Caracas, 08 Abr. ABN .- En Catia le echaron candela al directivo de Radio Caracas de Televisión (RCTV) Marcel Granier, en El Calvario prendieron en llamas a George Bush y en el Cementerio decidieron incinerar a un muñeco que representaba el mal ciudadano, como parte de la tradicional quema de Judas que se realiza en toda Venezuela.

La escenificación del ahorcamiento y la quema de Judas va precedida por la lectura de un testamento satírico que preparan los vecinos, donde se identifica al Judas y se resumen sus faltas.

Antes de incendiar al muñeco de Granier, en Caño Amarillo, Edgar Mejías, miembro de la comunidad encargado de leer el testamento del personaje, calificó el acto como una protesta de la comunidad.

«Denunciamos a este empresario explotador de trabajadores, que está ligado a un grupo en contra del desarrollo del país», expresó.

En la plaza Carlos Gardel, de este sector, momentos previos a la quema, Mejías leyó el testamento que puso en boca de Granier.

«Entre los grandes negocios que aquellos gobiernos apoyaban estaban las televisoras, cuyas concesiones negociaban, y así, de manera más inocente y convertido en tremendo chulo, empecé a administrar acciones de una televisora y su grupo», citó el lector el irónico testamento de Granier.

En el documento se expresan los últimos deseos y la herencia del Judas a miembros de la comunidad; en este sentido, el personaje dice: «Aquella chaqueta de cuadros que estrené el día del golpe se la dejo al negro Freddy y un mechón de mi bigote».

Del muñeco de Bush sólo quedó la cabeza calcinada en una esquina cerca de las escalinatas de El Calvario, pateada luego por los transeúntes, mientras que en la Pastora decidieron quemar, conjuntamente con el Judas, los anti-valores como la mentira, la trampa y la corrupción.

Como parte de la celebración, muchas comunidades acompañaron la quema con la realización de juegos como el palo encebado, carrera de sacos, maratones, futbolito, etc.

En el Cementerio, el sector con más trayectoria en esta tradición, decidieron prender en llamas al mal ciudadano, en la quema número 66 organizada por la familia Loaiza.

Música, salsa y reguetón amenizaron la ceremonia que inició desde tempranas horas con un maratón por la comunidad, mientras en la tarde los más pequeños intentaron subir el palo encebado para dar paso al fuego que incendiaría al Judas.

«Tratamos de que la gente tome conciencia, el vecino que no saluda, la persona que se orina en la calle, el borracho falta de respeto, el hombre que le pega a la mujer, a todos ellos lo vamos a incendiar hoy», expresó Juan Loaiza, quien preside el evento.

Con 37 años llevando a cabo esta tradición heredada de su padre, Loaiza indicó que la selección del personaje que representará el Judas se hace con tres meses de anticipación en un consenso entre varios parroquianos.

Alrededor de 10 judas se queman en el Cementerio mientras que en la Pastora los vecinos preparan unos siete muñecos para incinerarlos, no sin antes pedir algunas monedas a los que transitan por la zona.

Año tras año personajes de la vida política, funcionarios y problemas sociales son encarnados en un muñeco de tela, relleno de trapos y juegos pirotécnicos que es colgado por el cuello y encendido en llamas el Domingo de Resurrección.