El ex presidente iraquí Sadam Husein será ejecutado "en pocos días" en el interior de la amurallada "Zona Verde", en el oeste de Bagdad, informó el jueves el diario árabe internacional Al Hayat, que cita fuentes gubernamentales iraquíes.
"La horca está ya preparada en un lugar en el interior de la 'Zona Verde'", donde están las instalaciones del Gobierno iraquí y las sedes de las embajadas de Estados Unidos y el Reino Unido, dijeron las fuentes, según el rotativo.
El 2 de enero, posible fecha
El ex presidente iraquí podría ser ejecutado el 2 de enero, antes de que los demócratas asuman el control del Congreso de Estados Unidos, según uno de sus abogados, Ahmet Essadik.
"A mi juicio", la ejecución "podría tener lugar el 2 de enero. Después, será más difícil, porque los demócratas estadounidenses, ahora mayoritarios (en el Legislativo), asumirán sus cargos el 3 de enero", indicó Essadik al diario "Le Parisien".
"No hay ningún recurso jurídico. Es una decisión inapelable", explicó el abogado, para quien el Gobierno de EEUU "concibió este procedimiento para que no haya ninguna posibilidad de impedir esta ejecución".
Ratificada la sentencia
El Tribunal de Casación iraquí ratificó el pasado martes la sentencia a muerte dictada contra el ex dictador por la ejecución de 148 chiíes iraquíes tras un supuesto intento de asesinato de Sadam en la aldea de Duyail, en 1982.
Además, Barzan al Tikriti, hermanastro de Sadam, y el ex juez Awad al Bandar fueron condenados a muerte en el mismo juicio, mientras que otros cuatro de sus ex asesores recibieron penas de cárcel de entre 15 años y cadena perpetua.
Según las fuentes, las autoridades declararán el toque de queda en Bagdad y en otras provincias de Irak antes de aplicar la sentencia en previsión de posibles atentados.
Sadam Husein, detenido en diciembre de 2003, pocos meses después de la caída de su régimen, había instado durante el juicio a que, en caso de ser condenado a muerte, fuera ejecutado por fusilamiento y "no en la horca como los criminales".
El ex presidente dirigió ayer a través de sus abogados, un mensaje a los iraquíes en el que les instaba a permanecer unidos, ser tolerantes y evitar el odio hacia los demás.
Aludía, sobre todo, al conflicto sectario entre chiíes y suníes iraquíes, desatado después de que en febrero pasado fuera atacado un mausoleo venerado por la mayoritaria comunidad chií en la ciudad de Samarrá, al norte de Bagdad.
