Ocioso como ando en estas vacaciones, que no de otra manera debe ser, leo la columna Las Verdades de Miguel del 11 de septiembre de 2009, a través de Internet y encuentro en su comentario de la semana, la cita de una carta que Federico García Lorca le escribe a Miguel Hernández, afirmando Salazar que la misma había sido escrita por el primer poeta cuando el otro se encontraba en prisión. Aquí la primera alarma. Y es que a García Lorca lo asesinaron los franquistas en 1936 en Málaga, al sur de España, apenas comenzando la guerra española, mientras que Miguel Hernández estuvo activo combatiendo al lado de la República hasta 1939, cuando derrotada ésta, es hecho prisionero gracias a que las autoridades portuguesas lo devolvieron a las fuerzas del dictador Francisco Franco, cuya herencia política lleva hoy el Partido Popular español.
Entonces, a ver, cómo es eso de que una persona a la cual fusilaron en el año 1936 puede escribirle a otra a la que encarcelaron en 1939, una carta sobre su visión del estado en que estaba encarcelado. Mediaban tres años entre uno y otro hecho.
Ahora bien, la epístola de García Lorca a Hernández sí existió, pero no fue escrita cuando éste estuvo en prisión, sino en abril de 1933, varios años antes de que comenzara la Guerra de España, como un aliento para el bardo Hernández, atrapado en un encierro doméstico producto de los prejuicios de su familia y coterráneos hacia los poetas. Mira, que no es tan difícil conseguir esos datos, la maravilla de la Internet lo facilita. Entonces, la segunda alarma.
Si es tan fácil verificar un dato antes de ser publicado, por qué Miguel Salazar se atreve a afirmar …”Repaso a Federico García Lorca y encuentro una carta que le escribe a Miguel Hernández en prisión. Un párrafo dice así: ‘Me acuerdo mucho de ti porque sé que sufres con esas gentes puercas que te rodean, y me apeno de ver tu fuerza vital y luminosa encerrada en el corral y dándote topetazos por las paredes. Pero así aprendes. Así aprendes a superarte en ese terrible aprendizaje que te está dando la vida’.”…Hasta allí llega a citar Salazar, quien se cuida de no seguir haciéndolo para que no quedara al descubierto la manipulación que hace de la carta al decir que fue escrita por García Lorca a Hernández cuando éste estaba en prisión (donde moriría en 1942). Entonces, manipula la información.
Salazar podrá haber quedado en ridículo frente a los lorquianos y hernandianos, mientras que a quienes no tenemos mayores cualidades sino cierta cultura general e interés por el tema de la Guerra de España, por lo menos nos hizo fruncir el seño y quizá un gesto de desdén, y adicionalmente, a quien se le haya ocurrido ahondar un poco más, pensar que ha mentido de manera descarada.
¡Ah! Con respecto al tema principal de su comentario de la semana, lo mejor que le pudo haber sucedido a ese muchacho de quien Salazar habla, es que desde el Estado le hagan proyección nacional como dirigente de la oposición, cuando no era más que un “tirapiedras”; y corresponderá a él demostrar si es de la madera necesaria para disputarle espacios a los demás dirigentes oposicionistas juveniles presentando como un lauro, la pasantía por el módulo administrativo de una cárcel. Lo demás, es lo común en el conflicto entre quienes tienen el poder y quienes aspiran a alcanzarlo.
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