Resulta interesante ver como los medios de comunicación privados, tanto impresos como audiovisuales, se han escandalizado con la creación de las guerrillas comunicacionales por parte del Gobierno del Distrito Capital y más interesante aún resulta su manera de enfocar el tema, sobre todo, porque abordan el asunto sin un trabajo investigativo profundo, serio.

El primero de sus argumentos es que la política se está metiendo en los liceos, como si eso fuera algo nuevo, cuando en realidad la política ha estado en la escuela siempre, partiendo de la antigüedad nada más político que la academia en el sentido platónico del término, nada más político que la supuesta a-politicidad de las instituciones, nada está por fuera de lo político porque lo político es la vida misma, la vida en sociedad, la palabra, todo es política, aún más aquella que se disfraza de imparcialidad.

Por otro lado, insisten en presentar la ideología como una “falsa conciencia”, visión que hace tiempo fuera superada por el pensamiento crítico pues supone que existe una verdadera conciencia, y resulta que las ideologías son formas de mirar el mundo. Lo que para algunos es verdadero para otros es falso, ahora, lo que sí no se puede negar es que las ideologías producen realidades que se materializan en hechos.

La ideología capitalista se metió en los salones de clase cuando por allá por los años noventa a los jóvenes los ponían a dibujar los tres barcos de Cristóbal Colón y por eso la marca KRAF te daba un premio. La ideología capitalista se metió en los salones cuando se empezó aplicar el sistema de competencias y las pruebas de admisión para entrar a las universidades. La ideología capitalista se metió en los salones cuando en las clases de literatura no contextualizaban los hechos políticos de determinadas obras, cuando se valoraba a ciertos héroes históricos en detrimento de otros.

Las mujeres ni siquiera figuraban como personajes importantes en los contenidos salvo un par de poetisas, lo único que se repetía como una constante es que el país era rico porque tenía petróleo pero la memoria histórica era vilmente anulada. Lo que ahora les preocupa es que la ideología socialista produzca otra ontología política, otra forma de relación con el mundo donde la acumulación del capital ya no exista. Es por tanto que es preciso desmontar cada una de sus matrices:

1- No producen violencia:

La verdadera violencia ha sido generada por los estereotipos o modelos sociales que por mucho tiempo han sido erigidos por el sistema capitalista y reproducidos por los medios de comunicación, son ellos los que causan discriminación social, racial, económica y cultural entre los jóvenes. Establecen modos de vida ideales que luego vienen a interpretarse como la puerta a la felicidad, hecho que conduce a muchos jóvenes a frustrarse cuando no pueden acceder a estas supuestas necesidades, llevándolos al camino fácil de los vicios y alejándolos de la reflexión crítica y la educación.

Se pretende asociar a las guerrillas comunicacionales con violencia cuando en realidad constituyen herramientas para la defensa del poder popular y su derecho a construir un discurso propio. La violencia proviene de los medios de comunicación privados y su forma de crear sentido común, la cual deslegitima a los movimientos sociales, sataniza a las organizaciones populares y pretende mantener una audiencia pasiva, colmada de discursos banales y superfluos. Eso sí es violencia simbólica.

3- No atentan contra la educación

La educación no se trata de digerir contenidos y repetir discursos, se trata de promover la reflexión critica en torno a contenidos y poder poner en práctica conocimientos, lo cual debe ser un objetivo primordial para la educación bolivariana. En este sentido, las guerrillas comunicacionales vienen a fortalecer el trabajo educativo de los liceos y universidades, no sólo con educación formal sino la puesta en práctica de actividades culturales y políticas.

4- No buscan generar miedo en la población



El miedo lo imparten los medios de comunicación al satanizar espacios para la reflexión y discusión comunicacional, pues los comandos de guerrilla vienen a intervenir en el campo discursivo político y a plantear otra forma de hacer comunicación. Son los medios de comunicación privados los que tienen miedo de que se les dispute sus espacios.

2- No cercenan la libertad, todo lo contrario

Evidentemente se está hablando de una libertad que sólo les favorece a los medios privados de comunicación. La libertad de poder crear la realidad que ellos desean y que nadie lo refute. El lenguaje no es representación, el leguaje es producción y produce realidades. La libertad que reclaman es la que la mediocracia privada necesita para producir el sujeto anestesiado y pasivo útil a las falsas democracias. Las guerrillas nacen como necesidad de responder a la guerra mediática que ellos comenzaron, una guerra más poderosa que miles de fusiles, nacen para responder con pluralidad y cuestionamiento a las matrices de opinión que ellos pretenden imponer.

3- No se trata de un proceso de adoctrinamiento, sin reflexión.

Adoctrinamiento es lo que llevan a cabo los medios de comunicación privados diariamente, éstos adormecen el pensamiento, legitiman el sistema capitalista y promueven la anestesia social, es por tanto que le temen a la organización y la reflexión sobre la comunicación contemporánea. Hoy en día el disciplinamiento de los cuerpos se lleva a cabo sin necesidad de látigo, basta que usted tenga un televisor. No sé trata de que éstos le digan qué hacer sino que crean sentido común, nociones de verdad y mentira, regímenes de veridicción. La guerrilla viene a plantear otro modo de entender la comunicación, en vez de estar pasivamente sentados frente a una pantalla, construir un discurso propio desde las comunidades, los liceos y demás espacios juveniles.

Lo que no dicen

1- Las guerrillas promueven la acción política y la reflexión crítica para combatir el des-interés social y adormecimiento juvenil.

2- Vienen a potenciar la libertad de expresión en tanto promueven la construcción de múltiples discursos provenientes de las bases.

3-Vienen a cuestionar el papel de comunicadores de los medios privados, pues todo somos comunicadores sociales por tanto todos podemos hacer comunicación.

4- La guerrilla comunicacional viene a enfrentar la guerra mediática que los propios medios privados comenzaron.

5- La comunicación popular es el arma del pueblo para defenderse de la violencia mediática.

6- El lenguaje produce realidad, el pueblo, los jóvenes tienen derecho a construir sus propias realidades.

7- las guerrillas comunicacionales garantizan el acceso a la palabra de los sectores juveniles populares.

Se le teme al término “guerrilla” porque supone la defensa de los espacios políticos por los sectores populares que antes eran inertes y aceptaban sin cuestionamientos los contenidos audiovisuales. La guerrilla comunicacional se trata de jóvenes críticos dispuestos a dar la batalla de las ideas en todos los campos, generando discursos populares, practicando la comunicación alternativa, la que por cierto no necesita grandes presupuestos ni maquinarias sino que se basa en la comunicación diaria, interpersonal, en cualquier lugar y de cualquier manera.


nairbiss@gmail.com