¿No volverán? ¡si nunca se han ido!

Por más de ganar las elecciones y que tener la mayoría en La Asamblea Nacional, no deja de acompañarme la sensación de que nos dejamos meter un strike. Es verdad que ahora debemos afirmar la victoria obtenida, sobre todo por el hecho de que la dirigencia de la oposición que padecemos, manipula como siempre a sus seguidores, a través de una gigantesca campaña nacional e internacional de TV, radio y prensa escrita, diseñada (en Washington) para convencerlos de que fueron ellos los que ganaron, y mantenerlos entretenidos y disociados como medio ideal para seguir manejándolos de la manera despiadada que acostumbran. Pero no me parece suficiente. Esperaba mucho más, y este es un sentimiento que no soy el único en experimentar, hay muchas y muchos socialistas de la misma opinión. Esperaba mucho más, sobre todo, al avizorar lo tremendamente negativo que sería para este país tener a esta oposición en un lugar de poder, torpedeando y saboteando, todos los logros económicos y políticos que hoy disfruta el pueblo venezolano: disminución de la pobreza, mejor alimentación, erradicación del analfabetismo, una población estudiantil creciente desde preescolar hasta la universidad, la seguridad social en su mayor expresión histórica, acceso a la salud con un alcance como antes jamás existió. Y sobre todo, el hecho del pueblo asumirse como un ente político que no sólo retomó el pulso de su propia historia sino que se sabe la chispa de una llamarada que proviene de sus ancestros, que prendió de nuevo por todo el continente americano y cuyo resplandor le da la vuelta al planeta. Estos son logros que están en sus cimientos que debemos proteger y cuidar para que prosperen y se consoliden en nuestra sociedad. Y estos logros representan la peor pesadilla, el enemigo a vencer, para la oposición y sus jefes foráneos. Está bien, de acuerdo, no logramos el objetivo de ganar los 3/4 de la Asamblea. Pero ganamos. Sin embargo, no es poca cosa tener que calarse a esta banda tarifada de golpistas, revanchistas, linchadores de oficio probados, ocupando 65 escaños en la Asamblea Nacional, siendo su estrategia la de entregar el país y convertirlo en una colonia o protectorado de Estados Unidos. ¿En qué otro lugar del mundo sería esto admisible? Pero la principal pregunta de todas es: ¿Por qué nos está pasando? ¿Qué hicimos nosotros, durante estos últimos 5 años, para que esto sucediera?

La Costumbre, las mañas que provienen de la ahora amenazante Cuarta República no sólo han pervivido durante la Quinta, se han acentuado, quizá porque se trata de una corrupción intravenosa, el famoso adequito que todos llevamos por dentro, o tal vez se trata de la única manera de ejercer el poder que conocen muchos venezolanos pero lo cierto es que, la conducta adeca y cuarto republicana con franela y guayabera roja es notoria. La matraca, el nepotismo, las comisiones, las componendas, los impostores y las impostoras, el nuevoriquismo, las mafias, los súbitos poderes que hace colapsar personalidades, las tribus, las trampas y chanchullos en general cunden desde la “a” hasta la “z” en el espectro de la vida pública de Venezuela.

Independientemente de que se trate de un problema estructural, tiene que haber forma de ponerle un parado porque también tiene que haber manera de sentar la diferencia. Si no, podría empezar a describirse la situación política del país como “más de lo mismo” o como la exclamación que una vez escuché de un compatriota molesto porque estaba limpio y no le terminaban de pagar una quincena que le debían: - ¿Cómo es que: - ¿ NO VOLVERÁN ? – si ¡NUNCA SE HAN IDO!. Ese camino sólo conduce al descreimiento y la apatía y esta es el paso previo a la violencia.

La gigantesca burocracia del estado venezolano, una superlicuadora que todo lo pervierte, alcabala tras alcabala, está de por medio como un tapón, ante la política que defiende el protagonismo del pueblo como paradigma de esta revolución por el Socialismo del Siglo XXI. Esa burocracia a la que fácilmente se puede sumar el PSUV, si no nos ponemos rápidamente las pilas, es la propia quinta columna, el enemigo interno y cotidiano de mil cabezas que estamos obligados a vencer para sobrevivir. La manera de lograrlo se encuentra en el lema de las tres R, en el uso de las herramientas que el pueblo se ha dotado en el transcurso de estos once años de proceso revolucionario: la unión, la organización popular, las mesas técnicas, las asambleas, los consejos comunales, la contraloría social, no en balde el proceso de la revolución bolivariana proviene del grito herido del pueblo caraqueño en Febrero del 89 contra las medidas económicas dictadas por el FMI, de la energía de aquel martes de carnaval de Febrero de 1.992 cuando las calles, parques y plazas de Caracas se poblaron de chavecitos, disputando la popularidad a los tradicionales disfraces del Zorro y Superman. Y es esa energía, sumada a la del pueblo en Abril de 2002 que derrotó un golpe de estado y restituyó al presidente, el mismo pueblo que enfrentó y también derrotó al paro petrolero, patronal que pretendió vencerlo por el hambre. Es esa energía la que tenemos que convocar y poner en acción durante estos dos años cruciales antes de las elecciones presidenciales de 2012 y así enfrentar el nuevo escenario que se abre ante nosotros y cuyos trailers podemos ver en Honduras con Gorileti y hace unos días en Ecuador en donde el mismo presidente Correa dice que el golpe no ha terminado. Nosotros en Venezuela veníamos con experiencia en el tema, pero parece que no nos sirvió de mucho porque nos las arreglamos para tener en la Asamblea a los mismos que actuaron en papeles estelares durante el golpe del 11 de Abril, cuando llevaron a sus propios seguidores a ser masacrados por francotiradores y la Policía Metropolitana (retratada usando guantes quirúrgicos mientras le disparan al pueblo). Que firmaron contra la Constitución Bolivariana, sacaron del aire el canal 8, asediaron la embajada cubana, persiguieron hasta sus casas a dirigentes de la revolución, que se encadenaron pasando comiquitas por la TV para no reflejar la reacción del pueblo que salió a las calles a denunciar el golpe y devolver al presidente. Que aliados a potencias extranjeras, a los medios de comunicación privados, a la empresa privada, a las grandes cadenas de supermercados sometieron al país a un paro económico criminal, que causó graves perdidas humanas y económicas. Que eran y son probadamente financiados por Washington. Que ahora a diferencia del 2002 hay 7 nuevas bases gringas en Colombia, 2 en Panamá, mas de 14.000 marines en Costa Rica con toda clase de medios terrestres, marinos y aéreos. Una base en Aruba y otra en Curazao. La Cuarta Flota circulando por el Caribe, amenazando con patrullar en aguas marrones. Paramilitares infiltrados. Una inmensa campaña nacional y mundial de medios, difamatoria contra Venezuela. Y resulta ser que esta oposición ahora con 65 escaños en la Asamblea es parte constitutiva de esa conspiración imperial contra el país. Es decir su estrategia es que el país sea intervenido por Estados Unidos y su táctica la de abonar el camino para que eso suceda. Hay que repetir las preguntas ¿Por qué nos está pasando? ¿Qué hicimos nosotros, durante estos últimos 5 años, para que esto sucediera? Es importante ejercer el análisis para observar nuestros propios errores y responder esas y muchas otras preguntas como por ejemplo: ¿Qué hace tanto chino recién llegado vendiendo cerveza y alimento por todo el país? ¿No hace falta acaso toda una organización para que eso suceda? ¿Cuáles son los mecanismos para que sea posible? ¿Y tanto policía cuidando chino? Además todos son escuálidos, se la pasan con Globovisión en sus negocios, vienen para hacerse ricos rápidamente y no nos quieren ni un poquito así. Y esa pregunta tirada al voleo no es más que una de tantas, ¿Qué me dicen del sistema carcelario? cada quien puede hacer su lista, lo que si es seguro, es que buscando la respuesta siempre nos toparemos con la burocracia y su hija predilecta: la corrupción ¿Qué hacer?.

Son muchas las áreas en la que se deben aplicar las tres R. Es una tarea nacional urgente y entre todas hay una de gran importancia: “La Respuesta Mediática”. Me parece que la campaña electoral transmitida por la TV fue sosa y sin apelativo, en ningún momento reflejó el protagonismo del pueblo y el cariz decisivo del actual momento político venezolano. La pantalla dividida, colocando a la izquierda a un chavista buena gente, algo despistado y del otro a los candidatos dándoles explicaciones. Habrá sido hecha con la mejor voluntad del mundo, pero no fue eficaz, sobre todo porque en este proceso es el pueblo quien lleva la iniciativa, como lo ha demostrado en los momentos desicivos. Deberían revisarse los procedimientos para tomar ciertas decisiones. ¿Cuántos otros proyectos de campañas electorales para este 2010 fueron tomados en cuenta? ¿No hubo otras propuestas? ¿Tormenta de ideas?. Lo mismo puede decirse de la campaña del CNE convocando a las elecciones. OK, algunas de ellas estuvieron formalmente bien, como la de los viejitos, pero fueron tan llanas que rozaban con la banalidad contrastando con todo lo que está sucediendo políticamente en Venezuela. Nada más y nada menos que nos estamos jugando la patria. Pienso que para eventos tan importantes y asumiendo que estamos en un proceso político participativo, instituciones como el CNE, y muchas otras, PDVSA por ejemplo, un partido político como el PSUV deberían abrir una instancia participativa entre los PNI para propuestas de campañas audiovisuales. Sería una manera de instrumentalizar y llevar a la práctica el protagonismo y participación popular que es la principal fortaleza de la Revolución Bolivariana y además enriquecería la calidad de la imagen, de los contenidos y reforzaría la capacidad de llegar al corazón del pueblo.

También creo que es de primerisima importancia, de cara a estos dos años que tenemos por delante, rescatar de las garras del burocratismo a unas de sus víctimas más ilustres, al que ha sido el mayor acierto comunicacional del proceso revolucionario después de “Aló Presidente”, un verdadero icono de la pantalla instalado en el corazón de los chavistas: “Contacto con la Realidad”. Nació en el fragor del paro petrolero convocado por la cúpula de PDVSA, la CTV, Fedecámaras y la Coordinadora Democrática, (el MUD de aquel entonces, inclusive con los mismos personajes). Estrechamente unidos a estas tres organizaciones, los canales de TV privados RCTV, Globovisión, Venevisión, Televen se coordinaron y encadenaron en una feroz campaña de agitación y desprestigio contra el gobierno revolucionario y de negación de la respuesta mayoritaria del pueblo que no apoyaba el paro, simplemente no existían por lo tanto no tenían espacio en sus pantallas, dedicadas exclusivamente a la agenda del paro: cacerolazos, convocatorias a marchas contra el gobierno, partes de guerra. Se trataba de un operativo mediático de grandes proporciones, quizá único en la historia.

Mientras tanto el canal 8 era una estación de TV, más parecida a un ministerio que a un canal de TV, cargada de taras, depauperada, fruto de la misma política de desmantelamiento que le aplicaron al canal 5 para regalarlo a la empresa privada, con un personal desmotivado, sin fuelle para enfrentar la situación y gran parte cuadrado con el paro.

Jesús Romero Anselmi presidente de VTV creó la gerencia de Proyectos Especiales como un modo de sortear la burocracia del canal, este equipo salió a registrar desde el primer día, la respuesta popular en contra del paro, el material grabado era entregado a la Gerencia de Prensa que procesaba una mínima porción, y borraba la mayor parte. Entonces crean “Contacto con la Realidad” asumido enteramente por Proyectos Especiales, de esta manera se evitaba el filtro de la gerencia de prensa. Así es que desde en principio “Contacto con la Realidad” es un medio para escapar del burocratismo. La burocracia enquistada en el Canal 8 de aquel entonces.

La aceptación popular de “Contacto con la Realidad” fue un asunto de amor a primera vista. Se trataba de la realidad del pueblo en la calle denunciando, rechazando y combatiendo el paro criminal. Un espacio donde la estrella era la participación popular a través del testimonio, la denuncia, la reflexión política, la organización popular, la demostración del logro, el amor a la revolución, la propaganda, las regiones, el humor, la rabia, la música, el patriotismo, el entusiasmo. Se convirtió en el medio de expresión directo, sin intermediario del protagonismo del pueblo, una de las premisas principales de la Revolución Bolivariana. Todos los canales de oposición lo han imitado (pero al revés claro) y sus bodrios siguen en el aire envenenando a quien tenga la mala suerte de verlos. Sin embargo “Contacto con la Realidad” desapareció.

Un día sustituyeron a Jesús Romero Anselmi: Administraciones van, administraciones vienen y el canal por lo general más o menos acéfalo. Desde entonces comenzó el declive de “Contacto con la Realidad”, a lo mejor no eran aprobados los micros, a lo mejor si eran aprobados pero se perdían en los laberínticos pasillos de VTV y nunca llegaban a la pantalla, o aparecía un gerente que los mandaba a sacar del aire por que le parecía de mal gusto, o aparecía otro que prefería los suyos de su propia inspiración. Ya no queda sino el recuerdo y el vacío. Al protagonismo del pueblo y a la participación popular se le fue una herramienta multiplicadora que buena falta que ha hecho y hace, una herramienta tenida en alta estima por toda Venezuela. A veces preguntan.. ¿ Y qué pasó con Contacto con la Realidad ?

*Participante del equipo de Proyectos Especiales de VTV (Los Vampiros) durante el Paro.

osmanllavaneras@gmail.com


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