La calle anda alborotada en Caracas, los preparativos de candidatos y precandidatos es el tema de cada día, los opositores con sus cada vez más inocultables diferencias, incluida la rabieta del inhabilitado Leopoldo López en Chacao, porque Un Nuevo Tiempo ha designado a Liliana Hernández, ex adeca, ex Primero Justicia, como aspirante a la alcaldía de ese municipio.
López, el inhabilitado, quiere imponer a Emilio Graterón, su hombre de confianza para que lo suceda en el que considera su feudo inamovible. ¿Por qué López hace cuestión de Estado por Graterón, más allá de afinidades personales y políticas? Pudiera ser porque necesita a una persona de confianza, que haya compartido con el la administración de Chacao en todos estos años, para tapar los “huecos” que el estaría dejando, donde se habla de malversación, desvío de fondos, nómina con personal fantasma, contrato irregular y desfavorable con la empresa de limpieza, temas que deben ser investigados por los organismos competentes.
Pero además requiere alguien de su entorno más íntimo para asegurar el flujo de dinero con miras al 2013. Me explico, López sabe que su candidatura a la Alcaldía Mayor es improbable, por más alboroto que monte. El estaría apostando a jugar de víctima, a mostrarse como perseguido del “régimen” y necesita recursos para que en 5 años más cuando su inhabilitación quedaría sin efecto, emerger como un líder sufrido, que pese a las dificultades “y la tramposa inhabilitación del chavismo siguió luchando por la democracia venezolana”. Por eso requiere algunos millones de bolívares para mantenerse vigente, necesita seguir gastando en su intento por penetrar los barrios, y debemos decir que en algunos ya se ve gente trabajando para él, haciéndole propaganda, cosa que no se veía un año atrás.
López requiere el apoyo de los medios privados, eso significa otra cantidad importante de dinero. Si Graterón, su amigo, no es designado candidato, no asume la alcaldía, el proyecto de Leopoldo no va o en todo caso se vería muy complicado.
Rosales también quiere
Además la pataleta de Leopoldo López, que inclusive le ha merecido el enojo en diversos sectores de la oposición porque consideran que daña la “unidad”, se debe a su imposibilidad de manejar a su antojo el aparato de UNT, de pelearle el liderazgo interno a Rosales.
Este último, con lo de Chacao, le ha hecho saber “al niño bonito” que quien manda en Un Nuevo Tiempo es el todavía gobernador zuliano y su grupo de viejos desplazados adecos.
Rosales también se proyecta al 2013, por eso su visita a Colombia, su cercanía con Uribe y sus paramilitares, quiere hacer méritos para ser el hombre de los gringos. El necesita el control del partido, por los recursos el no se preocupa mucho, esos vendrían de Washington y sus organismos de fachada, aunque un cambio de timón, es decir que los demócratas ganen la Casa Blanca y decidan suavizar sus relaciones con Chávez, podría alterar algo esos planes, al menos en un primer momento.
Es más Rosales estaría entre quienes más fervorosamente desean que la inhabilitación de López sea mantenida por la Contraloría, el TSJ y finalmente el CNE. Un hipotético triunfo de López en la Alcaldía Mayor lo catapultaría como el hombre fuerte de la oposición y como el receptor de los recursos del exterior, sea de las trasnacionales o de gobiernos enemigos del gobierno Bolivariano, más allá de lo que una institución como la Alcaldía Metropolitana maneja.
López debe sospechar eso y sabe que su concurso en las elecciones será difícil, por lo tanto su defensa” a Graterón no es gratuita, tiene que ver con su futuro político.
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