Unidad con pega loca

Se dice mucho por voceros de la oposición venezolanos y de sus ventrílocuos internacionales que el chavismo es una fuerza política plagada de contradicciones, de grupos y tendencias. Igualmente se afirma que el gobierno de Nicolás Maduro, por ser colegiado, encarna en su seno a diversas fuerzas que pugna en torno al poder.

Lo uno y lo otro son verdades que nadie en su sano juicio y sin fanatismo presente pueden negar.

Pero lo que no se dice es que tanto el chavismo como su gobierno tienen un referente, un líder y tienen una guía que se llama Hugo Chávez Frías, y eso es una fortaleza inmensa en los tiempos que transcurren en Venezuela.

En la oposición también existen grupos, contradicciones y tendencias, que ni ellos mismo, aunque posen, pueden negar.Pero también – y es lo grave- carecen de un referente, de un líder y de una guía. Porque uno podría preguntarse: ¿Rómulo Betancourt, Rafael Caldera o Carlos Andrés Pérez pueden llenar ese vacío? Para adecos y copeyanos si, para el resto ni por asomo, porque del pasado se puede hablar pero sin los personajes que lo encarnaron, eso no da rédito político.

¿Puede serlo Ramos Allup. Henrique Capriles, María Corina Machado, Pablo Medina, Diego Arria, Ramón Guillermo Aveledo, Leopoldo López? Seguramente para cada una de sus parcelas políticas ello es posible pero para el resto la resistencia es casi unánime, entre otras razones porque el serlo para uno significa no serlo para los otros y tampoco en uno hay simpatías hacia los otros.Aquí el rechazo es individual y colectivo, fenómeno made inVenezuela.

Por un momento habría que imaginarse un gobierno de esta oposición negativa, cuyos votos “unitarios” lo han sido siempre encarnando el voto contra Chávez primero y ahora contra Maduro. Nunca a favor de alguien, por eso llegaron a tener un candidato de las filas del chavismo: Arias Cárdenas en 2000. Su duración podría ser tan efímera como la vida de una mariposa, y para quienes dudan de esta aseveración sólo les recomendaría la experiencia vivida el 11 de abril del año 2002.

La pega loca sirve para pegar muchas cosas, de distintos componentes y hechuras, por ejemplo, zapatos, uñas, plástico, porcelana, mica, vidrio, pero lo que no podría pegar nunca,porque es una lucha de (y entre)  “mujiquitas, los muñecos de ventrílocuo que parlotean sin ideas propias, los cortesanos de faldones, cuyas alabanzas les han dado tanto rédito, agrediendo, insultando, vejando y ofendiendo sin límites” (DixiRamón J. Medina), sería al caleidoscopio (por cierto no por la palabra griega kalos que significa bello) en que se ha convertido la oposición venezolana.

* Sociólogo, doctor en Ciencias Sociales, profesor titular, ex-director de la Escuela Internacionales de la UCV y ex embajador en Polonia, Uruguay y Grecia.

framongonzalez@gmail.com



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