No todo fue como lo vimos a través de la pantalla de la televisión, al finalizar la jornada, la verdad fue otra y eso lo pudimos percibir. Un grupo muy cercano al candidato Manuel Rosales era de la tesis de anunciar al país y al mundo entero que se había realizado un fraude electoral. Un ex Diputado de apellido Castillo, el Alcalde de Chacao, Leopoldo López, un dirigente conocido con el remoquete de “Cabeza’e Motor” y Alberto Federico Ravel de Globovisión, estaban totalmente radicalizados y decididos a que Rosales convocaran a sus seguidores a acciones de calle, que podían desencadenar en violencia.
Temprano, entre 3 y 4 de la tarde se produjo una reunión a puerta cerrada entre Teodoro Petkoff y el Ministro de Relaciones Interiores y Justicia, Jessie Chacón. Petkoff reconoció el triunfo de Chávez y le pedía al Ministro mantener controlados a los sectores radicales del chavismo y él a cambio mantendría controlados a los sectores radicales de la oposición para no bañar de sangre al país. Se estableció un compromiso, un pacto, que ambos caballeros cumplieron.
Luego de esto, el país entero era un mar de rumores. Mucha gente de ambos bandos dispuestos a confrontarse violentamente. Todo estaba listo para realizar las famosas guarimbas. Rosales no aparecía y algunos hasta se atrevían a decir que se encontraba preso por órdenes del gobierno.
Los radicales cercanos a Rosales no cedían. Petkoff se reunió con él y lo hizo entrar en razón. Luego del extenso encuentro entre Petkoff y Rosales los radicales del bando opositor quedaron disminuidos. Después de las cuatro de la tarde y como consecuencia de los rumores, las fuerzas militares son sacadas a la calle con equipos antimotines. La tesis de Teodoro se impuso, contrarios a las exigencias de William Ojeda y Pablo Medina. Para sorpresa de muchos, Marcel Granier se sumó a la tesis de Teodoro. Sin embargo, sigue rondando en el país el fantasma de la “Operación Victoria”, que tratará de calentar la calle con acciones violentas.
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