Ex comandante de la OTAN insta a Bush a no mandar más tropas a Irak: "demasiado tarde"

07 de enero 2007. - El ex comandante en jefe de la OTAN Wesley Clark insta hoy al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, a no enviar más tropas a Irak porque serían en cualquier caso "insuficientes" y llegarían "demasiado tarde".

En un artículo para el dominical británico "The Independent on Sunday", el general estadounidense, que mandó a las tropas de la OTAN en la guerra de Kosovo en 1999, critica duramente la estrategia que pretende seguir Bush y dice que hace ya mucho que pasó el momento de una solución militar.

Las tropas estadounidenses carecen en su opinión del conocimiento de la cultura y de la lengua del país y Estados Unidos "tampoco tiene la legitimación política" necesaria para conseguir pacificar la región, como sería preciso.

"Unas brigadas adicionales en Bagdad permitiría levantar más barreras, organizar más patrullas, llevar a cabo más operaciones de limpieza de barrios y una mayor presencia nocturna, pero ¿qué significativo sería todo eso?", se pregunta el militar.

"No hemos tenido nunca suficiente tropas en Irak. En Kosovo teníamos 40.000 soldados para una población de dos millones, lo que equivaldría a un mínimo de 500.000 en el caso de Irak. Mandar 20.000 parece demasiado poco y demasiado tarde incluso sólo para Bagdad", advierte.

Enviar más tropas es sólo "poner en peligro a más soldados americanos, minar aún más la moral de las Fuerzas Armadas y correr el riesgo de que se distancien aún más elementos de la población iraquí", agrega Clark.

El ex comandante de la OTAN duda incluso de que sirva de mucho el empleo de tropas adicionales para "acelerar el entrenamiento del Ejército y la Policía iraquíes" porque "la lealtad de esas fuerzas ha demostrado ser problemática".

"La verdad es que por brutal que esté resultando la lucha en Irak para nuestras tropas, los problemas subyacentes son políticos", explica Clark, según el cual se está "produciendo una limpieza étnica feroz ante las mismas narices de nuestras tropas".

"El peligro real de un incremento de las tropas es que resta urgencia a la necesidad de un esfuerzo político" para resolver el conflicto", afirma el general, que califica de "fracasada la visión de los neocons", los políticos neoconservadores que han aconsejado a Bush durante estos últimos años.

"Mucho antes de la invasión del 2003, el Gobierno estadounidense se dedicó a enviar señales en el sentido de que sus intenciones no se limitaban a Irak sino que Siria e Irán serían los próximos objetivos", recuerda Clark.

Esos dos últimos países "tenían motivos para creer que si Estados Unidos triunfaba en Irak, se convertirían pronto en blancos, por lo que no es de extrañar que no hayan escatimado esfuerzos para inmiscuirse en Irak", agrega el general.

Según Clark, Estados Unidos debería tomar ahora la delantera y mediante "diplomacia directa" resolver una serie de "problemas interrelacionados como el intento de Irán de establecer su hegemonía regional o los conflictos libanés e palestino-israelí", lo que exige una nueva visión por parte de las autoridades norteamericanas.




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