¿Dónde está el “macho” del que se ufanaba el bien llamado “Monstruo de Ramo Verde”?

Desde tiempos inmemoriales, se sabe que quien está preso, pagando por sus crímenes, sean del origen y características que sean, debe someterse a las normas que dentro del Centro Penitenciario existen y que por lógica se establecen para mantener el orden al menos en teoría, y para que actuaciones irregulares de algunos no dañen la paz y la tranquilidad que quienes han caído en desgracia, requieren.

Pero bien sabemos que entre los privados de libertad hay de todo, desde personas violentas por cuya mente no pasa la idea de regeneración hasta quienes aprovechan el tiempo para pensar en salir de allí convertido en otra persona, que pueda reinsertarse en la sociedad y contribuir consigo mismo y su familia si la tiene.

Quienes como es el caso del bien llamado monstruo de Ramo Verde, que tiene sobre su conciencia, muertos, heridos y destrucción de propiedades privadas y públicas, se creen intocables por su origen de sangre azul, y porque se les ha metido en la cabeza que por ser políticos están dotados de impunidad, actúan en consecuencia creyéndose autorizados para violar las normas penitenciarias y como dentro de los estabelecimientos destinados para retenerlos, conforme a la Ley, no puede haber discriminación, es necesario para no crear anarquía, porque ellos no están solos, someterlos a las sanciones previstas.

De otra manera se estaría sentando un precedente muy negativo que podría ser aprovechado por los demás privados de libertad para exigir trato igualitario y con mucha razón.

Es lo que ha sucedido con este personaje siniestro, a quien pretenden vender en el exterior como un perseguido, torturado e incomunicado de su familia, cuando simplemente lo que ha sucedido es demostrar que la Ley se hizo para respetarse y si una de las sanciones es la de restringirle el régimen de visitas pues que acepte como el macho que se considera, las consecuencias de su conducta que como se ve no ha cambiado no siquiera porque se encuentra tras las rejas.

La señora Tintori, su esposa, que como hemos visto pareciera buena para protagonizar una telenovela, está bien entrenada para intentar tocar las fibras más intimas de la gente, buscando una solidaridad que no merece con actitudes y fotitos en los alrededores del penal, con un bebé en brazos, como para sensibilizar a gente que quizá no está bien informada de la realidad.

¿A cuenta de qué quien está incurso en delitos flagrantes, que rayan en genocidios exige un trato especial que evidentemente se sale de lo que normalmente deben ser los procedimientos de un régimen penitenciario, que como es de suponer debe contar con herramientas de corte disciplinario para la población penal sin distingo de ningún tipo?

¿A cuenta de qué se agarran del ya manido argumento de que se les están violando derechos humanos, cuando están presos precisamente por haber violado los de tanta gente, durante tanto tiempo y con resultados tan dolorosos para muchas familias venezolanas?

Así que lo que mejor deberían hacer es aceptar que están bien presos los mal llamados "presos políticos" que no son otra cosa que "políticos presos", dejar la lloradera, dejar de enfermarse para pedir medidas cautelares, enfrentar con hombría las consecuencias de sus errores y asumir que quien está preso, no está de vacaciones en un hotel 5 estrellas, ni puede seguir haciendo vida social como si nada hubiese sucedido.

Así son las cosas, como diría el copeyano aquel q.e.p.d.



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Saúl Molina


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