Después de seis años, Barrio Adentro, igual que otras estructuras del proceso revolucionario, dan muestras de fatiga estructural. Valido el argumento arquitectónico para la situación que vive la misión abanderada del proceso, la más de las veces esta fatiga se debe a problemas de forma y otras de fondo, pero igual problemas que afectan, y aunque unos son pequeños, algunas veces la cantidad supera a la calidad.
Cuando me sume como voluntario a la misión en octubre de 2003, sabíamos quienes asumíamos el compromiso, que el trabajo era arduo, mas por desconocimiento que por no poder hacerlo. Sin embargo, así nos sumamos muchos y poco a poco empujamos el barquito, que ha medida que paso el tiempo iba creciendo desproporcionadamente hasta el gigante cansado que tenemos hoy. Analizar que es realmente lo que sucede en Barrio Adentro lleva mucho papel y lápiz, desde las estructuras ministeriales, como primer tropezón, hasta los ciudadanos que en el barrio debatíamos la imperiosa necesidad de mantener esos espacios funcionando.
Con el ministro Roger Capella, tuvimos la oportunidad de debatir en muchas oportunidades, al igual que con su primera coordinadora nacional, la Lic. Juana Contreras, quien presidía la comisión presidencial para la misión, antes de pasar a manos del ministerio, ser convertida en fundación y ahora nuevamente a manos del ministerio, algo confuso, peligroso y que da premisas, sobre todo para quienes juegan al sindicalismo, pues en el menor descuido, sindicalizan la misión y creamos nuevos problemas. Ese es otro craso error, la indefinición laboral, que se crea como consecuencia de la inestabilidad; de allí derivan muchos de los problemas que padece la misión hoy en día, sin embargo, el error no es sindicalizar, el error a sido pretender pensar que un comité de trabajadores, pueda individualmente desde la visión de un representante, procurar un beneficio colectivo que afecta a una masa importante de venezolanos.
El primer gran error cometido contra la misión, fue no procurar la manera de articular los comités de salud con la vocería de los consejos comunales, trayendo como consecuencia en muchas oportunidades, posiciones ambiguas, enfrentamientos y disociación, cuando lo primordial era la unidad. Tantos los comité, como las vocerías, son entes únicos, la salud no puede jugar en dos bandos, y menos dentro de un mismo proceso, de allí radicaba la necesidad de que los coordinadores se postularan a voceros de salud y unificar, pero esto implicaba ceder en caso de perder, un juego que no podíamos jugar debido al temor de enfrentar un adversario que podía conseguir desplazarnos de un puesto que no merecíamos, así estuviera de nuestro lado.
Esa situación devino en la exclusión de todos aquellos que pudieran ser rivales potenciales, implicando a los colaboradores de los médicos cubanos, es decir, quienes en muchos casos cedían sus casas y espacios para albergar la misión o personal cooperante, sin importar el derecho a la participación. Este es tal vez un punto de cantidad y no de calidad, pero a su vez, es un importante elemento que trajo como consecuencia la disminución de la capacidad de cooperación con el subsecuente cierre de consultorios, rapto de equipos e inclusive de módulos hexagonales, sin contar el engaño a que fueron sometidos muchos con la promesa de pagar facturaciones por servicio eléctrico, que terminaron convirtiéndose en deudas impagables para muchas familias.
Importante recalcar que los problemas en la misión no se dieron de golpe, cada problema se genero al unísono y sistemáticamente en un sector especifico, es decir, a nivel de participación, estructurales, en el programa del postgrado en MGI, en el pregrado de MGI, laborales a nivel de Barrio Adentro I y II, tanto en el personal administrativo, de enfermería y de mantenimiento. De allí cada uno por su lado ataco la misión, inclusive pudiera asumirse como un trabajo sistemático de oposición, bien planificado y definido, sin embargo, la realidad y la verdad afloran, somos los únicos culpables; el común denominador de la misión de un buen tiempo para acá a sido la mala gestión, desde médicos sin ningún compromiso social y revolucionario o en el peor de los casos como aquí en el Zulia, hasta firmantes contra el presidente, como apareció una de las coordinadoras regionales, pero todos nos hicimos los sordos, los que mas, pudieron alzar la voz, pero fueron rápidamente silenciados, anulados o excluidos.
Mas fuerte aun, al momento de aparecer dos factores que no estaban presentes, recursos económicos y trabajo, ocurrió como dice la expresión popular “le abrieron la jaula a los locos”, aparecieron sindicatos, cooperativas, amigos, compadres y muchísimos escuálidos pintados de rojo, que terminaron, con sendos trabajos en los CDI y quienes largaron el forro como se dice en buen venezolano, recorriendo calles, barrio y sectores con los médicos, quedaron por fuera, otros fueron “desechados por viejos”, y que conste que todo lo dicho aquí, por lo menos en este caso esta con pruebas vivientes.
Sin embargo, nada hacemos planteando problemas, si no damos soluciones, desde allí, no es la aplicación de las 3R la que pudiera solventar las dificultades. Si las dificultades encontradas no son superadas rápidamente, seria ineludible una debacle en un punto sin retorno, la primera necesidad y pudiera asumirse desde un punto de vista negativo, es culminar el proceso de unificación de la plataforma de salud, es decir crear el sistema único de salud, la disparidad salarial en un primer termino afecta grandemente a la misión en todos sus estratos laborales, el segundo punto e igual de urgente, la participación venezolana, haber dejado todo el peso de la misión en los hombros de los camaradas cubanos a sido un error que ahora pesa demasiado. La causa principal de esto es la insubordinación por parte del personal venezolano, sumado a otro problema como lo es la falta de normativa laboral que regule el personal, normas administrativas que permitan una administración clara y unísona de la misión, que es generada por el problema de la administración única de recursos por parte de los venezolanos y la prosecución de los programas y proyectos planteados, como dotación, mantenimiento y culminación de obras inconclusas.
Decirnos nosotros mismos la mentira que la misión estaba en crisis, es el colmo de las ironías, desde el ministro hasta los coordinadores de salud, sabían que la caíamos lenta pero sostenidamente, hasta el punto que tuvo el comandante Chávez que salir al rescate ¿casualidad?, se pone en duda, para nadie es oculto el grado de aversión al que han caído muchos compatriotas por no poder hacer lo que le venga en gana en la misión y parte de ese trabajo sistémico era hacer caer la misión en procura de salir de los cubanos. La historia fue otra, lo que no podemos entender es el tener la necesidad de sacar los estudiantes de la ELAM para cubrir vacantes de la misión, creo que la solución a ese problema era, rotar los médicos cubanos, en vez de traerlos todos de una vez, cubrir sucesivamente año tras año, y en vez de venir cinco, cuatro o tres años seguidos, intercalarlos con 6 meses o un año de por medio, eso alargaba la misión, eliminaba los 15 días de permiso cada 6 meses (que se hizo de hecho) y alargaba la vida útil del medico cubano en la misión, tenia sus problemas como el bajón que daría la cantidad, pero es mejor calidad sostenida que cantidad disipada.
En fin Barrio Adentro sigue, pero a tropezones, reimpulsar la misión no es traer mas médicos o inyectarle mas recursos, es optimizar lo que estamos usando, aplicar las 3 E, eficacia, eficiencia y efectividad, algo de lo que carecen un buen numero de funcionarios públicos, desde ministros hasta cualquier trabajador común. Si logramos entender o mejor dicho recordar, como anteriormente lo hicimos y valorar nuestro trabajo por pequeño que sea, podremos recuperar lo extraviado, así seguiremos haciendo patria y revolución, solo que en muchos casos no depende de nosotros y muchas veces como muchos en este país quedamos preñados de buenas intenciones sin lograr parir.
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