Washington, 06 Ene. ABN.- El Gobierno del presidente George W. Bush intentó encubrir sus conexiones con el funcionario republicano Jack Abramoff, sentenciado por la malversación de millones de dólares para conseguir favores y respaldo político a resoluciones oficiales.
Luego de que una orden judicial fuera emitida para revisar el inventario de visitantes a la Oficina Oval de la Casa Blanca, agentes del Servicio Secreto redactaron un memorando ejecutivo para impugnar la medida, informó Prensa Latina citando medios estadounidenses.
La resolución, firmada por Bush, dicta que los textos no serán expuestos a la revelación pública bajo los términos del Acta de Libertad de Información.
Asesores de Bush respondieron a los fiscales del caso Abramoff que los archivos requeridos «no estaban disponibles para el público porque se trata de material clasificado como confidencial».
Las fuentes periodísticas añadieron que los jueces que examinan los nexos del funcionario acusado de corrupción han seguido las pistas de sus delitos hasta la misma oficina del vicepresidente Richard Cheney.
De acuerdo con el acta de acusación, Jack Abramoff administró varias decenas de millones de dólares como pagos de servicios mal rendidos al Congreso durante su carrera financiera, entre 1994 y 2004.
Se conoce que el militante republicano utilizaba parte de esos capitales para agasajar a distintos responsables políticos, particularmente legisladores y asistentes de la Cámara de Representantes.
Los obsequios e invitaciones a los parlamentarios tenían como objetivo recibir a cambio compromisos para respaldar determinadas resoluciones oficiales, explicaron los jueces.
El caso Abramoff, que se hizo público en 2006, hizo temblar Washington, porque éste era un amigo reconocido de grandes personalidades ligadas a la Casa Blanca y patrocinaba convites con sobresalientes funcionarios.
