BRASILIA - Los principales movimientos sociales quieren al gobierno del presidente Luiz Inacio Lula da Silva "más a la izquierda" y anticiparon que podrían intensificar sus manifestaciones callejeras en caso que el mandatario se quede corto en sus compromisos con esos grupos, indicaron el miércoles voceros de las organizaciones.
Al menos 34 distintos grupos se reunieron por más de hora y media con Lula en el palacio de gobierno, donde le entregaron una carta de cinco páginas con las principales reivindicaciones de los movimientos: desde conseguir mayor crecimiento de la economía, pero a la vez que exista mayor distribución de la riqueza; hasta su rechazo a eventuales reformas al sistema de previsión social y a la ley laboral.
"Sin duda alguna vamos a querer llevar al gobierno a la izquierda", dijo Joao Paulo Rodrigues, miembro de la dirección nacional del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), uno de los más poderosos y organizados del país.
Recientemente, el reelecto presidente brasileño dijo ante un auditorio empresarial que el "ya no es de izquierda…que las cosas evolucionan con la cantidad de cabellos blancos y la responsabilidad que uno tiene…y que si uno conoce a un izquierdista muy viejo es porque debe estar con problemas."
Paulo Rodrigues, al ser consultado por los periodistas después de la reunión sobre cómo sería ese movimiento de los grupos sociales para que las políticas del gobierno de Lula en su segundo mandato se orientaran más a la izquierda, Rodrigues dijo que las organizaciones entrarían a disputar con "el capital financiero" y "el mercado" su participación en la toma de decisiones del ejecutivo.
"Queremos disputar el gobierno con los sectores del llamado capital financiero, del mercado", dijo Rodrigues sin ofrecer otros detalles.
El gobierno "sabe muy bien, no tiene dudas de que los movimientos sociales tienen fuerza para colocar gente en Brasilia (en manifestaciones en las calles), para hacer ocupaciones de tierras o para presionar al gobierno en cualquier lugar de Brasil", agregó. "Entonces el gobierno no está conversando con grupos que no representan a nadie. Es un grupo de personas que tiene base organizada", aseguró.
Sin embargo, Rodrigues indicó que si bien podrían hacer oposición, caso el gobierno no cumpla metas como intensificar los planes de reforma agraria, esas manifestaciones no serían para demandar "un fuera Lula, sino lograr mejoras" para los sectores populares.
Por su parte, Manuel dos Santos, de la Confederación Nacional de los Trabajadores de la Agricultura (Contag), ratificó que "el crecimiento (de la economía) sólo tiene sentido si hay distribución de riqueza, sino no se logra reducir la pobreza....y (hacer) presión es el papel de los movimientos sociales".
Lula, un ex líder sindical quien afirmó esta semana que una persona de más de 60 años que permanece en la izquierda "tiene problemas", aplicó en su primer gobierno una política económica ortodoxa de una férrea disciplina de gastos, y aunque consiguió reducir la inflación y aumentar el empleo, la tasa de crecimiento de la economía está entre las más bajas de la región.
Para su segundo mandato de cuatro años, que arranca el 1 de enero, ya Lula ha dicho que mantendrá las líneas generales de su política económica, pero que desea aplicar medidas "audaces" para conseguir una tasa de crecimiento de al menos 5% anual.