Reflexiones de un camionero sobre la libertad de expresión

A veces, continuando con ese gusto imaginativo del que ya he venido hablando, me transfiguro –no al estado glorioso como se dice que lo hizo Jesucristo– en camionero nacido en El Tigre, allá por los años 50. Me veo viniendo de Matanzas en una enorme gandola cargando grandes bobinas de acero, avanzo a una velocidad que hace parecer inconmensurable la franja negra que se extiende ondulada y burlona hasta el horizonte de mechurrios. ¿En qué piensa un camionero mientras la máquina recorre esas tediosas horas de calcinación?

Yo no sé que hacen con ese maravilloso órgano pensador los demás camioneros –de hecho los que conozco sólo lo atiborran de barrancos desgarradores que se meten por los oídos–, pero a mí que lo que me gusta es hablar, como tengo que pasar hasta doce horas manejando este camión sin poder abrir la boca, me pongo a pensar y hablo solo, bueno, exceptuando cuando me detengo a comer un palo a pique en el rancho de María, allá por La Viuda, en plena Mesa de Guanipa. En realidad no es tan exacto que hable solo, hablo con la radio –no con el aparato sino con la emisora–, que es como hablar con los que están en ella. No oigo música pues así no puedo hablar, cuando ella suena cambio el dial buscando quien esté conversando por aquí o por allá y sin importar de qué hablen, me meto en la conversación. Me entero de muchas cosas y hasta reflexiono sobre todas esas cosas que dicen. La gente no imagina un camionero reflexivo.

El rollo con los estudiantes es grande, salieron por todos lados, hasta en Puerto La Cruz. Al parecer quieren que vuelva RCTV, eso dicen. Yo no sé cuanto tiempo hace que no veo ese canal, pero esos muchachos, si son niñitos bien como parecen, tampoco deben verlo mucho. Yo estoy con Chávez y creo que tenía suficientes razones para cerrarlo desde hace tiempo, sin embargo les dio chance hasta que se le venciera la concesión. ¡Ah! ya me acordé cuando vi a RCTV por última vez, fue al día siguiente del golpe de estado, en uno de esos programas de la mañana dijeron
“…Una vez más, triunfó el sentimiento de la sociedad civil venezolana…” y a mí se me arrugó el corazón. Ellos, los escuálidos, diferencian muy bien a la gente, tienen tres clases sociales: primero está la sociedad civil que es la gente fina, es decir ellos mismos, son los que manejan las empresas, incluyendo la religiosa, la comunicacional y la educativa, que son sus empresas más importantes, en esta sociedad civil todas las mujeres son rubias y se ponen los lentes en la cabeza, los hombres usan flux y corbatas durante la semana y franelas blancas y pantalones azulitos los sábados y domingos, aunque siempre hablan con lenguas oscuras. Después vienen lo que ellos llaman el pueblo, que son sus choferes –aquí debería estar yo–, las cachifas, el muchacho que le carga las bolsas del mercado a la Cherokee, hasta los portugueses del vivero –que seguro tienen más plata que ellos– son parte de ese pueblo, todos son sus trabajadores silenciosos y cuando ellos les preguntan si son chavistas, tienen que decirles que no para proteger sus empleos. Por último está la chusma, que es la que apoya al comandante y la clasifican en tres tipos: tierruos si son del campo, marginales si son de los cerros y hordas si bajan arrechos de ellos. Los camioneros podemos subir de clase si utilizamos los camiones para trancar el tránsito. Si por el contrario los pasamos por encima de los carros que ellos atraviesan descendemos a la condición más baja, la de hordas.

Esos muchachos de los colegios y universidades que ahora están manifestando se ven todos como de la sociedad civil: educaditos, catiritos, con franelas Lacoste y peinados con crestas de gelatina. Si así son también los de la UDO mi hijo debe estar bien fregado allí con esa pinta de kariña con zapatos de suela, con ese pelo ni que se eche gelatina, y por si fuera poco con un papá chavista y chofer de camión. Esos muchachos parecieran tener clarito su papel, demasiado claro para ser muchachos. Ya no aparecen, como en el domingo del cierre, los desquiciados de bandera roja –que en el aspecto se parecen mucho a mi hijo– asaltando, quemando y disparando, tampoco los dirigentes de los partidos llamando a la batalla final, todos se replegaron misteriosamente ­–según se oyó por la grabación telefónica, ahora dan las instrucciones desde lejos–. Manifiestan como si estuvieran en fiesta de muchachos, sentaditos en el suelo, cantando, silbando y dando palmadas, no me acuerdo como es que llaman a esas fiestas en inglés, y asocian la libertad de expresión al regreso de RCTV que es como mezclar la mierda con la pomada. En Radio Zaraza que hace cadena con unas emisoras de Caracas, yo escuché a uno de esos muchachos, se llamaba Yon Nosequecosa, él decía: “…no es posible que nos quieran quitar nuestra libertad, que nos quiten RCTV y se apropien de sus cosas”. Vamos a suponer que lo decía con sentimiento, que de verdad quedó entristecido porque se acabó aprietaygana ¡verga! y ¿por eso supone que el tal canal representa la libertad de expresión? Ese no sabe nada, es muy carajito de papá, no sabe que Andrés Velásquez, que es de por aquí mismo, mientras fue de la verdadera causaerre, la que tenía la erre al revés, ni de vaina salía en ese canal, comenzaron a darle entrevistas cuando se pasó al bando de ellos y apoyó a Frijolito, y tampoco salió mucho que se diga porque tierruo es tierruo aunque hable de libre empresa. Pero es que tampoco es verdad que son puro sentimiento y rebeldía de muchacho, ese tiene ya claro lo de la ausencia de nuevos líderes en la oposición y está de cacho agarrado con Marquina para ver como ayudan a tumbar a Chávez y quedar en buena posición para echarle la mano al poder antes de que lo tome el corroncho de Maracaibo. Yo no me comí el cuento, a los escuálidos ni que vengan rezando, el picao de culebra salta cuando ve un bejuco, y menos si llevan la bandera al revés, el chamo se descubrió cuando dijo: “…
estamos de pie para ser demócratas, para luchar por el país cada vez que el gobierno atente contra los intereses de esta tierra que es nuestra…” Claro, así era, la tierra de ustedes, y la ciudad también, y la democracia, que era representativa de ustedes, con alternancia entre ustedes y con separación de poderes negociado como un flete, pero ahora, ni que Cristo pile.

Son mercaderes de la desvergüenza, pusieron a esa Norkis a decir que RCTV lo único que ha hecho es luchar por mejorar la calidad de vida de la gente, siempre hay tontos que se lo creen, por aquí hay gente que cree en aparecidos, como los de la parada de la Socony. Y la niña bonita, que sabe el culo que tiene, se creyó la vaina y les dice a los demás que la vida es como una novela. Que se lo cuenten a esa vieja que viene caminando por el borde de la carretera, el calor del asfalto hace que se vea transparente, como un ánima en pena, las pantorrillas flacas y nudosas se parecen a los leños que lleva en la cabeza. Así quisieron presentar a las niñas del Mater Salvatoris, de la Academia Merici, del Jefferson, Santa Rosa de Lima y Washintong, caminando también por la vía, pero estas iban sonrientes y fresquitas, aunque según Globovisión protestaban porque se les estaba coartando la libertad. Esas niñas debían oler a Flower by Kenzo que se compraron en Miami en el puente del primero de mayo, la vieja que lleva la leña en la cabeza, seguro huele a cazabe fermentado.

Son unos mentirosos compulsivos, pero además estúpidos por creer que mintiendo se ganarán el apoyo de la gente, yo oí al de los bigotitos decir que no estuvo en Miraflores cuando lo de Carmona, uno que trabaja para él y tiene cara de picure dijo que ese video donde aparece entrando a palacio es un montaje. Dieron un golpe de estado y celebraron la eliminación de la constitución y una que parece la picura del picure, que trabaja en Globovisión y es productora, cuando le preguntan por la transmisión de comiquitas del 13 de abril dijo que es un deber de los medios no transmitir intranquilidad, pero que además aquí no hubo golpe, el tribunal supremo así lo sentenció, lo que sucedió es que Chávez no respetó la constitución y se le pidió la renuncia. También oí a Kico el ligero, en una de esas cadenas radiales diciendo que en este momento Granier, Ravell y Eladio le ganarían una elecciones al presidente, eso según la encuesta de Interlace –son los mismo que dieron ganador a Rosales–, hicieron una encuesta muy científica, le preguntaron a la gente si está de acuerdo con la eliminación de la libertad de expresión y como poca gente diría lo contrario vaticinan que esa gentará va a salir a la calle pues, ahora si hay una reacción popular contra Chávez porque se metió con los medios –es una de las tres empresas que no están dispuestos a perder–.

Piensa así y por eso mienten y conspiran. Mienten cuando afirman que no renovar la concesión a los medios es ilegal, mienten cuando dicen que el tribunal supremo está al servicio de Chávez –no lo estaba cuando ese tribunal dijo que no hubo golpe–, mienten cuando dicen que RCTV no miente, mienten cuando dicen que el gobierno sí. Conspiran cuando dicen que RCTV es libertad, cuando dicen que no están detrás de los estudiantes, todos los que fuimos muchachos y estudiamos alguna vez sabemos que desde siempre ningún medio que tenga la comunicación como negocio ha apoyado una manifestación estudiantil y que los periodistas sólo trabajan para los que le pagan –como los demás mortales–. Y sobre todo mienten y conspiran cuando dice defender la democracia y sólo sueñan con tumbar a Chávez. Ya estoy llegando al rancho de María, me voy a detener a comer, eso de trabajar para el que le paga se comprende, pero, el día que tenga que mentir a los demás, y a mí mismo, para continuar pensando como pienso y hacer lo que hago, dejaré de creer en lo que creo y luchar por lo que lucho. Aquí al palo a pique le ponen paticas de cochino.

 

Junio del 2007



Esta nota ha sido leída aproximadamente 5689 veces.



José Manuel Rodríguez


Visite el perfil de José Manuel Rodríguez para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



José Manuel Rodríguez

José Manuel Rodríguez

Más artículos de este autor