Reflujo y contra reflujo del yo dogma-politizado

Eso sí que es un señor dilema direccional; se ordena una vaina por aquí, y la cosa nunca se hace como debe ser o se dice. Cuestión de los egos que a cada cual le acomoda. ¡Imagínate!, yo de jefe parándole bolas a los demás, ¡habrase visto pendejada! Ni al subalterno pueblo ni al superior de mando, mejor es la vaina como yo digo y hago, pa eso soy jefe,.... ¿o no?

El colmo sería que me vengan a estar dando órdenes que no cuadren con mi personalísimo egotismo criterio ni con mis rapaces intereses, porque es así como revoluciono yo hacia mi auto-endógeno, lo exógeno, pueblo, que aguante la pela hasta que yo me resuelva; acuérdense, al estilo mexicano del 1 al 5 primero yo, después vemos a cómo les toca, paciencia que queda para ustedes, bagazo, pero les queda, y algo es algo, y es mejor que nada, ¡dejen la quejadera! Y así van los reflujos y contra reflujos; desmontando todo ese procedimiento que innove revolución pura. ¡Y vaya que sí hay egocéntricos ministeriales y derivados! , ni apenas si se enteran de su cargo y comienzan el festín del poder, y que uno que otro/a alcalde-gobernador no se den por prescindidos. ¡Qué caray son herencias de genes coloniales! Insolidaridad plena de la mezquindad y de auto indulgencia.

Yo Todo Poderoso: Yo patrón imagen que está en mis cielos, “santificado” sea mi nombre, venga mi reino, hágase mi voluntad así en mi poder como en mí revolución. Mi pan mío de cada día, me lo doy hoy, y me perdono deudas así como no perdono a los deudores: pueblo, y me dejo caer en mi tentación, mas me quedo con mí mal.

Y quien no conmigo, que de mi ego se haga; desde mí poder he de juzgarles y he de penalizarles aun con razón, decreto: aunque seáis inocentes yo altruista, os condenaré. Y entonces sé que todo parte del luctuoso dogma, y sí que me creo omnisciente, basta con mi poderosísima fe para que os rindáis a mis pies; eso en política, también da excelentes resultados de ultra-poder, dogmatiza hasta en mayor grado de fanatismo, ejemplos palpables están en vivo con el odio de muchos que ni se enteran por qué agreden de hecho y de palabra, por qué tanta sed de sangre si su credo les dice lo contrario, pero el auto-engaño satisface vanidades y flujos y reflujos se contraponen entre mí verdad y la de mí semejante pueblo, por cierto, nunca válida.

Y entre flujos y reflujos se nos va la vida; abusamos de nuestra polis haciéndole todo un desbarajuste social, pero el egoísmo sabe lo que hace, y los egos son religión, y ésta es división, su anarquía caotiza para que en río revuelto se halle ganancia de pescadores y no se multipliquen peces para el pueblo, pero sí, para los peces gordos, al pueblo las escamas y las espinas que hinque su dignidad.


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Omar Ignacio Pinto


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