Sindéresis

Entre Saman y Mario Silva

Cuando Samán fue removido del Ministerio de Comercio, por el Presidente Chávez, un innúmero de protestas fue acompañando a los mensajes de solidaridad que el pueblo revolucionario enviaba consternado, al gobierno y la conciencia socialista de los venezolanos. Nadie que haya sido relevado del gobierno revolucionario, ha tenido jamás el  más claro respaldo del pueblo chavista. Y eso no fue una mas de la llamada solidaridad automática. Porque Samán se ha ganado el respeto revolucionario por su lealtad al socialismo que lo piensa y lo practica. Pero la fuerza oculta de contrarrevolución tiene su peso. Y a casi dos años de aquella vicisitud que quitó a Samán del gobierno, mas claras las cosas empiezan entrar en discernimiento de la revolución. Samán no se caló que los quistes de la revolución hicieran el estrago de sus metástasis. Entonces no tiene razón Mario Silva cuando expresa solapadamente que Samán podría ir a parar al gamelotal de la ultraderecha. Porque Samán  es un revolucionario convencido de que este proceso con todas sus distorsiones que la conciencia revolucionaria ira enmendando, es el camino hacia la redención popular. Y mas claro no pudo ser Samán cuando le expresó a Chávez su lealtad y agradecimiento por haberle dado la oportunidad a servir al pueblo. Entonces menos razón tiene Mario. Pero no es la idea de este escrito generar una disputa furtiva entre dos excelentes dirigentes de la revolución. Y menos regatearle a Mario sus esfuerzos infinitos contra la componenda mediática de derecha, siendo que hasta su vida la pone en juego. Pero también se ha de dejar claro que Samán, es un valor incuestionable de este proceso que ayudó con fuerza cristalizar. Y es verdad también lo que Mario refiere, que al cuestionarse un alto funcionario deben ponerse las pruebas en la mesa. Pero es que Mario aquí soslaya la realidad incontrastable de que el corrupto en sus andadas esconde con audacia los elementos de juicio que pudieran ir en su contra. El corrupto salta como el más habilidoso gimnasta por los huecos de las leyes que  le muestren  riesgos. Es la denominada corrupción perfecta. Y eso entonces no debe ser el motivo para que el partido socialista y la revolución se echen a dormir porque  nada está pasando. No, señor. La vida ostentosa, fuera del alcance de sus posibilidades, que muestra un funcionario es motivo para la investigación. Es ese el cuerpo vivificado de un delito cuya impunidad se manifiesta, sólo por complacencia de la complicidad. El corrupto eso no lo esconde porque el exhibicionismo es parte estructural de su trastornada conducta. En la vida de la pompa, el alarde y el oropel injustificable, esta  la fuente para que mucho bandido que ha medrado a la sombra ingenua de  la revolución, rinda con prisión el bochornoso pasaje  de haber horadado sus mejores anhelos.

n_lacruz@yahoo.com


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