Caracas, 24 de febrero de 2015.- "Más nunca en la historia nos dejaremos llevar por el camino de la violencia, porque los torturadores de ayer son los golpistas de hoy, los que nos masacraron por décadas", expresó este martes el presidente de la República, Nicolás Maduro, quien reivindicó la memoria de los más de 3.000 venezolanos desaparecidos durante el 27 de febrero de 1989.

Desde el estado Sucre, donde conduce su programa semanal En Contacto con Maduro, el mandatario recordó que los gobiernos de la IV República condenaron a los venezolanos a años de muerte y masacre.

"En los 60 los venezolanos vivieron la persecución y el asesinato de quien había sido presidente de la Junta Patriótica, Fabricio Ojeda, en el Palacio Presidencial, lo ahorcaron, y no hubo pronunciamiento de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (Cidh), de la Organización de Estados Americanos (OEA) o de ningún gobierno de Estados Unidos, la masacre era dirigida por la misión norteamericana que estaba en Fuerte Tiuna, entrenando sobre tortura a nuestros cuerpos de seguridad", recordó.

En la década de los 70, el pueblo vivió asesinatos selectivos, "de revolucionarios como Jorge Rodríguez. Lo capturaron el 23 de julio de 1976, lo llevaron a la Disip y lo torturaron sin parar dos días. Apareció el ministro de entonces, fumando como dos horas en una rueda de prensa, diciendo que había muerto de un ataque al corazón, la naturaleza de ellos es mentir", refirió el Presidente.

En la década de los 80, indicó el jefe de Estado, el pueblo vivió la máxima masacre ordenada por un gobierno: El Caracazo, ocurrida el 27 de febrero de 1989.

"Jóvenes, estudien, conozcan a profundidad estos hechos históricos, que de ahí nace la rebeldía popular que confluye con la Revolución Bolivariana del comandante Hugo Chávez", instó.

Manifestó que el proceso revolucionario, liderado por el comandante Chávez, y que él continúa, seguirá con "justicia en paz, revolución en paz, socialismo en paz y en democracia, con libertades".

Hizo un llamado al pueblo venezolano a no dejar nunca "que los masacradores de ayer lleven la violencia a nuevas circunstancias que tengamos que lamentar. Venezuela: defendamos la vida".

Caracazo, chispa de la Revolución

Durante la transmisión del programa fue difundido un video en el que la primera combatiente, Cilia Flores, compartió sus impresiones sobre los hechos del 27 de febrero de 1989, acompañada por el defensor del Pueblo, Tarek William Saab, y de Elsa Margarita Naranjo, madre de un joven asesinado el 28 de febrero de 1989, durante el toque de queda ordenado por Carlos Andrés Pérez.

En su reflexión, recordó que el comandante Chávez dijo en una oportunidad que El Caracazo representó la chispa para echar a andar la Revolución, y fue él quien reconoció la responsabilidad del Estado en los hechos, por ello, en 2006 anunció medidas para indemnizar a las víctimas y sus familiares.

Indicó que la masacre de 1989 da cuenta del poco valor que la derecha venezolana concede a la vida. Tal postura en la actualidad resurge con el documento que llama a una transición, firmado por Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledezma.

"El documento no dispara, pero eso venía después de ese documento. Iban a bombardear al pueblo. Ellos (la derecha) no tienen ningún tipo de sentimientos por la vida, ellos pretenden volver al poder por cualquier vía y utilizando las prácticas que siempre han utilizado", expresó.

Mismos autores

Desde el set de transmisión del programa en Sucre, la ministra de Estado para la Región de Desarrollo Integral (Redi) Oriental, Maripili Hernández, recalcó que "los protagonistas masacradores de ese momento (27 de febrero de 1989) son los mismos que ahora quieren dar un golpe de Estado".

"Lo lógico sería que en un año electoral como este, los opositores estuvieran hablando de sus candidatos, pero ni los nombran, ellos quieren llevarnos a la violencia porque saben que no van a ganar parlamentarias, ellos saben que si llega el día de las elecciones el pueblo les va a dar una paliza", agregó.

Indicó que existe una gran diferencia entre la situación social del 89 y la actual. "En esos años los almacenes estaban llenos de cosas para comprar, pero el pueblo no tenía con qué hacerlo, pero ahora, esconden los productos porque el pueblo tiene con que comprar, con que vivir. Ellos no conocen a este pueblo luchador que no va a salir a saquear".