El número de personas asesinadas en Guatemala en los últimos meses, todas relacionadas a las facciones políticas que participarán en los comicios generales del próximo 9 de septiembre, convierten a estas elecciones en las más sangrientas de ese país, desde 1985.
El asesinato de un aspirante a alcalde por la localidad de Santa Catarina (suroccidente de Guatemala) y perteneciente al partido Encuentro por Guatemala (EG) (centro izquierda), aumentó a 41 el número de aspirantes y activistas políticos muertos de cara a las elecciones generales del próximo 9 de septiembre.
Carlos Enrique de León, candidato a la municipalidad de Santa Catarina, en el departamento de San Marcos, desapareció de un mitin político y su cadáver fue hallado dentro del maletero de su auto en la población de Coatepéque, 260 kilómetros al oeste de Ciudad de Guatemala.
La secretaria general del partido EG, Nineth Montenegro, informó que Carlos Enrique de León desapareció al final de la caravana política y luego fue hallado con tres disparos en el pecho y uno en la cabeza. La dirigencia del partido no descarta que se trate de un asesinato político.
La facción política Encuentro por Guatemala (EG) respalda la candidatura presidencial de Rigoberta Menchú, Premio Nobel de la Paz 1992.
Con el asesinato de León asciende a 41 el número de personas relacionadas con la contienda electoral, asesinadas en los últimos meses.
Según datos de la organización guatemalteca social, Mirador Electoral, las fuerzas políticas más afectadas por la violencia son Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), que respalda la candidatura de Álvaro Colom, con 15 víctimas.
El Partido Patriota que apoya a Otto Pérez Molina, ha perdido a 5 de sus militantes, mientras que el oficialista Gran Alianza Nacional y Encuentro por Guatemala, han perdido a cuatro miembros cada uno.
De la facción Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca, han asesinado a tres personas.
El próximo 9 de septiembre, Guatemala celebrará comicios generales para elegir a un nuevo presidente, vicepresidentes, 158 diputados al Congreso y 332 alcaldes.
El número de víctimas fatales convierte a las elecciones de septiembre en las más sangrientas de ese país centroamericano, desde 1985 cuando las elecciones de la época pusieron fin a la dictadura militar para dar paso a la democracia, según Mirador Electoral.
