05/11/12.-En el tiempo específico que estamos viviendo, de lucha frontal y de batalla electoral, el politólogo y profesor universitario, Nicmer Evans, consideró que la conciencia revolucionaria de nuestros cuadros se hace imprescindible, pues “la oposición no hace críticas para mejorar, sino para destruir”.
Como se ha dicho, en reiteradas oportunidades, la unidad verdadera basada en convicciones firmes, la lealtad al proceso revolucionario y al líder indiscutible, Hugo Chávez, es parte de esa valentía que caracteriza a un verdadero revolucionario, la cual debe sobresalir en esta coyuntura político-electoral para saber y poder defender el camino ya recorrido en estos 14 años.
Durante la celebración del Foro: “Estado, Autocrítica y Eficiencia Revolucionaria”, evento que se llevó a cabo en el Salón Simón Rodríguez, ubicado en la sede administrativa de la Asamblea Nacional (AN), Evans explicó que lógicamente, para defender ese camino que nos queda por recorrer, debemos ser consientes de la línea estratégica, sin ser “moderados” en la lucha.
“Para lograr los objetivos es necesario asumir estas contiendas con amplia madurez política, desprendimiento, unidad verdadera y articulando perfectamente las estrategias -afirmó-, pues bajo estos esquemas no podemos darnos el lujo de sesgar los objetivos, mientras el enemigo se mantiene sigiloso y no descansa en sus pretensiones invasivas e interventoras”.
Si bien, desde este primero de noviembre se asumió una segunda etapa de la Campaña Batalla de Carabobo, la fortaleza de la conciencia revolucionaria como garantía de unidad y la disciplina en sus filas, serán los elementos claves para terminar de abrir las puertas que aún se mantienen cerradas al cambio profundo que vive el país y que sólo puede construirse en medio del dialogo y la conciliación, más allá de los descalificativos que han surgido de parte del sector opositor durante éste crucial proceso eleccionario.
Recordemos que Ernesto “Ché” Guevara dijo alguna vez: “Son moderados todos los que tienen miedo o todos los que piensan traicionar de alguna forma. El pueblo no es de ninguna manera moderado”. Este pensamiento es dilucidable en momentos cuando la población venezolana define el rumbo del país, bajo la construcción del modelo socialista.
