Caracas, 21 Dic.- Un día como hoy hace cuatro años, los venezolanos, sumidos en una gran crisis producto del sabotaje petrolero iniciado el 2 de diciembre de 2002 y que generó escasez de gasolina y de alimentos y un clima de desestabilización total, se agolpaban frente a sus televisores para ser testigos de un hecho que marcaría el comienzo del fin de este episodio gris de la historia nacional.
Se trataba de la recuperación por parte de la Revolución del buque Pilín León de PDV Marina, filial de Petróleos de Venezuela, el cual fue un ícono del paro petrolero convocado por la oposición antidemocrática contra el presidente de la República, Hugo Chávez Frías, a través de la patronal Federación de Cámaras y de Asociaciones de Comercio y de Producción (Fedecámaras) y de la deslegitimada Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV).
Tal día como hoy, el tanquero, que estuvo 17 días fondeado en el lago frente a Maracaibo, atracó en la Plataforma Terminal de Bajo Grande del estado Zulia con una carga de 44 millones de litros de combustible gracias a la labor de una tripulación integrada por el capitán de altura Carlos López Peña y los oficiales Arturo Dávila y Pastor Tillero.
Antes de la medianoche del 20 de diciembre, los marinos traidores, en fuga de cobardes, ya habían desembarcado después de redactar una carta de renuncia. La tripulación leal a la patria se dio a a la tarea de restaurar la maquinaria del buque que fue, en parte, inutilizada por los sediciosos, según reveló recientemente López Peña al diario Panorama.
Tras 40 minutos de travesía, la tripulación del tanquero -ahora llamado Negra Matea- fue recibida por Chávez y por su comitiva pasadas las 5:00 de la tarde.
De esta manera, el Gobierno bolivariano asestó un primer golpe al sabotaje petrolero opositor gracias a una operación que el Jefe de Estado reveló en el programa televisivo Aló, Presidente número 175 del 21 de diciembre de 2003.
Tal como recordó Eleazar Díaz Rangel en una columna en el diario Últimas Noticias a fines de ese año, Chávez se puso al frente de una comisión del más alto nivel, denominada Grupo Colina, desde la que dirigió toda la estrategia de enfrentamiento del paro, conocida como 1621, ya que se extendió entre el 16 y el 21 de diciembre de 2002.
Explicó el Primer Mandatario Nacional que dicho plan tenía tres pilares fundamentales: la movilización popular -decidida desde el 9 de diciembre-, el fortalecimiento militar y acciones en la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
El Presidente manifestó durante su programa de televisión que ese 21 de diciembre de 2002 «se convirtió en el día del quiebre de la estrategia enemiga, comenzó a perfilarse la V de la victoria y para ellos, los golpistas, la D de la derrota».
A partir de ese momento, se recuperaron gradualmente las operaciones en Pdvsa y comenzaron las presiones de sectores empresariales hasta que a fines de enero de 2003 los convocantes del paro petrolero anunciaron el inminente fin del llamado «paro cívico nacional» que arrojó pérdidas a la nación por más de 20 mil millones de dólares.
Al mismo tiempo, y gradualmente, la gasolina comenzó a fluir hacia todos los rincones del territorio nacional. El pueblo venezolano, su gobierno y sus fuerzas armadas habían derrotado a los enemigos de la patria y Venezuela reinició su marcha para no detenerse nunca más.
