Valencia, en total desastre

La democracia no solo se fortalece con la convocatoria a elecciones, sino con la ejecución correcta y adecuada de políticas públicas que promuevan la solución plena a las necesidades de los electores. Quienes no actúan en ese sentido, aunque hayan sido electos no gozan de lo que modernamente se denomina legitimidad de oficio o de ejercicio.
En Valencia los electores se pegaron una terrible equivocación eligiendo como alcalde a un tal empresario ultraderechista y fascista llamado Michelle Cocchiola, a quien la gente creyó ser un clon del finado burgomaestre Paco Cabrera, inmigrante canario que amó y abrazó la causa valenciana más que la de su terruño original.

Ante propios y extraños, Valencia presenta un paisaje nauseabundo, kafkiano, repleta de basuras por todos los rincones, por avenidas, calles, veredas, plazas, separadores viales, centros comerciales, por sectores pudientes y pobres, el paisaje es el mismo. Los camiones recolectores de basura pasan cada 15 días y están tan destartalados que parecen haber sido sacados del fondo del mar. Los huecos, los charcos y lagunas invernales causan estragos en vehículos e indignación en la población que se siente avergonzada y traicionada por los tales representantes de la “cosa nostra”.

El monte, la suciedad, las plagas y el riesgo de epidemias son una amenaza para la salud pública y artera cachetada de este “empresario capitalista explotador,” como Maduro lo llamó en Diciembre del año pasado en época pre-electoral, al pueblo valenciano en cuyo seno fecundo nació la patria venezolana y se acunó la naciente Republica.

El abandono es total, las aguas cloacales putrefactas se deslizan por calles y avenidas libremente, los parques y antiguos sitios de recreación están sucios, malolientes, los edificios públicos adscritos a la Alcaldía están nauseabundos y repletos de barrigones funcionarios al más puro estilo del sargento García, en la serie “El Zorro”.

“Por sus frutos los conoceréis.” Y el fruto de este inepto que ahora anda de viaje turístico al exterior, está a la vista de todos. No tiene ni capacidad para llevar adelante una gestión básica, mucho menos una labor prominente en beneficio de la ciudad.

Lejos de silenciosas y ocultas alianzas, el PSUV tiene que preparar desde ya el revocatorio de este pigmeo y huérfano moral, al decir de Kant, que es el tal aprendiz de alcalde. El partido tiene que constituirse en doliente de los electores que fueron estafados con este aventurero que quiso ver en la alcaldía un codiciado trofeo para sus andanzas de moderno filibustero y fortalecer desde ahora por la razón o la fuerza acciones que nos legitimen y que enarbolen desde ahora y para siempre las banderas del servicio al pueblo y de la dignidad del gentilicio valenciano.

herreramarianoj@gmail.com


Esta nota ha sido leída aproximadamente 1252 veces.



Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter




Notas relacionadas

Revise artículos similares en la sección:
Regionales


Revise artículos similares en la sección:
Oposición