Fuero seducidos por empresarios que les prometieron jugosos contratos en el boxeo profesional

Boxeadores cubanos que desertaron de los Panamericanos están arrepentidos y quieren regresar

LA HABANA 04 de agosto 2007- Rodeada de trofeos y medallas, Farah Colina, cree que el líder Fidel Castro acabará perdonando a su esposo Guillermo Rigondeaux y que la estrella del boxeo cubano que desertó en los Panamericanos de Río de Janeiro podrá regresar a casa.

Rigondeaux, campeón olímpico de Sidney 2000 y Atenas 2004 en 54 kilos, abandonó el 22 de julio la delegación cubana junto con el titular mundial de los 69 kilos, Erislandy Lara.

Ambos fueron detenidos el jueves en una playa de Río de Janeiro por carecer de documentación y podrían ser repatriados a Cuba.

"Fidel es un hombre de un gran corazón y confío para que le de un voto de confianza a mi esposo y pueda regresar a casa," dijo Colina, con lágrimas en los ojos.

"Estoy dispuesta a enfrentar, a asumir lo que sea junto a él," dijo a Reuters en el pequeño apartamento de La Habana.

Las autoridades brasileñas dijeron el viernes que Rigondeaux y Lara serían repatriados apenas el Gobierno cubano les devuelva sus pasaportes.

Los cubanos habrían sido seducidos por empresarios que les prometieron jugosos contratos en el boxeo profesional.

Pero, según dijo la policía brasileña, están arrepentidos y quieren volver a Cuba.

Colina dice que se enteró de la deserción de su esposo igual que el resto de los cubanos: leyendo el editorial de Castro donde los acusó de haber traicionado a la patria por un puñado de dólares.

"Mi esposo no es un criminal, ni un terrorista buscado por la justicia," dijo la mujer de 31 años.

Colina, que tiene con Rigondeaux un hijo de cinco años, dijo que la pareja atravesaba por problemas económicos, aunque no dio detalles.

Cuba no permitió en el pasado el regreso de otros deportistas desertores arrepentidos. Si Rigondeaux fuera la excepción, Colina no se hace ilusiones sobre un futuro de gloria.

"Tengo esperanza en que la revolución lo readmita, aunque sé que las cosas no van a ser igual," dijo.

"Lo que más me interesa es la estabilidad de la familia. Desconozco si volverá a boxear o no," añadió, observando en sus manos el trofeo ganado por su esposo al llegar a su victoria número 100 de manera sucesiva.

Dentro del ring, Rigondeaux no ha perdido un combate desde el 2003.


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