Lula dice que la crisis es en Estados Unidos y no en Brasil

El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, reiteró hoy que las turbulencias que afectan a los mercados internacionales difícilmente tendrá reflejos en la economía real de Brasil y aclaró que la crisis es apenas en Estados Unidos.

"Es importante que le digamos a la sociedad brasileña que esa crisis es eminentemente estadounidense", aseguró el jefe de Estado en su programa semanal de radio.

"Es una crisis del sector inmobiliario de Estados Unidos, es decir de algunos fondos que compraron títulos pensando que iban a ganar mucho dinero", agregó.

El líder socialista afirmó que cuando los Estados Unidos resuelvan su problema el mundo dejará de sentir los reflejos de esa crisis.

"Brasil no está con miedo de esa crisis. Aunque nosotros tenemos la preocupación natural de un país emergente, como cualquier país emergente del mundo", aseguró.

Lula aclaró que, de cualquier forma, Brasil tiene el respaldo de sus reservas internacionales récord por 160.000 millones de dólares para hacer frente a cualquier crisis internacional.

"Eso significa que estamos tranquilos, que tenemos seguridad ante una eventual especulación financiera", afirmó.

"Lo que queremos es que las personas continúen creyendo que este país alcanzó un índice de madurez tan grande que la seriedad (en el tratamiento de las finanzas) ya no es algo eventual sino algo definitivo", afirmó.

Según el gobernante, Brasil hizo lo que tenía que hacer para controlar sus gastos y está siendo gobernado con seriedad.

"Cuando muchos gritaban por la prensa para que gastáramos, preferimos economizar y hoy tenemos la estabilidad macroeconómica necesaria y las reservas necesarias para decir que la crisis no va a afectar a Brasil", afirmó.

El jueves de la semana pasada, en el día de mayores turbulencias por la crisis, la Bolsa de Valores de Sao Paulo cayó a uno de sus niveles más bajos del año y eliminó prácticamente todas las ganancias del año, en tanto que el real se apreció fuertemente hasta el punto de que el dólar volvió a ser vendido por más de 2,0 reales.

Pese a que los reflejos de la crisis en el mercado financiero brasileño, el Gobierno ha insistido en que, con sus cuentas equilibradas y con reservas suficientes, no teme ser afectado por las turbulencias ni cambiará sus previsiones para este año.

El Gobierno prevé para este año un crecimiento económico del 4,5 por ciento, con inflación controlada (3,5 por ciento) y cuentas públicas en orden (superávit fiscal primario equivalente al 3,75 por ciento del Producto Interior Bruto).


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