Marciano a Capriles

A falta de ideas buenas son gorras

Credito: laIguana.tv

11 agosto 2012 - En su columna Piedra de Tranca de este viernes, Marciano escribe que “a falta de ideas buenas son gorras. Porque si no tienes nada dentro de la cabeza, lo que cuenta es lo que llevas sobre ella (...) El candidato Capriles no destaca por sus cualidades intelectuales. No se caracteriza por ser persona culta (...) Le cuesta comunicarse, hilvanar un discurso de más de siete minutos. Recurre a los estribillos, a griticos como ¡te quiero, Venezuela! Ante el micrófono. En fin, si alguien hace una investigación histórica acerca de los candidatos presidenciales que ha tenido el país, el que menos condiciones tiene es el que ahora cuenta con el apoyo de Acción Democrática, Copei, Primero Justicia y el menudo chichero".

Continúa el columnista: “una oposición, derrotada una y mil veces, sin brújula, sin programa, no puede encarar un desafío como el 7 de octubre con un candidato incapaz de competir con posibilidades de éxito ¿Por qué lo hace? Porque no tiene otro.

Advierte que Capriles pertenece a la estirpe de "quienes siempre flotaron en el oportunismo y sacaron provecho a situaciones críticas que vivió el sector social y político al cual pertenecen”.

“Ahora cuando convertido en candidato presidencial su estulticia y vaciedad se hacen evidentes, y es incapaz de concebir y promover una política bien articulada como lo han hecho candidatos de la derecha en el mundo, apela a un recurso supremo, que lo retrata de cuerpo entero: una gorrita con la bandera de Venezuela, gesto con el que viola las disposiciones legales en materia electoral. Y lo hace deliberadamente como cuando violó la Constitución al participar en el golpe del 11-A, o cuando pisoteó la inmunidad de la Embajada cubana en Caracas, o cuando pateó los derechos de ministro Rodríguez Chacín.

Y termina su escrito con un llamado de alerta al árbitro electoral: “¿Qué le importa ahora al personaje lavarse el trasero con la legislación electoral? Para él lo que cuenta es escandalizar y ante esa actitud hay que darle cuerda para que se enrede en la payasada en vez de convertirlo en víctima. Que es lo que él busca. ¡Cuidado, CNE, a la hora de tomar una decisión! Este escribidor piensa que la mejor sanción es dejarlo que siga alardeando de héroe de la gorrita. El ridículo es un veneno más eficaz que la cicuta”.


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