Río de Janeiro, 30 dic. El final de la noche del viernes y la madrugada de hoy estuvieron marcados por nuevos brotes de violencia criminal en Río de Janeiro, situación que comenzó a extenderse al vecino estado de Espírito Santo.
Varias delegaciones y puestos de guardia de la policía volvieron a ser blancos de ataques y las fuerzas de seguridad actuaron en algunas favelas con saldo de al menos un policía, un civil y cinco bandidos muertos.
Los criminales dispararon sin causar víctimas contra un puesto móvil del Batallón Policiaco de Vías Especiales (BPVE) y chocaron con fuerzas del Batallón de Policía Carretera y del Agrupamiento Especial Táctico Móvil en la norteña autopista carioca Linha Vermelha.
También abrieron fuego contra un policía civil que estaba de guardia frente al Centro Cultural Oscar Niemeyer, en el centro de la barriada de Caxias, pero este repelió el ataque con ayuda de policías militares y los bandidos huyeron.
Asimismo, hubo una emboscada en la barriada de Sao Goncalo, donde los malhechores capturaron al policía militar Sergio Augusto Bonfin Escotelaro, y el técnico en electrónica Julio Cesar Rodrigues Maciel, a quienes golpearon, torturaron y luego ejecutaron a tiros.
A ello se añadió la quema de un ómnibus en Nova Iguacu, Baixada Fluminense, acción en la que nadie quedó muerto o herido. No obstante las empresas recogieron sus vehículos durante el resto de la noche y madrugada en toda la capital fluminense.
Otros reportes de esta madrugada indicaron que durante casi dos horas hubo confrontaciones entre policías y narcotraficantes en la favela Ciudad de Deus, en la zona Sudoeste de Río, y en la acción los delincuentes emplearon barricadas y obstáculos incendiarios.
También en Bangu, en la Zona Oeste, la trigésimo cuarta delegación de policía recibió a tiros un frustrado ataque y puso a los agresores en fuga. En la refriega quedó herido un indigente de los aquí llamados "moradores da rúa" (moradores de la calle).
La policía, en tanto, incursionó contra un lugar sospechoso en la favela de Muquico, en la Zona Oeste, cerca de la Avenida Brasil, y mató a cinco narcotraficantes, a quienes les ocupó dos fusiles, dos pistolas, un revólver, una granada, ocho bombas y cuantiosa cocaína.
También las fuerzas de seguridad irrumpieron en la favela Nova Holanda, de la Zona Norte, próxima a un lugar donde fueron incendiados varios carros, y ocupó un radio transmisor, botellas con gasolina y bombas de fabricación casera.
Los incidentes de anoche y la madrugada de hoy ocurrieron después de un viernes relativamente tranquilo que siguió a un jueves muy violento en que grupos de bandidos realizaron en Río una veintena de acciones con saldo de 18 muertos y unos 30 heridos.
En el vecino estado de Espírito Santo, en la región metropolitana de Vitória, fueron quemados anoche dos ómnibus, lo que indica que la ola de violencia ha comenzado a extenderse fuera de Río de Janeiro.
Precisamente el jueves, un bus interestatal que hacía el recorrido Vitória-Río de Janeiro-Sao Paulo fue incendiado en territorio carioca y siete pasajeros impedidos de escapar murieron carbonizados.
