación y direccionalidad política para avanzar las luchas de forma consciente, mediante un programa de acción revolucionario para superar la crisis de aquella coyuntura histórica, de ese período de crisis del capitalismo en Venezuela.

El Proyecto Bolivariano liderado por Chávez, vino a significar para el pueblo venezolano, en medio de la crisis del capitalismo más aguda de todos los tiempos, el renacer de una nueva esperanza que inspirado en los ideales condensados en aquel famoso tratado de “El Árbol de las Tres Raíces”, recogía los conceptos esenciales de las ideas de Bolívar, Rodríguez y Zamora. Este Proyecto pudo canalizar los sueños, la esperanza y las aspiraciones que desde los tiempos inmemoriales de la gesta independentista, habían quedado congelados en el tiempo producto de las traiciones de los Santander, Flores y Páez, que movidos por la ciega ambición y la villanía de la codicia personal, congelaron los preceptos revolucionarios de aquel hermoso proyecto de la conformación de la República de la Gran Colombia.

La Experiencia sobre las practicas represivas de los militares, formados en la “Escuela de las Américas”, ahora llamado “Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica” en Panamá, con los consabidos programas de adiestramiento militar diseñados por el Mossad Israelí, vividas por los movimientos revolucionarios y los pueblos de todos los continentes, y las vividas más recientemente en Venezuela en las razias y asesinatos colectivos contra las “espontaneas sublevaciones” de febrero del 89, conocidas como el Caracazo, nos indicaba a los sectores populares y revolucionarios que debíamos tener prudencia en el vínculo con aquellos militares insurgentes. Pero a pesar de todo, la historia enseña que los fenómenos políticos son únicos e irrepetibles: la insurgencia armada en Venezuela estuvo acompañada del más alto altruismo militante, pero las masas no nos acompañaron, el febrero del 89 el pueblo se inmoló y le faltó el componente militar, el 04 de febrero y el 27 N un acto militar pero sin acompañamiento de la masas, razón y fuerza es un par dialéctico que no se puede separar y obviar. Quedó demostrado en abril del 2002 cuando pueblo y componente armado derrotó a la estrategia imperial más poderosa de la tierra. Esta era una prudencia cuasi instintiva, mezclada con la expectación que al mismo tiempo nació como una gran fuerza atávica en torno a un líder, que al poco tiempo se convirtió en un gran símbolo de rebeldía y de esperanza, que permitió el vínculo de muchos revolucionarios alrededor del Proyecto Bolivariano, juntos pero no revueltos. Para Chávez esto fue visto, y así lo refiere, como el rechazo o la no aceptación de la izquierda, del Proyecto Bolivariano presentado por él, o de su liderazgo.

Cierto es de todo esto que el horizonte multiorganizacional, impregnado por la diáspora revolucionaria, se plegó tardíamente a la novedad del liderazgo bolivariano. El oportunismo de los viejos operadores políticos del puntofijismo emigraron rápidamente hacia el chavismo de forma aluvional, con su consabida carga ideológica de la vieja democracia representativa, impregnando lo nuevo de todos los vicios de lo viejo: burocratismo, sectarismo, oportunismo, clientelismo, nepotismo, egotismo entre otros. Más eso no significa que dejáramos de participar en el cumulo de las acciones que por toda la geografía nacional se adelantaron para enfrentar la represión y las políticas del gobierno contra el movimiento popular, que cada día crecía más y más pidiendo, en primera instancia, la libertad de Chávez con movilizaciones de calle, cacerolazos, paros y trancas del transporte, etc.; que cada vez más crecían y presionaban la libertad del líder.

Dentro de los criterios expresados por algunos voceros a este encuentro tenemos que la falta de un movimiento popular y revolucionario unificado, esclarecido y consciente, producto de la dispersión y atomización de las viejas y nuevas generaciones revolucionarias dentro y fuera del chavismo, hace que las políticas, primeramente del Proyecto Bolivariano y ahora del Proyecto Nacional Simón Bolívar, orientado hacia la construcción del Estado Comunal Socialista, obliga al Compatriota presidente Chávez, a direccionar todo desde la superestructura jurídico-política del viejo aparato del estado burgués. Desde allí ha desarrollado un proceso de reforma gradual de las leyes para darnos herramientas como las establecidas en las Leyes Orgánicas del Poder Popular, para avanzar hacia la construcción de la nueva estructura social que se inicia por la organización de los Consejos Comunales, pasa por las Comunas, las Ciudades Comunales y se concretan en el Estado Comunal Socialista.

Según los “experimentados” analistas e ideólogos del Ministerio del P.P. para las Comunas y protección Social, “…podemos concluir, que no son las organizaciones populares y revolucionarias las que colocan los fundamentos de la nueva etapa de la lucha del pueblo venezolano. Es desde el mismo poder ejecutivo que comienza a dinamizarse la acción transformadora. No es el Partido el que lideriza al pueblo hacia la construcción de su papel protagonista, son funcionarios y funcionarias de las diferentes instancias del gobierno, los que buscan trasladar la acción del pueblo desde los ámbitos de las demandas puntuales, hacia los de la acción social organizada”. Eso es natural que ocurra cuando se tiene una concepción peño burgués y confuso del papel de clase que juega el estado en unas condiciones como las actuales. Un colectivo estratégico revolucionario que entienda que no es una tarea de funcionarios los que hacen revolución y como lo define Gramsci: “en estas revoluciones desde arriba impulsadas por el estado burgués, que cambia algo para que nada cambie, neutralizando de este modo la rebelión popular, institucionalizando el proceso social y apropiándose de los reclamos y reivindicaciones de abajo”. Esta aseveración nos indica que la lógica política de la actual dirigencia del chavismo opera desde las viejas estructuras del estado neoliberal burgués, a través de la burocracia oficial para “organizar al pueblo en función de sus demandas puntuales”. Este método garantizará que lo viejo que no termina de morir permita dar su alumbramiento a lo nuevo dentro de millones de años.

Las experiencias del movimiento popular y revolucionario internacional ya veían en estas aseveraciones, concepciones y prácticas que en otras épocas denominaron reformismo, burocratismo y oportunismo. Veamos en que cosiste esta expresión y como contribuyen a frenar el desarrollo de la acción revolucionaria y transformadora de los pueblos: según el teórico y conductor de la revolución rusa, Vladímir Lenin, sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria, esto lo señaló refiriéndose a la conciencia, a la inteligencia y a los valores más elevados de los seres humanos; que se adquieren mediante el estudio, la reflexión y la práctica social; además, señaló que la conciencia revolucionaria no germinaba espontáneamente en las masas, por eso debía introducirse desde afuera y Fidel Castro corrobora esta acepción, al decir que cuando esas ideas prenden en el pueblo se convierten en fuerza material. Ahora bien, si esas ideas, teorías, concepciones elaboradas de la vida, no surgen espontáneamente en la fuerza propulsora de las luchas de los pueblos, ¿De dónde surgen entonces? Para Simón Rodríguez, la fuerza está en la masa y la dirección en el movimiento, esto significa que el movimiento es la inteligencia organizada, para Gramsci, es el intelectual orgánico y para Lenin el Partido.

Si no son las organizaciones populares y revolucionarias ni lo es el Partido los que colocan los razonamientos, los principios o bases teóricas y prácticas, en esta etapa de la lucha del pueblo venezolano y la lógica del Chavismo oficial dice que debe ser a través de los y las funcionarias de gobierno del viejo aparato de estado, estamos frente a una suerte de “nueva casta burocrática roja revolucionaria” dinamizadora de la acción transformadora ante la cual, el Partido, los movimientos populares y revolucionarios y todo lo etiquetado de poder popular, no dejan de ser más que instrumentos, maquinarias o masas de maniobras de los distintos representantes, jefes y gerentes de la administración pública, que en su inmensa mayoría solo reproducen los mecanismos de la vieja cultura capitalista y burguesa.

Hace poco observamos al presidente Chávez frente a sus ministros funcionarios y funcionarias, increpándolos para que acudan o hagan más acto de presencia en las comunidades y a que se agilice el proceso de construcción de las Comunas, en esto podíamos ver un claro ejemplo de la conciencia que tiene Chávez sobre la ineficacia burocrática de sus funcionari@s ante la enorme tarea de construcción de la nueva estructura social. Para muchos de nuestros compatriotas fue un llamado de alerta al movimiento popular y revolucionario, al partido, al pueblo consciente a entender las tareas de la nueva etapa de la revolución y asumir los roles protagónicos que abandonamos dentro del propio proceso bolivariano a consecuencia de la diáspora de la diversidad izquierdista, que hasta ahora no ha podido enrumbarse por los caminos constructivos de la unidad de causa común de los revolucionarios.

De las diversas opiniones de los asistentes a este encuentro, se derivaron muchos planteamientos sobre el análisis de la coyuntura actual en el escenario nacional e internacional, proponiéndose como parte de la agenda para el venidero encuentro nacional del 17 de noviembre, así como el debate necesario para fraguar la unidad dentro de la diversidad del movimiento revolucionario y el análisis de propuestas programáticas que no desechen los elementos propositivos del Plan Patria presentado por el presidente al país, para su discusión y enriquecimiento. Se enfatizó la necesidad de ir concretando la identidad de causa común en acciones o actividades conjuntas y de elevar la responsabilidad en la concreción y cumplimiento de los acuerdos como principio básico de la unidad dentro de la diversidad revolucionaria. Otras propuestas se orientaron a mantener y ampliar a los diferentes ámbitos del territorio nacional los espacios de debate y reflexión del movimiento popular y revolucionario. Mantener el recuerdo y conmemoración de nuestros mártires caídos en combate o asesinados por los enemigos de la revolución. Discutir acerca de la importancia de las relaciones con el PSUV y los demás partidos aliados del proceso. Promover los espacios de formación política a través de la denominada Escuela de Cuadros.

Otros aportes significativos fueron el promover el debate sobre las temáticas puntualizadas anteriormente y la organización de espacios unitarios en el seno de los trabajadores de la administración pública, en las empresas básicas del estado, en la EPS, cooperativas, los estudiantes, los campesinos, en las Fuerzas Armadas y en las empresas privadas. Analizar el problema del poder político y las vías para su empoderamiento en manos del pueblo organizado, la vía electoral, las nuevas vías alternativas enmarcadas en las Leyes Orgánicas del Poder Popular. El poder de la economía y el poder de las armas.

Otorgar especial cuidado y seguimiento a poder mediático de las corporaciones trasnacionales de la comunicación y a sus estrategias de guerra de cuarta generación, en especial al “Rendon Group” que opera desde estos grandes centros de la comunicación como lo son CNN BBC de Londres y otras. Promover y fortalecer el movimiento de la Guerrilla Comunicacional como parte de las contra estrategias que contrarresten estas acciones de los enemigos de la revolución. Discutir y promover un sistema de valores que nos permita recuperar el código de ética y de la moral revolucionaria, para que sean estos principios los que guíen nuestro accionar revolucionario.

Además, en las conclusiones finales que fueron refrendadas como acuerdos: Impulsar la creación y organización de una Sala Popular de Articulación, Seguimiento y Control de Gestión de Gobierno.

Presentación de propuesta formativa para la escuela de cuadros el marco de la Misión Conciencia.

Establecer como eslogan de la acción revolucionaria organizar – formar – movilizar

Zafarnos del enconchamiento heredado de las prácticas del clandestinismo que ha impedido un vínculo de mayor anclaje en el seno del movimiento popular.

Darnos un espacio en las diferentes regiones para buscar el acercamiento entre los diferentes colectivos e individualidades revolucionarias con miras a generar los mecanismos articuladores en un objetivo común: en Bolívar, en Chávez, en el socialismo bolivariano, en el programa de la patria nos identificamos todos.



Realizar el próximo encuentro de colectivos revolucionarios para la fecha del 17 de noviembre en Guacara, estado Carabobo.

Integrar un consejo provisional de voceros de los colectivos asistentes al Primer Encuentro de la Diversidad de Colectivos Revolucionarios “Patria y Soberanía”.

Promover y Participar en los espacios de elección popular

Hacer llegar nuestras reflexiones de este y futuros documentos al Presidente Chávez.

Elaborar proyectos de producción u otras alternativas para que el colectivo se abastezca con recursos para la movilización y logística del movimiento.

Realizar un encuentro en el Táchira con los estados occidentales.

Que cada colectivo defina las categorías del concepto “Patria y Soberanía”.

¡SOMOS LA ALEGRIA Y LA VIDA, EN TREMENDO COMBATE CONTRA LA TRISTEZA Y LA MUERTE!


pereirarjosen@gmail.com


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