Aporrea un medio de contrarrevolucionarios

No soy del equipo de Aporrea. En más de una ocasión he sido crítico de su forma de hacer periodismo revolucionario. He criticado los sesgos políticos en su línea editorial: hoy día es un órgano de Marea Socialista. A nuestro juicio, este medio es una tribuna abierta incondicionalmente a las aspiraciones políticas de esta organización. Ahora bien, de allí a decir que Aporrea está posicionado en la derecha y trabaja para tumbar el gobierno, es tan fuera de orden como decir que Venezuela es una amenaza para los EEUU.

Nosotros, muy categóricamente, y aún con todas las objeciones que hemos expresado en su momento, reivindicamos la alternativa de Aporrea como un medio de izquierda, crítico y plural que permite la participación de infinidad de articulistas y sus puntos de vista. Por lo tanto, no la veo como una tribuna de la oposición que conspira para salir del gobierno, sino como una opción para los que no tenemos tribuna pública para expresar nuestra ideas. Más aún, los revolucionarios casados con este proyecto de país que ya casi nadie nombra como lo bautizará el gigante Chávez: la V República.

Decir que Aporrea conspira es negar la acción de la dialéctica como el arma sistemática, que contrario a la tesis conspirativa, apunta al objetivo de perfeccionar la revolución. Podemos no estar de acuerdo con muchos puntos de vista expuestos allí, pero ello no autoriza a despotricar indiscriminadamente de este medio alternativo. Mucho menos alguien, haciendo uso del poder mediático oficial, ha sido cuestionado por su abierta crítica a funcionarios de alta jerarquía del gobierno. ¿Será que este señor de lengua frenética el es el único con autoridad para decir lo que le venga en gana y en el tono que más le parezca?

Este opinador gobiernero, quien ha sido un crítico indiscriminado, guapo y apoyado de cuanto personaje se le antoje, está años luz de ser objetivo en sus conceptos y muy distante de la moderación que un comunicador debe observar, sea o no sea periodista.

Y extremadamente radical en una posición ideológica que raya en el estalinismo. Ya su lengua lo separó del espacio que mantuvo por varios años en VTV y no fue hasta hace poco más de un año que volvió con sus cañones de ácido verbal.

Se le olvida a este señor que la Aporrea que el hoy crítica, infinidad de veces lo ayudó a expresarse en el pasado. Pero hoy la tilda de antro contra revolucionario donde se cuece la caída de Maduro. Qué favor tan flaco le está haciendo a nuestra revolución este patotero de la palabra, cuyas ínfulas, arrogancia y egolatría se constituyeron en una constante inquisición indiscriminada y artera y que era televisada todas las noches, nada menos que en el canal del estado.

Un bodrio aberrante, vulgar y carente del respeto hacia la audiencia y hacia sus propios colaboradores, a los que noche tras noche humillaba en el aire en sus interminables monólogos. Poca moral como virtud para venir ahora a apuntar sus misiles hacia Aporrea. Deje de desprestigiar tanto a nuestra revolución y trate de reflexionar a profundidad su propia responsabilidad como miembro que ha sido del cogollo psuvesco que nos ha traído a esta aberrante situación, donde el puntofijismo se ha recuperado peligrosamente y ya está sentado en el sagrado templo donde se producen las leyes del país. Haga eso en lugar de estar perdiendo el tiempo en pendejadas de escasa productividad para superar la profunda crisis política que padece la revolución, donde usted y tantos otros burócratas mediáticos tienen una inmensa cuota de responsabilidad.

lgraterolh@gmail.com



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