Indagando vía Internet para buscar información con la finalidad de culminar una investigación acerca de los beneficios que trae el reciclaje de los desechos sólidos urbanos, en mí tiempo de receso observé por Facebook a un grupo que se autodenomina seguidores de Lorenzo Mendoza, quienes desean que el pelucón (según Maduro) asuma la primera jefatura nacional. Muy bien por ellos, pero lo que causa asombro es el filtro que hay que pasar para poder adherirse a esta congregación, pues colocan en letras mayúsculas "abstenerse los chavistas" pudiéndose deducir que existe en esta colectividad una discriminación exacerbada hacia este sector que hace vida política en todo el territorio patrio. En consideración a lo anteriormente expuesto, lo más lógico en una contienda electoral es la suma de voluntades para conformar una cofradía monolítica que pudiera servir de cimiento a una eventual candidatura endeble de este ciudadano apátrida. Se observa claramente, que esta agrupación busca dividir al pueblo venezolano entre chavistas y no chavistas, entre buenos y malos, obviando en este trayecto que todos son hijos de una misma nación: Venezuela. En este orden de ideas, es esencial que este grupo de ciudadanos deje a un lado este dogma y empiece a mirar a estos compatriotas como sus hermanos dado que también son descendientes de este suelo patrio.

Ante la situación planteada, Lorenzo Mendoza jamás podrá ostentar el cargo de primer mandatario nacional dado que pudiera desatar una guerra entre hermanos al estar incurso en un posible delito de exclusión social; situación que afectaría la integración nacional y la solidaridad social causando en este sentido más pobreza que felicidad. Asimismo, de plantearse esta coyuntura les negarían el derecho que tienen estos venezolanos a participar en la administración de la cosa pública en busca de la solución de sus problemas y el disfrute del bienestar que le brinda el estado venezolano. Entonces como reflexión, el presidente de un país republicano debe buscar la máxima felicidad de su pueblo por muy equivocado que este, administrando la hacienda pública con arreglo a la ley y no en perjuicio de un determinado sector. Delito de lesa humanidad Lorenzo.

Hechas las observaciones anteriores, un jefe de estado debe gobernar para todos los ciudadanos garantizando la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político, (Art. 2, CRBV, 1999). Así como la defensa y el desarrollo de la persona, en la construcción de una sociedad justa y amante de la paz, la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo y la garantía del cumplimiento de todos los principios, deberes y derechos de todos los ciudadanos nacidos en esta tierra de libertadores. (Art. 3, Ídem). En consecuencia, aquellos compatriotas que impulsan esta accidental candidatura desfasada de la realidad deberían de sentarse a recapacitar y emitir un comunicado pidiéndoles disculpa a sus hermanos dado que en una negada presidencia de este ciudadano los estarían excluyendo. Compatriotas y hermanos, es fundamental asimilar de una vez por todas y en forma definitiva que todos conformamos a esta Venezuela; y como tal se debe esgrimir una sola bandera para afrontar las calamidades que azotan a la patria del genio de América y libertador de seis naciones: Simón Bolívar.