Así lo Veo…

La opinión pública en tiempo de cólera

En el plano teórico se ha podido profundizar sobre las diferentes visiones de la opinión pública, evaluando al hombre (individuo), y su circunstancia (espacio público), partiendo de la premisa de Iván Abreu, quien destaca que “el análisis de los medios y la influencia de la opinión pública se basa en hechos concretos de cada país, cada sociedad, cada cultura y cada etapa histórica son particulares y específicas.”

Desde nuestra perspectiva la opinión pública constituye un elemento fundamental en el desarrollo histórico de la humanidad, en medio de sus aciertos y errores, ya que desde el inicio de la civilización han tenido un significado preponderante en la política, la religión, la cultura y por supuesto los medios de comunicación, brindando el dinamismo y multisecularidad del pensamiento y las visiones que implican el ejercicio del poder.

La opinión pública ha sido una herramienta hegemónica de los grupos de poder político y económico, en unos casos aliados, en otros divididos, para lograr objetivos de dominación, creando siempre las condiciones para la permanencia, apoyo social o hipnotismo a la hora de establecer patrones de consumo, en tal sentido, es la opinión pública y los medios de comunicación las puntas de lanza de de opresión o “liberación” de todos los tiempos, vale decir, el amo, el señor feudal, el industrial, el capitalista y por supuesto todos aquellos con responsabilidades de poder, indistintamente de su postura ideológica.

En los documentos de opinión pública se cita la Alemania de Hitler, pero también la Rusia de Lenin y todo el aparto comunicacional y propagandístico, así como también las grandes trasnacionales de alimentación, farmacéutica, automotriz, armas, etc, quienes han hecho uso de los medios de comunicación para su indiscriminado desarrollo, en consecuencia, consideramos inexorable, lograr una opinión pública consciente, constructiva y crítica.

El enfoque de los medios de comunicación desde la visión política e ideológica determina o induce la opinión pública, según los modelos, bien sea el autoritario, liberal, desarrollista, estatal o el acercamiento incipiente de los modelos de responsabilidad social, participativo y democrático, sin embargo, la instrucción y capacidad analítica que pueda tener la población, puede experimentar procesos que contrapongan una estructura intelectual y cultural.

A principios del siglo XIX el Táchira fue víctima de un cambio de paradigmas conceptuales a partir de la visión autoritaria concebida por el Gobernador Eustoquio Gómez y el Obispo de la Diócesis de San Cristóbal Monseñor San Miguel, quienes haciendo uso de actitudes, grupos de información y las bondades del poder, lanzaron una ofensiva con la imprenta y la coacción para desaparecer cualquier vestigio socialista abonado por las ideas liberal del hermano país, logrando generan una opinión, una matriz y una superestructuctura cultural e intelectual conservadora, ortodoxa y anticomunista en el Táchira.

Otro fenómeno de Opinión Pública digno de analizar, es representado por las últimas dos décadas venezolanas, donde a partir de hechos concretos, como la rebelión del 4F, la insurrección social y la decadencia institucional, el aparato de poder se fue desquebrajando, a pesar de las fortalezas de los medios y su alianza con las elites económicas, haciendo insostenible las estructuras de poder nacional, a partir de allí hemos visto las grandes transformaciones de la opinión pública por parte de los medios, las instituciones y el pueblo en general.

Los medios de comunicación vienen ejerciendo un papel activo en la política, tan significativo, que establecen y promueven acciones ofensivas y reactivas tanto del gobierno, como de la oposición, logrando incluso objetivos contundentes en la población, en su visión sobre un liderazgo, institución o circunstancia, ejemplo, la segunda presidencia de Rafael Caldera, el entierro del bipartidismo, el desmoronamiento de figuras como Irene Sáenz, el acercamiento a Hugo Chávez, posteriormente la feroz campaña en contra él, cuyas consecuencias desencadenaron en el Golpe de Abril de 2002, el paro Petrolero, etc.

Por otro lado hay que analizar la transformación de la población o la elevación de la conciencia política producto del modelo democrático y protagónico de la Constitución de 1999, donde Tirios y Troyanos tumban la tesis de Bryce quien afirma “las cuestiones públicas ocupan el tercer o cuarto lugar entre los intereses de la vida”, a todas luces, los Venezolanos tenemos como prioridad en nuestro pensamiento, discurso y acción, atacar al Gobierno o defenderlo.

Venezuela vive actualmente una batalla de opinión, cada quien con su ejércitos, sus armas, sus laboratorios y la fuerza social que sube o baja la matriz comunicacional, según la fuerza e intensidad con la que se proyecte, sin ser científico de la Comunicación se puede percibir el uso de diferentes herramientas de manejo de masas, tales como el espiral del silencio, la aguja hipodérmica, la agenda setting, entre otras, desarrolladas con medios convencionales y las poderosas redes sociales.

En estos tiempos de sequía y colerización es de primer orden la atención de todas las herramientas comunicacionales, para poder tener una posibilidad remota de brecha conceptual en la población, ya que las colas, el calor y el aparato comunicacional, pueden generar un hecho concreto de dimensiones inconmensurables.  

Finalmente podemos resumir, que la opinión pública es un medio, pero también un fin, que puede ser usado para destruir y construir, para avanzar o retroceder, para crecer o estancarse y siendo epopéyico, para vivir o morir.

 

 (*) Columa Así Lo Veo , Editor www.diariodelpueblo.com.ve )

 

laesquinadeotto@gmail.com



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